Freilichtmuseum Detmold, Museo etnológico al aire libre de Renania Westfalia

Museos hay de muchas clases, estilos y objetivos. Hay pinacotecas, ecomuseos, de artes decorativas, arquitectónicos y un largo etcétera.

De entre esta colección destacan, por su singularidad, los conocidos como museos etnológicos, aquellos que por su misión, más nos aproximan a la realidad del lugar que visitamos dejando de lado la exclusiva subjetividad de un artista concreto.

En un museo etnológico se camina a través de paisajes de antaño con casas históricas, se contempla la evolución de la arquitectura, de los usos y costumbres de un lugar desde un punto de vista ameno, mientras caminas por un entorno natural único.

Con esta premisa se presenta el Freilichtmuseum Detmold (museo al aire libre de Detmold) o Museo de Etnología del Estado de Westfalia.

Plano guía del Freilichtmuseum Detmold, el museo al aire libre más grande de Alemania

Plano guía del Freilichtmuseum Detmold, el museo al aire libre más grande de Alemania

Parece que en Alemania se toman muy en serio la etnología ya que cuentan con más de cien museos de estas características repartidos por el país.

El Freilichtmuseum Detmold fue creado en 1971 por la Asociación Regional de Westfalia-Lippe.

Es el más grande de Alemania en su categoría, con un total de noventa hectáreas de superficie y más de cien edificios catalogados como históricos.

Caminar por este espacio es hacerlo a través de la historia arquitectónica y cultural de la región, por ello, ¡No tengas prisas! ya que el recorrido dura unas cuatro horas.

A lo largo del paseo encontramos edificios históricos, antiguas cantinas donde se puede comer, granjas, aldeas, herrerías y talleres donde contemplar antiguos oficios.

No menos interesante resulta el entorno natural, que conserva el tipismo de épocas pasadas, ya que el museo es un centro de recuperación de la flora y fauna autóctona.

Jardín y huerto típico del siglo XVIII

Jardín y huerto típico del siglo XVIII

Origen del concepto de museo etnológico

Los primeros museos al aire libre surgieron en Escandinavia en el siglo XIX con el objetivo de preservar las  construcciones que representaban la vida y cultura popular, es decir, los lugares de trabajo, de estudio y de relaciones de las clases sociales eminentemente rurales.

Así, las casas de campesinos, de terratenientes, de religiosos y todo el amplio abanico de mobiliarios, enseres, útiles de labranza y demás elementos cotidianos comienzan a preservarse y/o, a copiarse en un lugar concreto dando lugar a una visión «idealizada», casi romántica de la época y región representada.

Actualmente, los museos al aire libre combinan una función pedagógica con otra investigadora.

Este es el caso del Freilichtmuseum Detmold donde la administración regional lleva cabo un proyecto de desarrollo local basado en la recuperación del patrimonio, del paisaje y de razas domésticas en peligro de extinción como el Essel (burro) o la raza de oveja Bentheimer Landschaf entre otros.

Ovejas X, raza autóctona de la zona

Ovejas Bentheimer Landschaf, raza autóctona de la zona en peligro de extinción

Nuestro paseo por el Freilichtmuseum Detmold

El acceso al museo se realiza a través de unas taquillas por lo que al inicio, el lugar puede recordar al típico «parque temático». La entrada general cuesta 7€ (precio setiembre 2015), pero hay descuentos para colectivos específicos.

Llegamos hasta aquí gracias a nuestra couchsurfer Larissa, que nos acoge en su casa durante el periplo que realizaremos por Renania-Westfalia y Baja Sajonia. ¡Cuánto nos gusta la improvisación!

De la mano de Larisa y a lo largo de la mañana, hemos visitado hitos importantes en la provincia de Detmold como por ejemplo, el monumento a Hermann, el más admirado de los guerreros teutones, o la mágica Reserva Natural der Externsteine. 

Tras un delicioso picnic, la tarde se la dedicamos al museo.

Molino de viento en el paisaje del

Molino de viento en el paisaje del Freilichtmuseum Detmold

Con el tiquet de entrada te fecilitan un plano-guía para seguir el recorrido lógico.

Puedes dedicar tu tiempo a patear las noventa hectáreas o, en su caso, realizar alguna de las tres rutas creadas en función del tiempo que dispones, de tu curiosidad o expectativas.

Como ya viene siendo habitual en nuestra filosofía viajera, nosotros nos dejamos llevar…, ¡no tenemos prisa! 

Lo que inicialmente nos parecía un parque temático se convierte de golpe en un viaje al pasado, a una época donde el ser humano y la naturaleza convivían en paz, haciendo un uso racional de los recursos y de los animales.

Algo nos dice en el aire que este museo ¡nos va a enamorar! Preparamos nuestras cámaras, pero sobre todo damos rienda suelta a nuestros sentidos para llenarnos con la magia y el encanto del lugar.

Comentamos con nuestra «guía personal» lo perfecto y delicado que resulta todo en esta zona de Alemania, ¡todo es tan…! Es imposible ver algo dañado, sucio, roto o abandonado.

