Acompañame a visitar Isfahan desde un punto de vista local.
¿Sabes por qué esta plaza es conocida como una Imagendel Mundo? ¡Nunca compres artesanía en lugares donde salen a tu paso para animarte a entrar…!
¿Sabéis que las pequeñas plazas ubicadas en el bazar se llaman Sarais?
Así, de una manera amena, entretenida y muy pedagógica, conocimos los entresijos del corazón viejo de Isfahan de la mano de nuestra excepcional guía, Azade.
Unos meses antes…
A principios de año se celebra la Feria Internacional de Turismo en Madrid. Nosotros teníamos muy claro que uno de los lugares por los que pasaríamos sería el stand de Irán.
En él, nos encontramos con Azade. Habla un perfecto castellano, es muy educada y enérgica. La pasión que siente por su país, y sobre todo por su ciudad Isfahan, contagia a todo el que la escucha.
Nos deja su tarjeta, nos recuerda que ella es guía profesional y que realiza rutas por su cuenta.
Sus vibrantes y curiosos ojos verdes nos cautivaron detrás del mostrador que representaba a la República Islámica de Irán en FITUR.
Nosotros, guardamos su tarjeta con mucho cariño…
Meses después…
En la casa de Mohammad, nuestro couchsurfing de Kashan, nos dan toda clase de consejos para ir de un lado a otro del país. ¡No os perdáis tal sitio… debéis conocer tal otro…!
Justo cuando hablamos de Isfahan regresan a nuestra memoria aquellos ojos verdes que nos cautivaron en Madrid.
¡Azade, decimos los dos! Buscamos su tarjeta y nos ponemos en contacto con ella.
Afortunadamente, responde enseguida. Acordamos vernos para visitar Isfahan. Ella nos acompañará para mostrarnos sus rincones favoritos, pero no como una guía al uso, si no como una persona que muestra su ciudad desde el corazón.
Son las 8:30 de la mañana cuando nos levantamos en casa de Ahmad, nuestro host en Isfahan, hemos quedado con Azade, a las 11:00 en la Plaza de Naqsh-e-Ŷahân (o del Imán).
Desde donde estamos alojados hay un buen trecho. Decidimos salir con tiempo, nos moveremos en transporte público y el día anterior ya «sufrimos» los atascos de la ciudad.
En la parada de autobús un grupo de jóvenes estudiantes se ofrecen voluntarios para acompañarnos.
De nuevo, algo que podría ser rutinario o pasar desapercibido se convierte en una aventura.
Los autobuses van hasta arriba. Mujeres delante, hombres atrás y todos, absolutamente todos, pendientes de que Carmelo y yo lleguemos a nuestro destino.
Cuando creemos que ya estamos cerca, toca un tramo en taxi, que ellos pagan. Carmelo y yo no damos crédito a lo que nos pasa.
Necesitamos que ocurra algo malo en este viaje, necesitamos ser engañados, que nos roben. Perdernos y que nadie nos ayude.
Pero…, no, parece que en este viaje llevamos una buena estrella o, que los iraníes son la gente más hospitalaria y samaritana del planeta.
Visitar Isfahan es visitar la mitad del mundo (Isfahan nesf-i-jahn), tal y como la definían los viajeros que llegaban hasta ella en el siglo XVII.
Aseguraban que cuando se había estado en la ciudad se habían admirado la mitad de las maravillas del planeta.
A lo largo del siglo XVI, el rey safávida Sha Abbas I convirtió a Isfahan en la joya de su reinado, pasando a ser la capital del imperio.
Grandes obras de arquitectura e ingeniería la situaron en el mapa de la época como una de las grandes ciudades del mundo.
Mezquitas, plazas, palacios y puentes son el mejor reflejo de la edad de oro del arte safávida.
La UNESCO declaró al centro antiguo de Isfahan Patrimonio de la Humanidad.
Cuando la noche anterior acabamos nuestro paseo con Rashid y Clara en esta plaza, no pude evitar llorar.
De noche el lugar es un hervidero de familias, de jóvenes, de turistas, de noctámbulos y bohemios que aprovechan el frescor de sus fuentes y el manto verde de sus jardines.
Por el día la plaza se transforma en una zona de comercio, de niños jugando a la pelota, de coches de caballos dando vueltas por la considerada segunda plaza más grande del mundo después de Tian’anmen en Beiginj.
Tintineo de campanillas, agua que fluye en las fuentes, risas de niños, la voz gritona de los guías, oraciones que llegan desde las mezquitas…, y pájaros, muchos pájaros que sobrevuelan este oasis en medio de la ciudad.
A la hora convenida nos encontramos con Azade. Sigue tal y como la recordábamos, enérgica, positiva, llena de color y con sus vibrantes ojos verdes.
