Muy recomendable la ruta que hemos realizado en torno al denominado País Cátaro.
Llevaba mucho tiempo detrás de una escapada para visitar los lugares más relevantes de La Occitania, una zona de Francia donde floreció una de las culturas más modernas y democráticas de la Edad Media.
Cuna de la lengua d’Oc, de trovadores y de la herejía cátara.

Mis motivaciones para realizar la ruta por el País Cátaro
El objetivo principal de esta primera toma de contacto con la Occitania es visitar (si nos da tiempo y nada nos distrae) los castillos más impresionantes de la resistencia cátara.
También, aquellos lugares más singulares de esta corriente filosófica religiosa, como por ejemplo, Limoux, Montsegur, Quéribus, Peyrepertuse, Puilaurens, Rennes le Château, Puivert o Mirepoix.
Sé que encontraremos muy poco de su esencia por el camino. Actualmente, solo queda de aquella época un perfecto y ordenado plan de desarrollo turístico local que, bajo la denominación de Pays Cáthare, engloba rutas gastronómicas, culturales y/o festivales.
No obstante, espero sentir en alguno de los lugares visitados, la maravillosa carga histórica de un pueblo, de una cultura y de unas buenas personas.
Personas que en los siglos XII y XIII llegaron a tal nivel de igualdad, de pacifismo, de sensatez y de pensamiento avanzado que provocaron la envidia de la poderosa institución del momento (la Santa Católica y Apostólica Iglesia de Roma).
Lamentablemente, su ordenada vida, su renuncia a riquezas, el regreso al cristianismo puro, entre otros dogmas, captaron la atención de Roma, iniciando una «santa cruzada» para aniquilarlos.
Para ello, contó con el apoyo de la dinastía de los Capetos, quienes ansiaban poseer las tierras sureñas, a través de las cuales, su incipiente reino de Francia tendría acceso directo al Mediterráneo.
«Hay que exterminar a los servidores de Satán!» expresión del Papa Inoncente III en 1209, furioso ante la gran acogida del catarismo en la Occitania medieval.
A veces pienso ¿qué hubiera sido de nuestra «querida» Europa si estos «hombres buenos» hubieran continuado extendiendo su manera de ver la vida a todo el continente?
Nunca lo sabremos, pero merece la pena sacar del olvido una historia interesante y necesaria, la de los cátaros.
Nuestra ruta por el País Cátaro
TAprovechamos un puente del Pilar, festivo en España, para realizar nuestra ruta.
Nuestro campamento base ha sido un confortable hotel de la localidad de Quillan, desde aquí las rutas realizadas han sido intensas y muy agradables.
Día 1 Rennes-le-Château, Arques, Villerouge-Termes y Lagrasse
Comenzamos la ruta en Rennes-le-Chateaux, a tan sólo 11 km de Quillan. ¿Qué más se puede contar de este enigmático pueblo? Mundialmente conocido por la novela «El Código Da Vinci».
Pero, por mucho que hayas leído, por muchas fotos que hayas visto, la realidad supera a la ficción.
Llegamos pronto, estamos prácticamente solos en la misteriosa localidad. En la iglesia de la Magdalena un cartel indica el horario de visitas. Empiezan a las once de la mañana.
Aprovechamos la espera para hacer un recorrido por la Torre Magdala, los alrededores de Villa Betania y disfrutar del paisaje que se observa desde el mirador, situado en unos de los laterales del pueblo.

Poco a poco llegan más visitantes. Mientras reflexionamos y debatimos sobre los misterios del pequeño pueblo nos sobresaltan las campanas que anuncian las once.
¡La emoción contenida por visitar una de las iglesias más misteriosas de Francia llega a su fin!
La Magdalena, Juan el Bautista y demás personajes embaucan a cualquier visitante cuando se adentra en esta iglesia. En ella, ¡todo resulta extraño!
La inscripción de la entrada, la figura del demonio Asmadeo sujetando una pila bautismal, el altar dedicado en exclusiva a María Magdalena o, la imagen de José sujetando al niño Jesús (y no la virgen María).
¡Adentrarse en este misterio es fascinante!
Tras un buen rato deleitándonos con la cantidad de cosas extrañas de la iglesia, hacemos una visita obligada a la casa del Abad Saunier y su archifamosa Villa Betania.
Documentos, recortes de periódicos, libros y fotos de la época se abren paso a nuestro alrededor para explicar la fama conseguida por diferentes motivos. De la visita, llama la atención la sala de oración.
Un lugar lleno de encanto gracias al juego de luces producidos entre la vidriera y los rayos del sol. Después, caemos rendidos ante la fantástica Torre Magdala.
¡Exquisito, y no terrible lugar se construyó Saunier!

