Son las siete de la mañana cuando suena el despertador. Toca prepararse para una nueva aventura en el Gran sur de Marruecos. Por una noche abandono las comodidades del Kasbah Hotel Xaluca Arfoud, donde estoy alojada, para visitar la localidad de Rissani y adentrarme en el hipnótico desierto del Sáhara.
A lo largo de dos jornadas disfrutaré de la Hamada (desierto pedregoso, de aspecto inhóspito, con poca arena y salpicado de pequeñas colinas grises) y del Erg (grandes espacios de dunas arenosas cambiantes que varían en función del viento).

La Hamada, tras las huellas del Rally Dakar
En la puerta del hotel esperan los 4×4 que nos conducirán por antiguas pistas del desaparecido Rally Dakar hasta la fascinante ciudad de Rissani.
A mi me ha tocado un grupo comandado por Hassan, nuestro chófer – guía, a través de los espacios abiertos del desierto.

Hassan parece un tipo serio, callado. Está muy concentrado en la conducción.
Le acompañamos cuatro mujeres. Nos bautiza desde el primer momento como «sus Fátimas», nombre cariñoso con el que llaman a todas las mujeres por aquí.
Puedo presumir de un gran sentido de la orientación, pero reconozco que en cuanto hemos abandonado la carretera principal de Arfoud para introducirnos en el desolador paraje de la Hamada, mi orientación me ha abandonado.
Tras el rigor inicial, Hassan, se ha transformado. De repente ha aparecido todo un personaje que nos ha hecho disfrutar de un increíble trayecto cargado de chistes, anécdotas y respuestas a todas las preguntas realizadas.
Amablemente, en un castellano muy correcto, pero con el inconfundible acento bereber, ha resuelto nuestras dudas.
Las canteras de fósiles, motor económico de la zona
Y así, entre risas, preguntas y respuestas hemos llegado a la Cantera de Fósiles, uno de los atractivos turísticos de Arfoud.
Abandonamos los 4×4 para subir a la cima de unas colinas a contemplar el paisaje de la Hamada y de la cantera de fósiles.

El terreno es duro para caminar, las piedras puntiagudas se clavan en las suelas de las botas.
Desde arriba, el guía explica la transformación geológica del lugar. Resulta difícil imaginar que el mar cubrió en algún momento este árido desierto.
En la cima, un nuevo actor hace acto de presencia, es el Quibli, el Viento del Sur (conocido en occidente como Siroco) quien nos acompañará a lo largo de las jornadas del desierto.
Este viento del desierto, reseca la piel y los labios, pero es el mejor de los elementos para orientarse.
Unas compras de souvenirs y unas cuantas historias más tarde, retomamos el camino hacia Rissani.
Los pulverizadores de agua son bienvenidos y la comodidad del 4×4 se agradece tras la visita a la inhóspita hamada.
El manejo del coche por parte de Hassan nos mantiene distraídas de nuevo. Con el resto de coches que forman nuestra expedición nos hemos visto envueltas en un «improvisado» Rally entre las rectas y lineales pistas que nos adentran en la población de Rissani.
Saltos, botes y derrapes se han sucedido a lo largo de unos kilómetros. Finalizadas las carreras, llegamos a nuestro nuevo destino.
Pinceladas de historia de Rissani
Si por algo destaca la localidad de Rissani es por su pasado de leyenda del que apenas quedan leves susurros en el viento.
La actual ciudad, situada en un importante palmeral de la región de Tafilalet, a tan solo diecisiete kilómetros de Erfoud en los valles del Ziz y Rheris, es un importante núcleo agrícola (dátiles y frutas) de unos 21.000 habitantes.
Su emplazamiento, junto al oasis de Tafilalt, fue clave para convertirse en una importante parada de las caravanas que conectaban el centro oeste de África con el Mediterráneo a través del Sáhara.
Así nació Sijilmasa (mediados del siglo VII) antepasada de Rissani de la que se conservan algunas huellas a unos dos kilómetros al norte de la ciudad.
Durante siglos sufrió un buen número de ataques que transformaron su fisonomía siendo abandonada en el siglo XVIII.
Pero el hecho histórico más destacable es ser la cuna de la actual dinastía, la alauita, quien a partir del siglo XIV inicia desde aquí la conquista del país.
Qué ver en Rissani
Rissani fue la capital comercial del país durante el siglo XIV y esa tradición se mantiene.
¡Ojala se pudiera escuchar la historia! Este lugar nos hablaría de caravanas venidas del Sahel cargadas de oro, especias y esclavos.
De antiguas «autopistas transaharianas» por las que hoy día transitan los escasos nómadas del desierto que continúan transportando mercancías.
Rissani muestra con dignidad su esplendoroso pasado y se enorgullece de ser la última escala comercial antes del desierto.