Con un rápido gesto nos introduce en el mundo del bazar, nos aleja de la zona turística, nos guía por la parte más local.
Salen al paso puestos de fruta, verduras, carne. Aquí, la vida cotidiana de los isfahaníes se respira en cada rincón.
Azade se detiene en cada puesto para explicar las especias e indicarnos en que platos y bebidas se utilizan.
¡Que tranquilos caminamos por el bazar!
Cuando se ha viajado a Marruecos, te queda grabado de por vida el insoportable acoso y derribo del que eres protagonista en los zocos, donde todo el mundo te para, te sigue para que compres algo e incluso se enfadan si te vas con las manos vacías.
En el bazar todo funciona de una manera muy orgánica, natural y cotidiana.
Los bazarís prácticamente residen en sus puestos, que abandonan a altas horas de la noche.
Cuando ven un extranjero o turista se limitan a saludar, ofrecer un shai o preguntar, pero no entran en el asfixiante juego de enredarte.
Deambulamos a través de callejones repletos de tiendas, de colores, de frutas y verduras, de pasillos que llevan a otro pasillo.
Junto a Azade a lugares que no salen en las guías. Los dos vamos hechizados con sus explicaciones.
Con tanta comida a la vista nos entran unas ganas irremediables de comer.
Lo hacemos en el Restaurante Mikhak, el lugar favorito de los bazarís.
El restaurante es sencillo, práctico, una especie de self-service a la iraní.
Te levantas, haces cola, eliges tus platos, pagas en caja y vuelves a la mesa donde te servirán la comida con mucha amabilidad.
Azade aprovecha el momento para explicarnos los nombres de los platos y el porqué es tan importante este restaurante (mira nuestro vídeo para descubrir lo que nos contó)
Vídeo visitar Isfahan
Vídeo versión 3D
Una rica selección de platos que van desde el kebbak de pollo al estofado de legumbres, sin olvidarnos de la cerveza iraní.
La comida sirve para introducirnos en las costumbres culinarias del país.
Sobresale el arroz, al que se le conoce como «las patatas fritas» ya que acompaña a todos los platos.
finalizada la deliciosa degustación, Azade nos conduce por unos callejones hasta el lugar más transgresor de la zona, un sitio oculto a los ojos de los turistas, pero muy recomendado en importantes guías viajeras.
La Tea House Azadegan es un lugar repleto de vida, con cierto toque kitsch por lo recargado de su decoración y objetos de todo tipo que inundan sus paredes.
El ambiente es excepcional. Jóvenes, mujeres, parejas, conversaciones de todo tipo y un cierto aire de libertad inundan el local.
Nosotros para no ser menos, hablamos de política, sociedad y religión. Tomo nota, en mi cuaderno de viaje, de todo lo relatado por nuestra interlocutora.
Su infancia, el significado de su nombre (Azade=Libertad), la relación de su familia de libre pensadores con el mundo musulmán, su propia «rebeldía» en un mundo de hombres.
«Una cosa es vivir en Irán y otra, ser mujer en Irán«, frases como esta van saliendo en la charla que nos muestra una visión mas auténtica y real del país.
¡Qué a gusto nos encontramos con esta valerosa mujer! Aún siendo guía oficial de turismo, se niega a vestir el obligatorio traje que impone el gobierno a las mujeres que trabajan de cara al público.
Ella ha sido retenida varias veces por el tema, pero no se amedrenta y sigue vistiendo alegres colores.
Aún así, se nota el amor que siente por Irán y por su ciudad, no es para menos, uno puede estar muy orgulloso de haber nacido en Irán, pero no estar de acuerdo con el gobierno.
Con cada nueva persona que vamos encontrado en nuestro viaje, aprendemos algo nuevo, nos vamos mimetizando con este pueblo, con su cultura, sus religiones, su gastronomía, sus ideales.
Visitar Isfahan o cualquier otro lugar del país con un local, es un premio.
Mientras hablamos, nos ponemos los terrones de azúcar blanco en la boca, sorbemos el shai.
Azade nos cuenta la diferencia entre el ghant y el nabat, ambos son azúcares, uno es para poner en la boca, el otro para echar directamente en los líquidos.
Tras la animada e interesante charla junto a la taza de Shai, Azade nos introduce en el maravilloso mundo de las Sarai, las pequeñas plazas situadas en el corazón del bazar.
De ellas deriva el nombre de Caravanserai, lugar dentro de los bazares destinado para el descanso de las caravanas que viajaban a través de la Ruta de la Seda.
Las Sarai son un regalo para el caminante. Rincones pequeños, acogedores, llenos de vida artesanal, comercial e incluso artística.
El más famosa de Isfahan es la Espadana Sarai, donde se ubica el restaurante más recomendado de la ciudad, el Nagash-e-Jahan.
