Boumalne Dades, al encuentro con los Imazighen

Tras nuestro paso por el desierto del Sáhara ponemos rumbo hacia los valles del Alto Atlas donde tomaremos contacto con los imazighen, «los hombres libres», conocidos también como bereberes.

El lugar escogido es, Boumalne Dades, antesala al Valle de los Pájaros, localidad cercana a las Gargantas del Todra.

Vistas del valle donde se sitúa la localidad de Boumalne Dades

Vistas del valle donde se sitúa la localidad de Boumalne Dades

El autobús en el que vamos haciendo el recorrido desde Fez, nos recoge a la puerta del Hotel. Hemos vivido unos días intensos en la zona. Toca abandonar al Quibli, la arena y el aire reseco.

Tomamos dirección hacia el Norte a través de la R702 que une la ciudad de Erfoud con Tinejdad, en la que accederemos a la N10, nuestra ruta hasta la localidad de Boumalne Dades.

Me está gustando el viaje propuesto por nuestro guía, el profesor David Rull ya que es una ruta temática, «con sentido».

No viajamos así porque sí, sino siguiendo un hilo conductor, la historia geológica de Marruecos, su clima y paisaje.

Y de paso, conocemos sus gentes, costumbres y tradiciones en función del lugar donde se asientan.

El trayecto va dejando un buen número de anécdotas o curiosidades.

En los alrededores de la localidad de Tinejdad descubrimos una interesante curiosidad, las fogaras, conducciones de agua subterráneas del desierto, tradicionalmente excavadas para evitar la evaporación y refrescar su temperatura.

La tierra que se extraía de las galerías se ha ido acumulando en los alrededores de los pozos por lo que la imagen parece un mar de cráteres.

A lo largo de unos metros, las foragas discurren paralelas a la carretera mostrando un paisaje lunar.

Foragas o pozos subterráneas del desierto

Foragas o pozos subterráneas del desierto

Un poco más adelante, en la misma carretera divisamos a lo lejos un extraño objeto que sobresale en la nada.

Es la «Escalera Celeste» obra del escultor Hannsjörg Voth.  Merece la pena hacer un desvío para contemplar tres obras maestras del denominado Land Art.

A la altura de Tinejdad el grupo decide hacer una parada técnica, aprovechar para repostar, comprar alguna bebida e ir al lavabo. Y será en el bar de la gasolinera donde vivamos el primero de los momentos más intensos del día.

Mar, una de mis compañeras de Seis Maletas entabla conversación musical con el responsable del bar y sin saber cómo estamos todos bailando al ritmo de una bella canción «C’est la vie» del cantante Kalhed. ¡Que momentazo!

Nos extraña que en un país musulmán se cante y se baile en público.

Pronto descubriremos que estamos en territorio de los Imazighen, es decir, de los bereberes, quienes se autoproclaman como «los hombres libres».

En ellos la música y el baile forman parte de su identidad cultural y la propia vida.

Pero debemos marcharnos, ¡ohhhh! Chaïd (o ese es el nombre que creo entenderle) nos dice totalmente emocionado que hoy ha sido el día más feliz de su vida y que le hemos hecho el hombre más feliz del mundo. Su feliz expresión lo corrobora.

¡Cuántos momentos mágicos nos está regalando este viaje! y siempre de la mano de personas que se acercan, a las que nos acercamos, a las que queremos escuchar.

La hospitalidad y amabilidad existe más allá de los tópicos que siempre acompañan a cualquier viaje a Marruecos.

Mientras el autobús sigue hasta nuestro próximo destino, no dejo de pensar en los bereberes, en la historia de un pueblo obligado a replegarse en las montañas del Atlas cuando Marruecos fue invadido por los árabes.

Boumalne

En Tinejdad, accedemos a la Ruta de las mil Kasbahs (N-10), la carretera que une las localidades de Errachidia con Ouarzazate y recorre el valle de los ríos Dades y Todra en plena cordillera del Atlas.

Una de las rutas turísticas más interesantes de Marruecos, sobre todo para los apasionados de la arquitectura del adobe.

La Kasbah es una ciudadela o pequeño castillo donde viven unidades familiares organizados en clanes.

La construcción servía de defensa, ya que en general eran fortificaciones donde se protegía la población cuando había lucha de clanes. En nuestra lengua derivó a Alcazaba.

Ruta de las mil Kasbak

Ruta de las mil Kasbah

La ruta también es interesante para comprender al pueblo berebere, sus costumbres y tradiciones. Un pueblo que subsiste gracias al turismo ya que son los grandes olvidados de Marruecos.

Unos kilómetros más adelante llegamos al Oasis de Tinghir o Todgha.

Un mirador, estratégicamente colocado en el mejor punto de la carretera, ofrece la mejor panorámica de la localidad.