– Puerta monumental
A través de la carretera N13 llegamos hasta la entrada de la ciudad donde sobresale una fascinante puerta monumental junto a una mezquita.
El arco es un alarde presuntuoso en comparación con el resto de Rissani, una ciudad humilde y pintoresca con escaso patrimonio, pero con un alto valor humano y cotidiano.
Un lugar «pintoresco» y sin grandes hordas turíticas. Atravesarlo es introducirte en uno de los lugares más fascinantes del gran Sur de Marruecos.

-El mercado de Rissani
El mayor atractivo de la localidad es su mercado. Se celebra los martes, jueves y domingos desde tiempos inmemoriales.
No sé el rato que he deambulado por este zoco. He tenido la sensación de estar «en babia», en otro mundo.

La atmósfera de este mercado no la he encontrado en ningún otro lugar de Marruecos.
Una luz onírica, provocada por los rayos del sol filtrados en la techumbre de cañas, acompaña una buena parte de mi visita.
Explosión de colores chillones, pasteles y una mezcla hipnótica de olores sobresaliendo la combinación de especias preparadas para elaborar el plato estrella del desierto, la Kalia.

El impacto ha sido brutal, no he parado de observar cada detalle, de mirar todo lo abarcable por mi vista.
Mis ojos, mis oídos, mi olfato, los cinco sentidos están inmersor en este lugar que mezcla estampas cotidianas y otras altamente repulsivas, sobre todo en la zona de animales que he evitado por mi convicción vegana.
La belleza de las siluetas, de los puestos de frutas, de las escasas mujeres que hemos visto comprando, de los talleres de artesanos, hace que merezca la pena pasar calor y algún que otro apuro con los vendedores «agresivos».

La mejor opción, decir un «no» tajante y a la vez amable para que te dejen en paz.
El burroparquing del mercado
El sitio más curioso de los vistos en mi periplo marroquí, se encuentra aquí, un aparcamiento de burros.
Hasta Rissani llegan miles de personas de los alrededores para hacer compras o tribus nómadas para intercambian productos.
Su único medio de transporte y carga son estos animales.

El verdadero encanto de este mercado es la escasez de turistas, o en menor cantidad que otros famosos zocos.
-Alrededores del mercado
En Rissani, la vida normal de Marruecos nos asalta a cada paso. Aquí no hay lugar para el turisteo.
Salimos del recinto del mercado, dejamos atrás un lugar auténtico, genuino y muy bello, muy diferente a nuestras ciudades.
En cualquier rincón de la pequeña ciudad persisten imágenes curiosas.

Una parada técnica en una de las pequeñas pizzerías situadas en una ambientada zona de los alrededores nos permite degustar la famosa pizza bereber «madfouna», en Risanni las hacen riquísimas.
– Mausoleo Moulay Ali Sherif –Ksar Aber
Situado a la afueras, en una gran plaza junto al ksar Aber, está considerado uno de los monumentos históricos más bellos de la región.
El mausoleo, edificio construido durante el reinado de Sidi Mohamed Ben Abdellah Siglo XVIII), alberga la tumba de Moulay AliSherif, padre de la dinastía alauita, uno de los grandes personajes de la historia marroquí.
Los no musulmanes podemos acceder de forma gratuita, solo a una parte del mausoleo, concretamente a su patio interior y jardines.