El personal con el que nos vamos encontrando en el camino se esmera para que todo esté correcto.

Nos explican cualquier duda que tenemos, nos indican el camino correcto e incluso nos muestran los mejores sitios para obtener instantáneas de lujo.

La primera de las construcciones con la que nos topamos es un viejo Molino de Agua (Wassermühle) ubicado entre un precioso puente repleto de flores, y las tranquilas aguas de un pequeño arroyo.

Molino de agua

Molino de agua

El molino de agua es, tras los palacios-castillo y las iglesias, la construcción más numerosa de la región.

A lo largo de nuestro viaje por Renania-Westfalia hemos visto un buen número de ellos. Todas las localidades con río contaban con un molino de agua.

Accedemos al Grätenhof, un gran complejo-granja  que muestra el estilo de vida en las fértiles tierras del distrito de Münster allá por el año 1800.

La disposición era la de una granja familiar propiedad del terrateniente con un patio central (Hof) del que derivaban las estancias de los campesinos y trabajadores domésticos. Sorprende la copia de una letrina o retrete de la época.

Letrinas de la granja, principios de 1800

Letrinas de la granja, principios de 1800

En cada uno de los edificios existe un panel informativo en tres idiomas por lo que es fácil seguir la visita por nuestra cuenta.

Este tipo de construcción nos llamó la atención en la zona agrícola y ganadera de Valonia (Bélgica). Grandes granjas de ladrillo con tejados puntiagudos que descienden prácticamente hasta la altura del suelo. ¡Son bellísimas!

Ahora tenemos la oportunidad de entrar en su interior para conocer su distribución y usos.

Réplica perfecta de un granero en la región de Münster (1800 aproximadamente)

Réplica perfecta de un granero en la región de Münster (año 1800 aproximadamente)

También sorprende la reproducción del jardín-huerta, donde flores y productos hortícolas se disponían en función de la ornamentación y los usos. 

¡Menudo rincón para retirarse una temporada! a esto le llamamos nosotros una verdadera escapada rural, vegetación autóctona, casas con el mobiliario y la luz de la época. En tan solo unos minutos recibimos una amena clase histórica de lo cotidiano.

En lugares así no echas de menos los palacios, castillos o grandes catedrales que, normalmente, son las construcciones que más visitamos al viajar.

Aquí conocemos el mundo rural, las estructuras sociales en las zonas agrarias y la interacción del hombre con la naturaleza y su entorno a lo largo de los siglos XVII al XIX.

Se le suma el hecho de que realizas rutas entre aldeas de diferentes concepción y épocas sin cruzarte con un solo vehículo motorizado.

¡Dan ganas de quedarse aquí una temporada! Una pena que no haya algún pequeño hotel con encanto o albergue.

Antiguas escuelas

Antiguas escuelas del Freilichtmuseum Detmold

El camino continua hacia un pequeño puente, el antiguo edificio de los bomberos y la escuela.

La influencia de la religión en la educación, en el recato de las vestimentas y en la configuración de las casas queda reflejada en este apartado.

El pastor (cura luterano o protestante) ejercía prácticamente las funciones de nuestros actuales alcaldes o concejales, vamos que lo mismo servía para dar misa que para hablar sobre temas sociales y políticos, aunque siempre supeditado al poder real.

El camino nos lleva hacia otros ejemplos de granja con patio ajardinado, en este caso las representantes de la región de Lippe. Siguen siendo casas muy grandes que sorprenden por su alargado trazado.

Pero ahora, otra cosa llama poderosamente nuestra atención, la colección de árboles frutales, sobre todo manzanos que dan paso a extensos campos de cereales. No podemos evitar coger algunas manzanas que, a mediados de setiembre, están en su mejor momento.

¡Qué sabor! con el primer bocado han regresado a nosotros los sabores de la infancia, cuando la fruta sabía a fruta y el brillo, forma y colores no eran tan artificiales como las que encontramos ahora.

El Freilichtmuseum Detmold cuenta con un departamento de Ecología del Paisaje cuya labor y trabajo se aprecia en los jardines y huertos del recinto.

Está claro que el trabajo cotidiano de las personas, los estilos de vida y las construcciones no se explican sin paisajes y animales. Esto es lo que nos quieren enseñar en este museo.

Paisajes pintorescos en el

Cada zona se representa en un entorno igual del que procede. Las granjas de la zona de Münster se elevan en suaves colinas, los campos agrícolas se extienden por pequeños valles…

Los bosquecillos, las tierras de cultivo, las áreas forestales van cambiando en función de la región y la clase social que representan por lo que el conjunto es bastante heterogéneo y nada monótono.

En pocos metros pasamos de pequeñas aldeas a extensas granjas, o disfrutamos de un viejo molino de agua y más adelante nos topamos con otro de viento. 

Nos divierte pensar que en solo unas horas hemos conocido el paisaje e historia de todo un estado, eso sí, bastante condensado.

El museo es una buena manera de introducirnos en el estado Renania del Norte Westfalia y ahorrarnos unos cuantos kilómetros de coche.