Sobresale el contraste que produce el rosa de las casas con el verde palmeral que se extiende a lo largo de treinta kilómetros.

Oasis de Tinghir

Oasis de Tinghir enla ruta de las mil Kasbahs

Nada más bajar del autobús hemos sido literalmente rodeados por niños que ofrecen todo tipo de cosas a cambio de monedas.

Un grupo de vendedores locales con turbantes, telas, alfombras, salen a «la caza» del turista. Enseguida escuchan nuestro idioma. ¿Española? guapaaaa. ¿Tú catalana? lo millor d’Espanya…, ¡vamos que saben hasta latín!

Aún así, siempre una educada negación consigue que te dejen un poco en paz. 

Está claro que todo se soluciona con una gran sonrisa y ganas de escuchar lo que «los otros» nos quieran contar, aunque a veces nos ralentice el viaje.

Boulmane

Un vendedor me coloca un turbante

boulmane

Nunca vienen mal unas risas

Una vez hemos superado el contacto inicial. Cuando los vendedores y niños están tranquilos, disfrutamos de una de las localidades más interesantes de la ruta de las mil Kasbahs.

Después de días en el desierto, ¡el color verde es casi una bendición!

La localidad se sitúa a 1300 metros de altitud. Estamos en las estribaciones del Atlas, al lado de uno de los lugares naturales más extraordinarios del Marruecos central, las Gargantas del Todra.

El oasis acoge a una población de ochenta mil habitantes, la mayoría bereberes cuya vida simple y familiar se ha visto alterada por la llegada del turismo de masas que viene en busca de la naturaleza y gastronomía del Valle del Todra.

Escenas típicas del oasis-palmeral de Tighri

Escenas típicas del oasis-palmeral de Tighri

A tan solo quince kilómetros aparece ante nuestros ojos las espectaculares gargantas, unos abruptos acantilados que llegan a los 500 metros de altura.

El Oued Todgha (río Todra) ha excavado durante años una gran grieta que parte en dos la montaña. En su punto más estrecho no llega a los veinte metros de apertura.

Caminamos durante un kilómetro a través de las  gargantas y apreciamos lo bien preparado que se encuentra el lugar para el turismo.

Hay pequeños hoteles con encanto que parecen engullidos por la roca de la montaña, restaurantes, puestos de artesanía.

Pero sobre todo mucho turismo interior, familias que se refrescan en el río de aguas cristalinas alimentadas de varias fuentes, como la sagrada de Tizgui.

Gargantas del Todra

Gargantas del Todra

Posiblemente pierde un poco de atractivo natural al atravesarla la carretera asfaltada R703.

Esta carretera nace en Tinghir y después de una sucesión de curvas y vertiginosos paisajes, muere en Agoudal en pleno Atlas.

Con el estómago hambriento y con el calor en su punto más álgido, llegamos a la localidad de Boumalne Dades.

De nuevo, como ya pasó en Erfoud, somos recibidos a la puerta del hotel con un grupo de músicos a los que acompañan bailarinas ataviadas con los trajes típicos locales.

Alegres rostros al llegar a Boulmane Dades

Alegres rostros al llegar a Boumalne Dades

Estamos en Boumalne Dades, a 1.612 metros de altitud, en pleno valle de los pájaros, un paisaje excepcional salpicado de pequeñas aldeas bereberes y elevadas cumbres.

Lugar excepcional para realizar innumerables excursiones e incluso llegar a las Gargantas del Dades que rivalizan en espectacularidad y fama con las del Todra.

Hemos dejado atrás la compañía del río Todra, ahora seguiremos el cauce del Oued Dades (río Dades).

Desde el hotel, situado en la colina más elevada de Boumalne Dades, tenemos una exclusiva paranorámica al valle.

El Valle de los Pàjaros - Boumalne Dades

El Valle de los Pàjaros – Boumalne Dades

El Hotel es como una fortaleza. Su elevada posición casi atemoriza.

Antiguo Parador Nacional, actualmente forma parte de la compañía Xaluca que contó con todos los beneplácitos de la localidad para abrir de nuevo.

Aún así, la distancia entre lo que representa este hotel de lujo y el barrio que se sitúa justo a su lado es abismal.

Como buena viajera, decido salvar esa distancia y conocer la anaranjada y tranquila localidad, ¡o eso parece desde arriba!

Calles de Boumalne

Calle comercial de Boumalne

Lo más interesante de esta localidad, ya que no tiene prácticamente nada que atraiga la atención desde un punto de vista turístico, son sus gentes.

Caminar pausadamente, descubriendo calles repletas de vida, comercios, pequeños restaurantes y teterías.

Ropa tendida, familias sentadas en los parques, niños jugando a la pelota y siempre, siempre, alguien que pasa a tu lado y  te saluda, «Bon soir madame«.