Regreso al 4×4 con el alma llena de sensaciones.
Tras cargar alimentos, y mucha agua, nos desplazamos hasta Merzouga donde espera la siguiente etapa por el Gran Sur de Marruecos, el fascinante Erg Chabbi, donde viviré mi primera experiencia en el desierto del Sáhara.
Qué preciosas fotos y qué impresión tiene que dar ver los esqueletos de las tortugas! Ojalá nosotros podamos hacer un viaje así pronto!
Gracias chicos!!!. La verdad que lo de las tortugas es alucinante porque tienen millones de años, no sé ni como son capaces de recuperar los fósiles tan perfectos!.
Seguro que sí, cuando menoslo penséis, Marruecos estará en vuestra agenda 😉
Saludos!
Me has hecho sentir el calor del desierto y la magia del mercado con tus palabras y tus fotos. Gracias. …
Hola Kris, bienvenida a nuestro blog!!. Eso es lo que pretendo cuando escribo, que la persona que lo lee se sienta transportada de una manera u otra a ese lugar…, gracias por tu comentario!
Saludos
Me parece sorprendente que esos fósiles estén ahí tirados al alcance de cualquiera. ¿No tienen ningún tipo de protección?
Por otro lado, nunca he estado en Marruecos, pero sí he estado en el desierto tunecino (y le dediqué unos artículos). Es curioso, allí vi muchos caballos y también dromedarios, pero no burros, y menos un estacionamiento entero.
Un saludo.
Hola Javier, gracias por tu comentario.
Pues sí, si que la tienes, estos fósiles están dentro de una cantera protegida que controla el gobierno de la localidad y lo primero que nos advirtieron al llegar es que no se nos ocurriera coger ni una piedra del lugar. Esta zona está plagada de fósiles y es el producto en el que se sustenta la economía de Arfoud y alrededores. Hay artesanos increíbles, pero…, la explotación sigue, aunque controlada.
Rissani es una curiosidad en Marruecos precisamente por el parquing de burros 😉
Saludos
Preciosas imágenes! Sin duda lo más fuerte han sido los fósiles de las tortugas… Pobriñas!
Hola Diana,
las tortugas son ya esqueletos fosilizados de millones y millones de años encontradas en la cantera. Imagina que eran tortugas marinas y ahora se encuentran en pleno desierto. Lo que ha cambiado la historia geológica de la tierra!!!. Marruecos es un libro de geología al aire libre.
Saludos
Qué ganas me han entrado de viajar al desierto. Es un paisaje tan especial… unido al colorido de los mercados. ¡Una maravilla!
Mig
Hola Miguel!
pues anímate, el desierto es único, y por mucho que te cuenten, hasta que no lo sientes en tu piel, en tu corazón y en tu alma no es lo mismo ;-). En breve publicaré la experiencia de una noche en el Erg Chabbi, bajo las estrellas…
Saludos
Hola Eva somos 2 chilenas y queremos hacer el tour al desierto!! Cuantos dias fuistes? Y Hassam de que empresa es?
Fuiste tb a Ouarzazat!! Queremos comprar tipicas cosas bereberes !! Tenemos tienda en Stgo !! Muchas grs
Joanna Balmaceda
Hola Joanna! Muchas gracias por pasaros por nuestro blog y animaros a hacernos un comentario. El tour duró dos días, y pasas una noche en pleno desierto. Este tour es una de las actividades complementarias que ofrecen desde el hotel en el que nos alojamos, el Hotel Arfoud de Xaluca.
Este pasado año, volvimos a repetir la experiencia y en esta ocasión hicimos el tour del desierto, también de dos días- una noche, con otro equipo, en esta ocasión lo contratamos en el Auberge du Soleil en Mezourga.
Para comprar cosas típicas bereberes encontraréis muchos puestos en los mercados de Rissani, ErRachidia o Erfoud, donde existen varios museos de fósiles muy interesantes, eso sí, prepara vuestras dotes de regateo y si es necesario, pedir consejo a los guías que os hagan el tour por el desierto para no pagar de más 😉
No, no hemos estado en Ouaszazate, pero si que recorrimos otras localidades de la ruta de las mil kasbahs: http://dondevamoseva.com/ait-ben-haddou-patrimonio-mundial-la-ruta-las-mil-kasbahs/
Espero haber sido de ayuda, buen viaje chicas!
Saludos,
Eva
Siii Eva !! Muchas gracias por tus datos y ayuda !!
Saludos para ti de Chile!!