Justo enfrente nos damos de bruces con el Roozegar Cofe, punto de encuentro del «mundo intelectual» de la ciudad.
Lo frecuentan artistas, librepensadores (en su justa medida), culturetas, modernos y algún que otro turista despistado.
El mundo oculto de las Sarai sale a la luz a través de las explicaciones de nuestra guía local.
Nos recomienda no comprar en las tiendas de la plaza. Son muy turísticas y poco de artesanales, «los verdaderos están en otra zona del bazar». La creemos y nos dejamos llevar.
Nos muestra una diminuta terraza para tomar algo, es el Espadana Cofe, un local «trasgresor», regentado en exclusiva por mujeres.
Azade nos explica que las terrazas están prohibidas en Irán, pero este peculiar grupo de emprendedoras ha conseguido una hazaña al poner unas mesas y sillas para que la gente pueda disfrutar de sus cafés, helados y bebidas tradicionales.
Estamos maravillados al formar parte de este Irán casi oculto que intenta convivir con las estrictas normas.
Nadie se las salta, en especial las mujeres. Las adaptan a su estilo de vida, cosa que se nota en la ropa, calzado, peinados y sobre todo en las caras.
Observamos un gran número de operaciones de nariz.
Bebemos una fresquísima agua con aromas de rosas, zumo y café. Sarai Espadana nos ha cautivado, no queremos movernos de aquí, pero hay que continuar.
Dejamos atrás las Sarai para adentramos en el Complejo Artístico del Bazar Aliqapu ocupado por los artesanos.
Azade se mueve por esta zona del bazar como pez en el agua, sabe con quien tiene que hablar y que sitios enseñarnos.
Gracias a sus contactos tenemos el placer de observar el trabajo de un pintor miniaturista, el cual nos regala su pequeña obra sin cobrarnos nada. La tienda es un auténtico museo de arte persa.
Azade nos da una nueva recomendación: «nunca entréis en tiendas donde el artesano está afuera atrayendo al público y no dentro trabajando.
En esos lugares solo encontrareis falsificaciones. Los verdaderos artesanos utilizan productos cien por cien locales, tienen un sello de control de calidad del «ayuntamiento» y un certificado de excelencia del gobierno iraní».
La zona del Aliqapu es famosa por su ambiente artístico y porque contiene dos joyas de la ciudad, el palacio de mismo nombre y la Facultad de Bellas Artes.
Excepcionalmente la encontramos abierta.
Azade no se lo piensa dos veces y nos dice que entremos. «Esta facultad es muy hermética, los estudiantes la cuidan mucho y no se abren las puertas así como así«.
En los jardines se extienden puestos de camisetas, bisutería, monederos, carteras y todo tipo de cosas creadas por los estudiantes.
Nos sorprende la cantidad de alusiones a Zoroastro, así como alusiones a la marihuana, al «Ché Guevara», etc.
Es como si al abrir las puertas de la facultad, se hubiera abierto un camino a occidente.
El símbolo de Ahura Mazda está de moda entre los jóvenes, lo llevan en pulseras, camisetas, pañuelos. ¡La llama del zoroastrismo sigue vive entre la población iraní!
Caminamos por el bazar, un bellísimo complejo artesanal donde el repique de los martillos es constante.
En cada tienda se producen vidrios, lámparas, alfombras…, objetos que recuerdan las mil y una noches.
Cuando mejor estamos, Azade tiene que marcharse, un grupo de turistas la espera.
Le agradecemos el paseo y todo lo que hemos aprendido a su lado.
Salimos de nuevo a la gran plaza de Isfahan, a la magnífica Naqsh-e-Yahân, su belleza nos deja de nuevo deslumbrados.
La dinastía safávida la utilizó como campo de polo, de esa época quedan las porterías en los frente norte y sur.
Caminamos por ocho mil metros cuadrados que contienen las joyas más apreciadas de Isfahan.
La Mezquita del jeque Lutfullah, el Palacio Ali Qapu, el gran Bazar de artesanos y la Mezquita del Imán.
Estamos solos dejándonos llevar por un momento único, especial, mágico. Los cambios de luz, el constante ir y venir de personas, caballos, el sonido de las mezquitas que llaman a la oración…
Nos despierta del sueño la llamada de nuestro couchsurfer. Una amiga suya organiza una «quedada» en su casa para bailar salsa.
No sabemos el porqué, pero todos los jóvenes iraníes (o por lo menos todos los que nosotros conocimos) están enganchados a los bailes latinos, que confunden con algo muy español.
Aprovechan cualquier visita de un español para preparar una salsa party underground…, ¡que le vamos a hacer!
Abandonamos la plaza a través de la puerta que da acceso a los jardines de la Facultad de Bella Artes.
Una colección de bustos de personajes (¡todos hombres, claro!), personalidades relativas a la poesía, filosofía y/o religión adornan el paseo.
