Unas miradas tímidas, a veces esquivas, pero siempre amables, me dan la bienvenida. En la cooperativa femenina de aceite de Argán me encuentro con mujeres sentadas en el suelo.
Cada una realiza su tarea en una escena perfectamente ensayada para ser representada ante un abarrotado escenario, el de los turistas que visitan las cooperativas femeninas de Marruecos como una nueva moda impuesta en cualquiera de las rutas turísticas del sur marroquí.
¡Pero nada más lejos de la realidad!

La economía local marroquí tiene nombre de mujer
La feminización de la economía local es una característica de la sociedad marroquí, hecho que descubrí en mi viaje por el Gran Sur de Marruecos.
En cada localidad visitada existe un grupo de mujeres organizadas en cooperativas cuyos objetivos son muy claros.
Evitar el abandono de las tierras, luchar contra la emigración de sus maridos e hijos y negarse a vivir de la limosna de visitantes, viajeros o turistas.
Pero por encima de todo, las mujeres marroquíes que se adhieren a una cooperativa entienden que se les brinda una oportunidad de crecimiento personal a través de la educación.
En cada visita he intercambiado miradas cómplices, de mujer a mujer, de trabajadora a trabajadora. Me he sentido una privilegiada al poder charlar con ellas.
Cuentan, a su manera, lo orgullosas que se sienten al ser la principal fuente de “riqueza” de sus hogares.
Estas valiosas mujeres me han introducido en el mundo del aceite de Argán, en el aromático paraíso del agua de rosas o en la atrayente confección de alfombras.
En definitiva, en la economía sostenible de Marruecos.

La visión masculina de las cooperativas femeninas de Marruecos
En un escenario de película, el Ksar de Aït Ben Haddou descubrí la importancia de estas cooperativas femeninas de Marruecos para las comunidades locales.
Abdeul, un amable y sereno bereber nos acoge en la “Cooperative femenine du tissage des tapis Bérberes”.
De mirada curiosa y talante sereno, nos invita a sentarnos para compartir té y conversación.
Ana (compañera de aventuras en este viaje) y yo aceptamos encantadas.
La cooperativa de alfombras bereberes pasa casi desapercibida en medio del laberinto de callejones del Ksar.
Decía Ludwig Wittgenstein: “los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo”, pero en este caso no ha sido así, ya que los tres hablamos y/o entendemos un idioma que nos ha unido, el francés.
Pero nuestra mirada, acostumbrada a buscar más allá de las rutas marcadas para el turismo, ha sabido regalarnos un interesante encuentro.

No sé la cantidad de tés a la menta que llevo bebidos a lo largo de estos días, pero el de Abdeul tiene un sabor especial.
El sabor de la conversación, del conocimiento del otro, del animado y pausado diálogo entre personas de distintas culturas.
En definitiva, el sabor del respeto y la hospitalidad.
Pasan los minutos y nuestra curiosidad impone una serie de preguntas respecto a las mujeres de la cooperativa.
Queremos saber quiénes son, qué hacen y por qué no están en la tienda. Sentimos necesidad de conocer el oculto mundo de las mujeres trabajadoras marroquíes.
Abdeul, responde pausadamente nuestras preguntas.
Treinta y cinco las familias viven gracias a los ingresos de la cooperativa.
Las mujeres combinan las labores del hogar con el tejido de las alfombras. Ahora están en las casas por eso no las vemos.
Sus ojos se emocionan al contar que se siente un auténtico privilegiado, ya que tiene el inmenso placer, gracias al permiso de las mujeres, de estar de cara al público en la tienda.
Es el único hombre que trabaja en la cooperativa donde su madre y su abuela tienen un importe papel.
Nos recalca que trabaja “por placer”, el dinero no es lo importante y de nuevo el brillo de sus ojos corrobora sus palabras.
No hay que olvidar que es bereber y su libertad está por encima del metal aunque los ingresos del turismo son necesarios y bienvenidos para el desarrollo de la comunidad.
“El turismo de masas no nos gusta. Atrae a personas que tienen prisa.
