Para que un lugar enamore no necesita una singular belleza, tampoco ser pintoresco, especial o romántico.
A veces, una localidad seduce desde el momento en que se pisa por primera vez debido a un conjunto de factores tan sencillos como su humildad, naturalidad o sencillez o, simplemente, por su apabullante historia.
Ese ha sido el caso de la interesante y «desconocida» ciudad de Freudenstadt, cruce de caminos en plena Selva Negra, lugar hasta donde llegamos una cálida mañana estival.

Freudenstadt es uno de los centros turísticos más importantes de Alemania, pero pasa totalmente desapercibida en las rutas por la Selva Negra para quienes venimos de fuera.
Los alemanes llegan hasta ella en busca de sus balnearios, naturaleza y estaciones curativas, como la afamada Kneipp.
La Marktplazt más grande de Alemania
Lo primero por lo que te engancha esta sureña ciudad selvanegrina es por su plaza.
La Marktplazt tiene casi cinco hectáreas de extensión. Decir impresionante es quedarse corto.
Dos carreteras nacionales pasan por el medio, dividiéndola en la parte Alta y la parte Baja.
La mejor manera de entender este monumental lugar es desde el edificio de la Stadhus (Casa de la Ciudad), un interesante y recomendable museo que se encuentra justo en el medio.
La plaza tiene forma cuadrada. Está rodeada de bellos y pintorescos edificios. Destacan los históricos como la Iglesia Evangelista.
Pasear entre las casas de estilo italiano con bellos soportales, repletos de tiendas e interesantes restaurantes, heladerías o terrazas parece aquí el «deporte nacional».

La plaza esta salpicada de fuentes con estilos y formas diferentes. El conjunto refresca el ambiente de los cálidos días estivales.
En la parte baja un total de cincuenta surtidores juegan constantemente con el agua, es uno de los emblemas del aniversario de la ciudad, «Renacimiento y alegría de vivir».
El lugar es precioso, una gran explanada con zonas ajardinadas y vibrantes chorros de agua que recuerdan más a una ciudad mediterránea.

Justo en el centro se elevan el Museo de la Ciudad y la Oficina de Turismo. Decidimos visitar sendos edificios.
A lo largo de nuestro periplo por la Selva Negra hemos entrado en todas las oficinas de turismo de las poblaciones visitadas.
Atienden muy bien, dan buenas recomendaciones y, en general, son espacios de singular arquitectura.
Por su parte, los museos de esta región son gratuitos o tienen unos precios bajísimos (entre 1-3 euros). Resulta asequible visitarlos todos.
Pinceladas de historia de Freudenstadt
Visitando el museo de la ciudad nos dimos de golpe con la terrible historia de esta localidad.
Guerras, fuego y plagas, han sacudido con fuerza Freudenstadt a lo largo de su historia.
Fundada en 1599 por el duque Friedrich I y bautizada como «la ciudad de la alegría».
El arquitecto del duque, Heinrich Schickhardt estudió durante un tiempo el urbanismo de las ciudades italianas de Roma y Bolonia, trasladando a Fraudenstadt la típica estructura urbana italiana.
Este toque se sigue apreciando actualmente aunque la ciudad esté prácticamente reconstruida en su totalidad tras la Segunda Guerra Mundial.

Los habitantes se sienten muy orgullosos de la belleza de su ciudad tras las continuas reconstrucciones. En ellas han sido participado todas las generaciones.
En el museo de historia se tiene la oportunidad de entender este «milagro».
Las diferentes salas hablan de épocas de incendios y de plagas. La más impactante es la dedicada a la Segunda Guerra Mundial, cuando Freudenstadt fue brutalmente bombardeada tras la rendición alemana.
El salvajismo y ensañamiento de las tropas aliadas contra una ciudad indefensa como represalia a la atrocidades del nazismo se refleja aquí, uno no puede más que sobrecogerse.

Pero, la ciudad de la alegría supo sobreponerse a todos sus azotes.
Tras la gran guerra empezó un importante despegue que la ha llevado a convertirse en un lugar de reconocido prestigio gastronómico, turístico y vacacional de Alemania.
Desde entonces es conocida como «el gran milagro» alemán. Creo que su alegría y desenfadado estilo de vida se deben a la superación de ese pasado.
Un relajado paseo por Freudenstadt
Tras empaparnos de la historia y tradiciones locales abandonamos el museo para acceder a la monumental plaza.
– Mercado semanal
Hoy es día de mercado. En uno de sus laterales la fruta, las flores y la comida atrapan nuestra atención.
Interesantes puestos de alegres colores repletos de productos locales. Impresiona la cantidad de flores, sobre todo fucsias, que abundan en la zona.
Sentados, hemos disfrutado de unos deliciosos helados italianos, mirando embobados cada detalle del urbanismo de este impactante lugar.
Lo hemos definido como «el paraíso para los peatones».
A pesar de la división de la plaza por el paso de las carreteras, el resto son áreas de esparcimiento sin acceso al tráfico rodado.
– La fuente de la Selva Negra
En una de las esquinas de la plaza, conocida como Roseneck (literalmente, esquina de las rosas), ha captado nuestra atención una divertida escultura.
Es la Fuente de la Selva Negra, realizada en 1992 que recrea de una manera original la fauna de la zona.