El hecho de no depender del turismo hace de Boumalne un lugar acogedor, cotidiano y poco agresivo respecto al visitante.

La plaza principal está ocupada por un mercado al aire libre de todo tipo de objetos que da paso al zoco que se organiza por sectores y productos. 

Plaza del Mercado en Boumalne

Plaza del Mercado en Boumalne

Decidimos sentarnos en alguna terraza para tomar un té a la menta y dejarnos llevar por el embriagador ambiente de una localidad a la que no ha transformado el turismo.

Todavía se respira mucha esencia tradicional en Boumalne Dades. Me doy cuenta que no hay prácticamente turistas.

Cuando más absortas estamos disfrutando del delicioso té a la menta, aparece Ibrahim, quien nos pide permiso para charlar e invitarnos, como no, a un té.

Junto a él, un grupo de hombres toman asiento a nuestro lado. Así tomamos contacto con los Imazighen, los hombres libres.

Una animada conversación, la visita a una tienda y otra serie de anécdotas nos entretienen hasta la noche.

Cuando llegamos al hotel, tenemos al grupo casi al punto del rescate. Se nos ha hecho muy tarde y hemos retrasado la cena de todos.

Pero a nosotras nos da igual, venimos cargadas de buenos momentos, de magníficas sensaciones y de grata charla.

Boumalne no es una localidad atractiva para el concepto de turismo habitual, no hay bellas mezquitas, no tiene una arquitectura sobresaliente.

No hay ningún restaurante michelín, pero tiene una cosa que sobresale por encima de todo eso y que, si eres viajera, cubrirá todas tus expectativas, SU GENTE.

«Posiblemente, el éxito de un viaje no se mide por la cantidad de lugares, monumentos o paisajes que has conseguido ver y coleccionar sino por la calidad de las experiencias vividas junto a las personas con las que te has encontrado en el camino». Eva Puente Maya.

Cuatro años después, hemos regresado al Valle del Dades, pero esa es otra historia.

6 Comentarios

  1. Eva

    Cada post vuestro sobre Marruecos es más interesante, me encantan. La verdad es que hace unos años estuve en una conferencia de la Universidad sobre el desarrollo del turismo en las pequeñas poblaciones del Alto Atlas, y de cómo algunas tan sólo se nutren del turismo. ¡Espero que este ansia por vivir de él no acabe con su autenticidad!

    Responder
    • Eva Puente

      Hola Eva, muchas gracias por tu comentario.

      Respecto a lo que dices, de momento, la incursión del turismo no está acabando con las tradiciones y autenticidad de la zona del Atlas, si que es cierto que en las grandes ciudades o zonas ya desarrolladas, el turismo es muy agresivo, pero de momento, el Gran sur, es una especie de Oasis si lo comparas con Marrakech o Fez. Aún así, si te alejas un poco de lo establecido, aunque sea en ciudades como étas, encontrarás un Marruecos muy auténtico 🙂

      Un abrazo,
      Eva y Carmelo

      Responder
  2. jordi (milviatges)

    La verdad es que esta es una de las zonas más interesantes de Marruecas. No recuerdo exactamente Boumalne Dades, pero si las gargantas del Todrá y la rutas de las Kashbah y la verdad es que nos encantaron. Esta chulo esto de hacer una guía temática con un profesor!

    Responder
    • Eva Puente

      Gracias Jordi! Lo de la guía con David, lo recomiendo 100%, sus explicaciones, sus historias, nos hizo entender el viaje de otra manera, no como un «aquí llego, ahora voy pallá, ahora vengo para acá» si no como un hilo temático donde se conjugaban varios elementos.

      Normal que no recuerdes Boumalne, ya explico que no entra en los circuitos turísticos «normales».

      Un abrazo,
      Eva y Carmelo

      Responder
  3. Vero Touristear

    Hace ya un tiempo que estoy con ganas de ir a Marruecos y estoy viendo diferentes propuestas, pero esta me ha encantado, especialmente la garganta de Todrá y la ruta de los Kashbah y la experiencia con la gente local me parece estupenda!

    Responder
    • Eva Puente

      Hola Vero! Te animo a realizar un viaje «local» es decir, apartándote de los consejos de las guís turísticas, encontrarás un Marruecos increíble, igual que sus personas. Todavía me queda hacer un post sobre el auge de las cooperativas femeninas, que me resultaron tremendamente interesantes.

      La ruta de las Kashbahs es preciosa, si vas, te recomiendo alquilar un coche y hacerlo por vuestra cuenta, Marruecos en general cuenta con buenas carreteras para realizar un road trip!

      Un saludo y gracias por tu comentario

      Eva y Carmelo

      Responder

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Eva Puente

Aprendiza de todo, maestra de nada. Viajera empedernida, disléxica ocasional. Me apasiona descubrir historias y después compartirlas. ¿te animas a acompañarnos en nuestros viajes?

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