Es curioso, durante la visita por el pueblo los únicos lugareños que hemos visto son los trabajadores del museo, de las pocas tiendas de recuerdos y de los escasos restaurantes.
¡Rennes le Château parece un pueblo fantasma!
Con las emociones a flor de piel, abandonamos Rennes para continuar viaje hacia el próximo destino, Arques y su original castillo (espectacular por la noche).

El paisaje de la zona es embaucador. Montañas, vegetación agreste, colores del otoño mezclados con verdes brillantes.
Un buen número de riachuelos, cascadas así como la sucesión cadente de pequeños pueblos y villas obligan a parar constantemente.
A la hora de comer llegamos a Villerouge-Termenes, visita obligatoria en la ruta del País Cátaro.
Su castillo fue refugio del último perfecto cátaro. Y en este lugar, ahora, descubrimos una «atracción» que sacia otro tipo de necesidad, la gastronómica.
En un lateral del castillo encontramos La Rôtisserie Medieval y nos animamos a probar. ¡Todo un acierto!
Los platos, son recetas recuperadas de los siglos XII y XIII servidos en un auténtico salón de la época con grandes mesas y bancos de madera.
¿Lo más original? el placer de comer con las manos sobre una hogaza de pan como plato. ¿Lo mejor? exquisitos platos occitanos rematados con queso y postres deliciosos.

Tras llenar el estómago y pasear por las calles del pueblo, continuamos nuestra ruta hacia el último destino del día: Lagrasse y su abadía.
El pueblo, catalogado como uno de los más bellos de Francia, conserva totalmente su aspecto medieval e invita a un relajado paseo a través de sus empedradas calles y puentes.

Sin embargo la abadía nos dejó bastante fríos. Su estado de conservación no es el aceptable para el alto precio de la entrada.
Sin embargo, el pueblo bien merece una tranquila visita. Nosotros nos sentamos en una de las ambientadas terrazas de la calle de principal.

De regreso a Quillan, bien entrada la noche (es la pena del otoño, los días son cortos), nos encontramos con un impresionante castillo iluminado ¡Era Arques de nuevo!
Si de día es bello, por la noche las luces exteriores resaltan su belleza y le dan un halo de misterio. Aparcamos el coche y disfrutamos de los juegos de luces y sombras de su magnífica fachada.
Esa noche (del 12 al 13 de octubre) nos planteamos acercarnos a un pueblecito al lado de Quillan.
Cuenta una leyenda que, la noche del 12 al 13 de octubre, fantasmas de caballeros templarios recorren el antiguo castillo.
Si se pone atención se puede escuchar como suena constantemente una campana.
Pero…, el cansancio pudo más que el misterio y tras tomarnos un delicioso Blanquette Cremat de Limoux en el hotel, nos fuimos a dormir. (Esa noche más de uno soñó con caballeros templarios y extrañas campanas).
Próximo destino del País Cátaro: Quillan, Limoux, Abadía de Saint Hilaire, Mirepoix y Montsegur.
Nota de autora: Este relato es otro de los recuperados de mi primer blog, «Camino a Ítaca».
El viaje por el País de los Cátaros se merece un hueco en nuestro blog. Las fotografías no han tenido igual paso del tiempo, os pedimos disculpas por ello.
Que interesante lo que explicas,me encanta tu blog, muchas gracias por toda la información.
Hola Cris! Muchas gracias por tus palabras. ¡No imaginas los ánimos que infunden! ¿Vas a hacer una ruta por el País cátaro? Ya me cuentas a la vuelta qué te ha parecido.
Un abrazo.
Eva
Que lugar más bonito.
He conocido a través de otros blogueros muchos rinconcitos de Francia a cual más chulo y original,la verdad que el país galo está lleno de sorpresas como éste
Felicidades por el post.
¡Hola Viajeros! Muchas gracias por vuestro comentario ;-). Nos alegra ser fuente de inspiración para otros viajeros, sobre todo con post como este del País Cátaro, una zona que nos tiene enamorados.
¿Habéis hecho la ruta? ¿Qué os ha parecido?
Un fuerte abrazo
¡Saludos viajeros!
Carmelo y Eva