Cruzamos la carretera y nos adentramos en la zona Baja. El ritmo y el ambiente cambian.
Esta parte está animada por niños (y no tan niños) que juegan alegremente en los surtidores de agua donde se refrescan de la calurosa mañana.
– La iglesia «esquinera»
Nuestro siguiente objetivo es visitar la extraña rareza de Freudenstadt, su iglesia, que caracteriza el rincón sur de la Plaza del Mercado.

La iglesia llama la atención por su forma angular en una perfecta simetría de lados.
Otra pequeña plaza da acceso al edificio. A sus pies se sitúa la Fuente del Barbo, símbolo del blasón del duque fundador de la villa.
Acabada en 1608, poco queda de aquella primera iglesia original, los bombardeos la dejaron en muy mal estado.
El delicado trabajo de los habitantes ha tenido su recompensa. El edificio recuperó su esplendor, aunque el interior es bastante más sobrio que el original.

La forma angular se aprecia mejor desde dentro. La iglesia se divide en dos naves que forman un perfecto ángulo recto.
De esta manera, hombres y mujeres acceden al servicio religioso «limpiamente» separados según la tradición protestante.
El altar y el púlpito están estratégicamente colocados en la esquina del ángulo de forma que el pastor tiene siempre a la vista a «su rebaño».
– La Colina Kienberg (tren turístico)
Al salir de la iglesia nos subimos en el tren turístico, nos lo han recomendado en la oficina de turismo.
Todo un acierto. El tren recorre el casco urbano para después adentrarse en la Colina Kienberg.
La ruta nos ha dejado tan impactados que una vez retornados al punto de partida hacemos nuestra propia y singular visita a esta colina repleta de vegetación y bosques típicos selvanegrinos.

La primera sorpresa viene de la mano del Roseweg, el sendero de rosas a mayor altitud de Alemania. Una colección de esculturas de arte moderno salpican el paisaje.
Este sendero ha sido realizado por los propios habitantes de la ciudad. Ellos se encargan de su cuidado y mantenimiento.
El aire que respiramos está considerado el más puro de Alemania.
Emulando al cura Kneipp, famoso por crear la medicina naturalista basada en el poder curativo del agua y las plantas, en el año 1877, el alcalde Hartranft hizo que Freudenstadt saltará a la fama mundial al construir balnearios y clínicas de reposo basándose en el poder curativo del aire de los bosques de la ciudad.
¡Ahora comprendemos el buen rollo provocado por esta localidad!
Menudo visionario el tal Hartranft.

En el punto más alto de la colina se accede a la Friedrichstrum, o torre de Federico, un mirador excepcional a 739 metros de altura.
Desde la punta de la torre se goza de una vista espectacular a la ciudad, a las montañas de la Selva Negra así como a los Montes Suebos.
Una magnífica panorámica de 360º al aire libre no apta para personas con vértigo.