Nosotros queremos personas con las que poder conversar junto a una taza de té, con las que poder compartir experiencias”
Pasan los minutos, seguimos charlando, pero nuestro tiempo es limitado y debemos volver.

Emocionadas por este interesante encuentro, llevamos en nuestro interior un nuevo conocimiento.
Hemos aprendido que las cooperativas de mujeres son entidades socio-económicas de profundas raíces en el territorio.
Creadas por y para las personas, de fuerte compromiso con la comunidad donde el papel de las mujeres ha sido clave para su éxito.
En nuestro recorrido, dejamos a unas valientes mujeres, de mirada tímida, a veces esquiva, pero siempre sonrientes y amables que hablan de una revolución silenciosa en el sur de Marruecos.
Nota de la autora: Esta entrada forma parte de las crónicas que escribí para el proyecto final del Máster de periodismo de viajes que realicé en el año 2014.
Estoy de acuerdo contigo, yo también le hice un post sobre el aceite de argán cuando estas Navidades estuvimos por el Sur de Marruecos.
Saludos viajeros
El LoBo BoBo
gracias por el comentario Paco, ya he ido siguiendo también tu viaje por Marruecos. El sur de Marruecos es perfecto para interiorizar el cambio social que se está fraguando en el país y que viene de la mano de las mujeres y sus interesantes cooperativas de trabajo.
Un saludo, Eva y Carmelo
Pues como siempre… me ha encanto tu post!
Para mi decir que conozco un «lugar» del mundo no debe solamente limitarse a pisar esa tierra… debe incluir, indefectiblemente, el contacto con el «otro» con el habitante de este lugar. En este caso de la Cooperativa lo pudiste vivenciar a full y es el mejor ejemplo. Estos «encuentros» son los que enriquecen cada uno de los viajes.
Y las mujeres…(como siempre digo!) marroquíes, españolas, argentinas, vietnamitas, chinas… ¡¡¡somos capaces de mover el mundo!!!
ja! pero eso sí acompañadas de un buen compañero que nos aliente.
Gracias por esta vivencia compartida …
Saludos Viajeros.
Lilián Viajera
Saludos Liliám,
exactamente, un viaje sin el contacto con «los otros» es un puro espejismo. Como siempre te damos las gracias por tu interesante comentario.
Y por supuesto, que la relación femenino-masculino es importantísima, aunque a muchos se les olvida. jajaj The women power!
Un abrazo, Eva y Carmelo
Sin duda la vida de las mujeres es complicada en muchas partes del mundo, pero sin duda estas cooperativas de las que nos hablas dan la oportunidad a muchas de ellas de mejorar su vida y por ende la de sus familias. Siendo así, alabar estos proyectos.
Un abrazo
Si Cristina, este tipo de proyectos mejora la calidad de vida local y además ofrece al visitante un valor añadido de los lugares alos que accede. en Marruecos sobre todo está influyendo en el hecho de que muchas personas no marchen de sus aldeas y pueblos, y sobre todo, eliminar del acervo la palabra «limosna».
Un abrazo viajera! Saludos, Eva y Carmelo
Hola! Me he encontrado tu post buscando información sobre cooperativas en Marruecos y me ha encantado. Estoy organizando un viaje para familias y mis viajes siempre apuestan por el turismo sostenible, y una de las cosas que hacemos es visitar cooperativas con la intención de ayudar a las economías más pequeñas y la integración social. Voy a Marruecos en una semana a hacer la prospección del viaje con familias y me gustaría saber si me puedes dar algunos nombres o direcciones de esas cooperativas que conociste. Y si tienes alguna información sobre hospedaje en casas familiares o algo así también sería de gran ayuda.
Muchas gracias de antemano!
Hissora
Hola Hissora! disculpa el retraso en la respuesta, pero hemos estado en medio de un viaje y un concurso que nos ha tenido un poco apartados del blog. No sé si llego a tiempo para responderte. Las cooperativs que visité están en el valle de las rosas y enla zona del argan, en el camino que lleva desde Marrakech a Essouira. Si te apetece hablamos por correo y concretamos.