El área de Paderborn Dorf (una nueva replica de aldea) se inicia con un precioso y bien conservado molino de viento que nos cuenta la utilización de este elemento como fuerza mecánica para la molienda.

Vídeo de nuestra visita al Freilichtmuseum Detmold

Vídeo versión 3D

En todas las aldeas, encontramos un elemento característico, las capillas, signo del fervor católico existente en el ámbito rural.

Pequeña capilla del siglo XVII

Pequeña capilla del siglo XVII

Dejamos los extensos campos de cultivo para regresar a la vida aldeana. Preciosas casas de entramados de madera, herrerías, panaderías, todo una sucesión de edificios nos salen al paso.

Es como si hubiéramos llegado a alguna aldea perdida del oeste alemán.

Conjunto de casa rural, granero y panaderia de 1767

Conjunto de casa rural, granero y panadería de 1767

Una vez más, la mezcla de campesinos, terratenientes, casas parroquiales que parecen palacios, escuelas, panaderías y dispensarios nos muestran la singularidad de otras épocas donde parecía que nunca pasaba nada

Estamos tan inmersos en este mundo que el tiempo se nos ha pasado volando. Unas voces a través de altavoces nos recuerdan que ya tenemos que regresar al punto de partida, en media hora se cierra.

¡No puede ser, aún nos queda una buena parte por ver! Pero en Europa es así, los horarios son muy estrictos y si no te das prisa ves muy poco.

Regresamos por un sendero diferente para admirar la parte que nos queda aunque no podemos ir despacio ya que tenemos un buen trecho hasta la salida.      .

Calle principal en la

Calle principal en Paderborn Dorf

Nuestra opinión

El Freilichtmuseum Detmold ha sido el primero de los museos etnológicos que hemos visitado y el resultado ha sido muy positivo.

Nos ha entretenido, hemos disfrutado de un excepcional paisaje mientras caminábamos a través de los campos y en ningún momento hemos tenido la sensación de estar en un recinto cerrado.

Hemos comido fruta cogida directamente de los árboles, hemos visto jardines, plantas y verduras de antaño

Las informaciones que se encuentran en cada edificio son muy válidas y ayudan a entender el concepto.

En definitiva, a nosotros, ¡nos ha encantado! por eso lo recomendamos tanto a viajeros en solitario, como a parejas, familias, a todo aquel que tenga curiosidad por la vida cotidiana y rural, pero sobre todo que aprecie la buena labor realizada por las personas implicadas en este valioso proyecto.

¡Prometemos volver!

Recomendaciones

-Podéis traer vuestra comida ya que hay zona para hacr picnic. También hay opción de comer en alguno de sus restaurantes o cantinas.

-Calzado y ropa cómoda ya que hay que caminar bastante.

-El museo cuenta con un numeroso conjunto de actividades para los niños y familias, informaros de todo ello en su agenda.

-Hay parquing a la entrada, pero es de pago. Podéis dejar el coche en la localidad de Detmold y venir andando hasta el museo, el paseo es muy agradable.

-Hasta Detmold llegan autobuses y trenes de cercanías.

-El museo solo abre unos meses al año

¿Conoces algún museo de estas características? Cuéntanos tu experiencia o comparte en los comentarios para que podamos visitarlo.

6 Comentarios

  1. Paco Piniella

    Curioso, curioso, diferente, muy interesante.
    Saludos viajeros
    El LoBo BoBo

    Responder
    • Eva Puente

      Un saludo, gracias por pasarte por nuestro blog.

      Eva y Carmelo

      Responder
  2. jordi (milviatges)

    Pues éste museo no lo conocía aunque sí que hemos conocido otros de semejantes y suelen ser bastante interesantes a la par que supone algo así como «un día relajado en el campo».
    en estos museos, los molinos no suelen faltar!

    Responder
    • Eva Puente

      Gracias por el comentario Jordi! jajja lo del molino es verdad :-). Es como la imagen fetiche de estos museos etnológicos al aire libre.

      Responder
  3. Viajando ODV y RCL

    Hermoso lugar!!! Nosotros visitamos un «museo al aire libre» (no sabia que se llaman etnológicos) en Aarhus, Dinamarca: «Den Gamle By» y es muy similar. Lo mágico de estos lugares esta en que al tiempo que lo recorres te vas transportando a la época y de repente te sientes como si fueras protagonista de una serie de los 70´s jijiji.
    En lo personal a mi me gustan mucho y en particular este que nos relatas se ve muy grande y en perfectas condiciones. Las fotos me encantaron!!! Espero algún día poder visitarlo. Saludos.

    Responder
    • Eva Puente

      Pues si, han sido todo un descubrimiento y es verdad que te sientes transportado a otro momento porque todo está cuidado al detalle. Muchas gracias por el comentario :-). tomamos nota del de Dinamarca para cuando vayamos allí!.

      Eva y Carmelo

      Responder

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Eva Puente

Aprendiza de todo, maestra de nada. Viajera empedernida, disléxica ocasional. Me apasiona descubrir historias y después compartirlas. ¿te animas a acompañarnos en nuestros viajes?

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