El parque Courbevoie, otra zona de esparcimiento tocando al elegante jardín de la estación climática, pone fin a la colina.
Regresamos al punto de partida y damos por finalizada nuestra visita a la sorprendente «Ciudad de la Alegría».
Vídeo de Freudenstadt (La Selva Negra)
Disfruta también del vídeo con la experiencia 3D.
Tras la visita, soñamos con volver y disfrutar más pausadamente de su filosofía y emblema: «Renacimiento y alegría de vivir».
¡Vaya pasada! Y he pasado muy cerquita… en Offenburg y en Calw, qué pena. La próxima vez que visite la Selva Negra pasaré por allí sin dudarlo, tu entrada me ha convencido jaja
Saludos,
Joaquín
Hola Joaquín!, gracias por tu comentario y por pasarte por el blog ;-). Suele pasara que cuando se viaja haya lugares que pasan inadvertidos porque nadie los pone en valor. Nosotros somos muy dados a viajar a aquellos rincones desconocidos que acaban siendo verdaderas joyas. Pues ya sabes, si vuelves, Freudenstadt debe estar en tu agenda viajera ;-).
Saludos,
Eva y Carmelo
Pues me has hecho pasar un momento realmente agradable recorriendo este lugar, sus pintorescas y floridas peatonales, su calle alta, sus verdísimos bosques, sus curiosas iglesias, sus torres, sus colinas, parques, senderos y primorosas fuentes de piedra. Realmente un lugar para recomendar ¿qué tal te fue con el idioma?, tal parece que bien aunque tu lo expresas muy bien en el riquísimo idioma español que hablamos y por cierto «el más difícil del mundo» por la gran variedad de vocablos, aunque nos parezca tan sencillo porque lo dominamos al dedillo.Besotes Amiga!!!.
Querida Marta!, cuánto tiempo ;-). Gracias por acompañarnos en este relato. Por lo del idioma no hay mucho problema, con mi francés y el inglés de Carmelo salimos adelante, lo único que hay lugares donde solo se habla el alemán, pero hay un lenguaje universal que todos entendemos, y con ese llegas a todas partes ;-).
Un abrazo amiga!
¡Qué linda esta parte de Alemania que todavía no tuve la suerte de visitar!, siempre me da la sensación que las construcciones alemanas parecen casitas de muñecas…
Gracias por tu visita y comentario Fernanda.
Realmente es así, hay zonas que parecen de auténtico cuento 🙂
Hola Eva: me ha gustado mucho tu post. Desde luego parece un lugar idílico, cuidado, con historia y ese ambiente de cuento de algunos lugares centroeuropeos. No he estado por esta parte de Alemania pero creo que merece le pena pasarse por allí, ¿no es así?.
Gracias por contarlo.
Cristina de Ida y Vuelta.
Hola Cristina,
Gracias por tu comentario y por pasarte por nuestro blog :-). Realmente toda la Selva Negra es una zona muy cuidada por sus habitantes. Merece mucho la pena ya que son lugares muy interesantes tanto por su historia, cultura, gastronomía y naturaleza.
Si te animas a ir, ya sabes, te puedo dar todo tipo de detalles.
Saludos, Eva y Carmenlo
¡Qué sitio tan bonito!Me ha gustado mucho. Gracias por el post.
Me alegro Ana, gracias a ti por tomarte un tiempo para leerlo ;-).
Eva y Carmelo
Este sitio me recuerda una serie tv que hacían en Italia cuando era pequeña.
Siempre pensé que sería una zona muy bonita para ir a visitar y este post me lo confirma.
Gracias por tu comentario Rachel, jajaj desconozco la serie de la que hablas pero me alegra el haberte traído esos bonitos recuerdos.
No dudes en visitar esta zona, colmará tus expectativas 😉
Saludos y hasta la próxima!
Es un lugar muy especial, lo he pasado muy bien la gente marabillosa
Hola Alfonso! muchas gracias por tu comentario. Nos alegra saber que has tenido una bonita experiencia en esta bella ciudad de la Selva Negra.
Nosotros ya tenemos ganas de repetir,
un abrazo,
Eva y Carmelo
Muy buenas Eva, he visto tu blog hablando de Freudenstadt y me ha picado la curiosidad en ver que escribias sobre la ciudad principalemente porque resido aquí hace un año y medio aproximadamente. Te doy mi mas sincera enhorabuena porque has descrito la ciudad perfectamente incluso detalles que yo aún no sabía, muchas gracias por este maravilloso relato. Saludos
Buenas tardes Alfonso, muchas gracias por leernos y por tu comentario. Me hace ilusión sobre todo por la parte en la que confirmas que todo lo que cuenta de la Ciudad de la Alegría es cierto, así como el hecho de haberte descubierto «secretos» desconocidos.
Freudenstadt nos encantó y seguro que volvemos!. Un abrazo y espero que sigas disfrutando de nuestros artículos 🙂
Eva y Carmelo
Gracias por el post Eva. Es impresionante as conseguido que me enamore de la ciudad.
Qué bien! la verdad es que es una ciudad que enamora. No es muy conocida y sale fuera de los circuitos turísticos, pero cuando la visitas, te engancha!
Un saludo,
Eva y Carmelo
Buenas tardes, ¿alguien me podría indicar cómo conseguir la tarjeta de la Selva Negra? No sé cómo hacerlo, me hablan de una tarjeta llamada Konus… pregunto en mi hotel…no saben nada. Empiezo mi viaje en Baden Baden.
Sí alguien me echa una mano se lo agradecería mucho.
Saludos
Buenos días Juan. efectivamente, la tarjeta para tomar el transporte público por la Selva Negra es la Konus, te paso el enlace para tu información: http://www.konus-schwarzwald.info o esta otra https://www.schwarzwaldportal.com/es/_cono.html
Esperamos haberte ayudado.
¡Saludos viajeros!
Eva