Imagina que metes en una coctelera, una pizca de patrimonio, una ralladura de cultura, unos granitos de naturaleza y un chorro de historia. Después lo sazones con rica gastronomía, lo remueves con mucho cariño y voilà el resultado es la villa medieval de Montblanc.
¿Qué? ¿nunca has probado el cóctel Montblanc Medieval?
No te preocupes, nosotros te desvelamos la receta y las instrucciones para elaborarlo por tu cuenta.

Ingredientes para el cóctel Montblanc
La localidad conserva un excelente patrimonio y contiene una rica historia que se pierde en los anales del tiempo.
Estos son, sin duda, algunos de los excelentes ingredientes y configuran una interesante lista de qué ver y hacer en Montblanc.
1. Patrimonio
Montblanc está declarada como Conjunto Histórico-Artístico desde 1948. La localidad conserva un excelente patrimonio y contiene una rica historia que se pierde en los anales del tiempo
Sus iglesias, el Puente Viejo, el antiguo Hospital de Santa Magdalena o la Cooperativa de Viticultores, obligan a un paseo relajado por el casco medieval.

Encajonado en el recinto amurallado mejor conservado de Cataluña con más de un kilómetro de perímetro.
Tanto patrimonio seduce al visitante, convirtiéndose en el ingrediente primordial del cóctel, que debe servirse con un toque slow, sin prisas.
Este ingrediente puede ser consumido por grandes y pequeños, lo puedes tomar en pareja, con amigos e incluso en solitario.
Hay un Montblanc para cada tipo de viajero, de visitante o turista.

2. Cultura
La actividad cultural de la villa es frenética, Montblanc cuenta con una buena colección de museos.
Destacan, el Museo Comarcal de la Conca de Barberà, el Centro de Interpretación del Arte Rupestre o la Casa-Museo Palau Ferré.
Su evento cultural y festivo más sobresaliente es la Semana Medieval, recreación de la leyenda de Sant Jordi.
Una de las fiestas históricas más destacadas de España, declarada de interés Turístico Nacional.

En cada rincón, calle o plaza, Montblanc regala al visitante un seductor conjunto de historias y leyendas vivas.
Dos de esas leyendas son la base de las fiestas más interesantes de la villa, la semana medieval y las fiestas de la Virgen de la Serra o Festa Major.

3. Historia de Montblanc
Ingrediente básico en el cóctel. La historia de Montblanc es tan amplia que se hace difícil resumirla aquí.
La zona montañosa que rodea a la villa ya estaba habitada en el paleolítico.
De esta época se conserva un interesante conjunto de pinturas rupestres declaradas Patrimonio de la Humanidad.
Montblanc también tuvo su época ibérica (siglos IV al I aC) e incluso, se han localizado restos romanos (toda esta historia se localiza en el Museo Comarcal de la Conca).

Hacia el año 1080 aparece el primer núcleo de población, Vila-salva.
En el año 1150 se le otorga la condición de villa, situándola en la parte más elevada del Pla de Santa Barbara. Se cambia su nombre a Montblanc (monte sin vegetación).

A lo largo de los siglos XII al XIV, la localidad vive momentos de esplendor. Ejemplo de ello son los palacios, iglesias y muralla del casco antiguo, así como las callejuelas de la Judería.
Después, sufrió una época de absoluta decadencia hasta el XVIII.
La llegada de las comunicaciones, su estratégica ubicación y la aparición de las cooperativas agrícolas consiguen sacar a la localidad del letargo.
Hoy día, la ciudad cuenta con un importante tejido asociativo y cultural que contribuye a su dinamismo.
4. Ocio
Este ingrediente muestra la clave para disfrutar de un sinfín de actividades programadas a lo largo de todo el año.
En la localidad siempre encontrarás algo por hacer: una cata de vinos, una feria gastronómica, una ruta guiada, una escapada por la naturaleza.
Montblanc no es una villa «museo», ni la típica localidad «bella durmiente». Desde la oficina de turismo proponen un buen número de actividades adecuadas a tus intereses o gustos.
¿No padeces de vértigo? sube hasta las murallas y bastiones.
Disfruta del Paseo de Ronda junto a una guía experta. solo ella te contará los secretos mejor guardados, como la imagen del Nas del Gegant, uno de los símbolos más queridos por los montblanquinos.

¿Eres un apasionado del enoturismo? vive una experiencia sensorial en la Torre de Tastos junto a la familia Pedra.
Podrás conocer como es una vivienda del interior de las murallas mientras catas los mejores caldos de la DO Conca del Barberà.
En la exquisita obra modernista de Cèsar Martinell encontramos la Cooperativa de viticultores, considerada una de las «catedrales del vino».
Realiza la visita con degustación, después, compra productos kilómetro cero de la zona.

Ferias como Clikània, Terrània, la Semana Medieval de Sant Jordi dan viva a la localidad.
Montblanc es atractiva para grandes y pequeños, jóvenes y mayores, parejas, grupos de amigos o viajeros solitarios.
5. Gastronomía
Ingrediente primordial para dejar un buen sabor de boca a nuestra cóctel.
Montblanc seduce con su rica y variada gastronomía basada en productos típicos y de proximidad.
Productos de charcutería, pasteles (los merlets), cavas y bodegas con denominación de origen acompañan a un buen número de restaurantes de calidad, donde no es necesario vaciarse el bolsillo.