Muchas gracias por pasarte por nuestro blog y por tu interés.
Eva y Carmleo
Hola Eva, no me puedo resistir a comentar tu post porque me ha hecho mucha ilusión encontrar algo sobre la cooperativa de Abdeul! Mi novia y yo la encontramos también por casualidad gracias a un hombre llamado Mohammed que nos dejó hacernos unos bocadillos en su «salón de té» (un «balcón» en medio del ksar) mientras nos servía un thé à la menthe y que después de preguntarle nos llevó allí, aunque no teníamos un duro! 3 días después volvimos con intención de comprar y Abdeul nos preparó un tajine espectacular que nos comimos (con las manos, por supuesto) entre él, Mohammed y nosotros dos, y nos fuimos de allí con 2 alfombras y un montón de regalos que nos hizo, además de una buena conversación! Es mi mejor recuerdo de mis dos viajes a Marruecos… enhorabuena por el post, describe muy bien las sensaciones que yo también sentí. Te seguiré leyendo.
Muchas gracias por tu mensaje Enrique, por animarte a «perder» unos minutos en leer nuestro blog y otros tantos en este Feedback. Mensajes como el tuyo hacen que merezca la pena seguir adelante en este tipo de crónicas y relatos donde el viaje se vuelve más íntimo, más relajado, más cercano a los otros.
Saber que alguien que nos ha leído ha pisado el mismo lugar y ha sentido la misma sensación, ya es todo un premio. Gracias por seguir leyéndonos. Ya tenemos ganas de volver a Marruecos para vivir nuevas historias, más cercanas que acaben con tanto estereotipo.
Saludos viajeros,
Eva y Carmelo
Buenos días,
Es muy bonito el relato, pero lamentablemte en la mayor parte de los casos no es real. Si os moveis por todas las ciudades los vendedores siempre hacen los mismos comentarios, supongo que a los turistas europeos nos ablanda el corazón la lucha de las mujeres sometidas en estos países y ellos lo saben y así nos pueden subir los precios. Son unos expertos en estas artes incluso pondrán a alguna mujer a hacer el paripé. Si de verdad queréis comprar los productos a los artesanos creo que sólo podrá ser a los nómadas mediante un intercambio de ropas, no por dinero. Siento dar una versión más pesimista del caso, pero seguro que los que habéis visitado estos lugares habéis salido con la sensación de que algo falla.
Un saludo.
Hola Eva, me ha encantado esta entrada! una forma muy amena de resaltar el trabajo de las mujeres en las comunidades de marruecos. Comparto porque creo que es importante darles visibilidad.
Hola Laura, muchas gracias por tu comentario y por compartirlo. Los viajeros tmbién estamos para ser el altavoz de las realidades que nos encontramos enlos lugars visitados, sean buenas o malas.
Un abrazo,
Eva
¿Hay alguna forma de comprar aceite de argán puro, sin otras mezclas, de primera presión en frío y desodorizado, y directamente de Marruecos?.
Quiero comprarles por litros, pero no se a dónde dirigirme, ¿pueden ayudarme, por favor?. Es para una persona que tiene problemas de piel y se lo ha recetado un médico.
Buenos días María teresa,
en primer lugar, gracias por pasarte por nuestro blog.
respecto a la pregunta que haces, vamos a mirar a ver si tenemos los contactos de alguna de las cooperativas que visitamos para que puedas ponerte en contacto directamente con ellas.
La verdad que el aceite de Argán tiene unas propiedades curativas increíbles, pero también es cierto, que lo que se vende en España con el sello Argán, suele estar muy mezclado.
en seguida que sepamos algo, te pasamos contactos.
Un saludo,
Eva y Carmelo
Buenos dias como tomar el Ginseng, que compre en la cooperativa.
buenas tardes Ángel, no entendemos muy bien tu comentario o pregunta. ¿Tiene algo que ver con las cooperativas o con alguna en concreto que visitaste?
Saludos Viajeros
Eva y Carmelo