La oficina de turismo ofrece una ruta combinada de patrimonio y gastronomía.
Incluye visita a los monumentos más interesantes, degustación de vinos y tapas.
La apuesta por el slow food es un valor añadido a la amplia oferta de actividades de Montblanc.

6. Naturaleza
El sabor natural también tiene cabida en el cóctel.
La villa se sitúa al pie de las Montañas de Prades, un espacio natural protegido repleto de rutas señalizadas para disfrutar de la naturaleza.
¡No todo son piedras en Montblanc!
Espacios como las ermitas de San Joan y Sant Josep son ideales para disfrutar de una escapada familiar o con amigos.
Desde el cercano núcleo de Rojals se inicia una de las rutas más bellas del municipio que lleva hasta los abrigos rupestres de Mas d’en Llort.
Una oportunidad para caminar durante unos siete kilómetros siguiendo las huellas de nuestros antepasados paleolíticos y disfrutando de un paisaje natural único.

Poco a poco el combinado va tomando forma, los diferentes ingredientes van dando cuerpo a Montblanc.
Sseguro que hemos despertado tu curiosidad por esta singular villa tarragonesa.
Conozcamos el último ingrediente necesario para un cóctel perfecto.
7. Shopping
El cóctel Montblanc se complementa con el buen número de tiendas, galerías de arte y pastelerías situadas en las principales calles y plazas de la villa.
Si eres una amante del slow shopping, Montblanc es tu lugar.
En la Galería de Natàlia Ferré, encontrarás una artista local especializada en cerámica y artífice de una de las ferias locales más conocidas de la comarca, Terrània.
No tengas prisa si entras en su tienda – taller, es uno de los lugares más evocadores de la villa.
Déjate llevar por la gula mientras degustas los exquisitos merlets o las cocas azucaradas de las pastelerías Andreu o Viñas.
Regresa a casa con productos de la huerta y kilómetro cero de la agrotienda de Montblanc.

Pasea relajadamente por la villa y seguro, encuentras con más joyas.
No te vamos a contar todos los secretos, te dejamos que descubras algunos por tu cuenta.

El Antiguo hospital se encuentra extramuros, en el Raval de Santa Ana, zona de paso entre el casco antiguo y la parte nueva de Montblanc a través del puente gótico.
Un buen lugar para iniciar el paseo-cóctel.
Planifica tu escapada a Montblanc
La villa de Montblanc se encuentra en un interesante cruce de caminos entre las provincias de Tarragona y Lleida, y bien comunicada con Barcelona.
Por su término municipal transcurre la Ruta del Císter, otra excusa para visitar lugares tan emblemáticos como el Monasterio de Poblet o el de Santes Creus
– Cómo llegar: a través de la AP-2, de la C-14 o de la N-240. También puedes llegar en tren, la localidad cuenta con estación propia.
– Dónde dormir: la localidad cuenta con un buen número de establecimientos.
En nuestro caso descansamos en Hotel Fonda Cal Blasi, un lugar único, donde el silencio y la tranquilidad son su referencia.
– Dónde comer: la oferta gastronómica de Montblanc es rica y variada.
Debido al gran número de veces que hemos vistado esta villa hemos degustado los ricos platos de varios restaurantes.
Destacamos: Cal Jordi, El Call de Montblanc, El Cortijo y Sant Francesc (restaurante slowfood).
Esperamos que este divertido cóctel medieval te haya gustado.
Te invitamos a añadir algún ingrediente a la lista si lo consideras oportuno.
Más abajo, en el apartado de comentarios, encontrarás el espacio para ello.
Nota de autora: Hemos visitado la villa de Montblanc en unas diez ocasiones con motivo de sus ferias, fiestas y como invitación de la Oficina de Turismo de la localidad, equipo al que estamos agradecidos por la amable y profesional acogida que realizan siempre. Este cóctel no hubiera sido posible sin su ayuda. Nuestras opiniones son independientes y se basan en nuestra propia experiencia.
Muy bonito tu post y con mucha información. Me ha encantado conocer Montblanc. Estoy enamorada de esta pequeña ciudad.
Hola Cristina mucha gracias! Pues te pasa como a nosotros, somos unos enamorados de Montblanc y tenemos la suerte de tenerla cerca de casa, por eso nos escapamos a ella en cuanto podemos :-).
Un abrazo,
Eva y Carmelo
Muchas gracias Cris! ya somos tres los enamorada entonces :-). Estamos encantados de la buena relación que tenemos con ella y de haber podido repetir viaje contigo para seguir descubriéndola 🙂
Besote
Estupendo recorrido por una localidad de esas que me gustan a mí. No demasiado turística pero con muchos atractivos, medieval y llena de encanto.
Gracias por darla a conocer tan bien.
Un abrazo
Me ha encantado! Tiene todo lo que me gusta, historia (no tenía idea de que hubieran pinturas rupestres), buena gastronomía y un rico patrimonio. Tendremos que planificarnos una visita!
Saludos!
Claro que si Vero! tenéis que regresar a Cataluña y dejaros sorprender por lugares como Montblanc. Nosotros os haremos de cicerones :-).
Un abrazo,
Eva y Carmelo