Caminamos hasta el Hotel Abbasi. Rashid nos lo recomendó la noche anterior, sobre todo por su exquisito jardín y envidiable arquitectura.
Isfahan es tremendamente ruidosa, el tráfico es un caos y sus calles están repletas de gente.
El hotel Abbasi nos adentra en un mundo de lujo, aquí llegas para soñar, para embriagarte con el olor de las rosas, con el preludio al paraiso.
Una vez traspasas el hall y llegas al jardín, olvidas que estás en Irán, solo te lo recuerda el pañuelo de las mujeres.
Terrazas, pizzas, helados, tazas de té y un ambiente único, las prohibiciones parecen olvidadas, eso sí, ni una gota de alcohol.
Todo Isfahan viene al hotel a disfrutar de un ambiente más relajado en cuanto a normas y prohibiciones. La población se mezcla con los turistas. Se aprecia un aire muy cosmopolita.
Nos dejamos mecer por este ambiente. Sentados en su exquisita terrraza, pedimos un helado de azafrán (bastani) y dejamos pasar el tiempo.
El helado abre nuestro apetito y decidimos cenar, nos damos un pequeño lujo bien merecido.
Tras la cena tomamos un taxi hasta el lugar donde hemos quedado con nuestro host, para nuestra sorpresa ¡él no viene!
Tocamos un timbre y nos recibe una simpática joven que nos muestra su escuela de baile ¿?, no entendemos nada. Rashid y Clara llegan a continuación.
La joven nos explica que al final la salsa party no se celebra. Cambio de planes. Nos invitan a una cena en casa de sus amigos. ¡¡¿Qué?!! Nuestro viaje es así, sorpresa tras sorpresa y situaciones rocambolescas.
No nos queda más remedio que aceptar. Tomamos de nuevo unos taxis, atravesamos el caos de la ciudad por la noche. Es víspera de fiesta y todo Isfahan está en la calle.
¡Qué aventura es esta de viajar en taxi por las ciudades iranís!
Al cabo de tres cuartos de hora llegamos a una zona residencial. Una exclusiva zona de apartamentos es nuestro destino.
Y será en casa de esta familia donde vivamos otro de esos momentos mágicos del viaje.
Música persa, poesía, conocer de primera mano la historia del pueblo armenio, su terrible genocidio y posterior éxodo.
Una fiesta underground se convierte en toda una experiencia con los iranís. Descubrimos jóvenes poetas, mujeres que cantan como los ángeles, modernidad y tradición de la mano.
Una experiencia embriagadora, sobre todo para quien tiene la suerte de presenciar una de estas reuniones.
Visitar Isfahan, vivir la ciudad, pero sobre todo, disfrutar de la experiencia desde un punto de vista local, es decir, con la gente.
¿Quieres viajar a Irán? pues sigue leyendo nuestro periplo de un mes en el resto de entradas de este destino.
La verdad es que de un tiempo a esta parte, vosotros y otros blogueros han puesto Irán en mi punto de mira. A ver cuando toca… impresionada con las mezquitas, la zona del bazar, la parte moderna, de las aventuras con la gente local… tiene pinta de ser un lugar acogedor y alegre, comparado con la idea que podía tener de Irán sin saber nada del país.
¡Que grande es el mundo y que pequeños nosotros!
un saludo y enhorabuena por el post, tan completo.
Irene
Muchas gracias Irene por tu comentario y por pasarte por nuestro blog! Con los artículos que vamos realizando intentamos inspirar a otros viajeros para que viajen a este interesante y desconocido país.
Ánimate a viajar a Irán,ya sabes que si necesitas información y consejos, ya somos unos cuantos viajeros que hemos estadopor allí 🙂
Un abrazo,
Eva y Carmelo
Pues Eva!!! yo sigo juntando tus datos sobre este bello país… para cuando pueda ir. Y ahora también está en mi registro el dato de Azade!!
Que genial que es conocer un lugar de la mano de una persona local…
Gracias otra vez por tu post.
Cariños,
Lilián
Un artículo muy interesante y las fotos preciosas, no sabría con cual quedarme
Con cada post sobre Irán que leo mi interés por el país aumenta. Además, conocerlo con gente local tiene que ser muy distinto, qué genial experiencia. Me ha encantado el relato, sigo aprendiendo con vosotros!
Un abrazo grande!!
Hola Eva, lo primero mi sincera felicitación por tu extraordinario blog de viajes. Eres una gran ayuda a los que nos gusta andar por éste mundo.
Mi próximo viaje, si todo sale como espero, será a éste pais y veo que habeis contado con la ayuda de Azade, si no tienes inconveniente me podrías pasar su dirección o teléfono para poder contactar con ella a mi paso por Isfahan, te estaría doblemente agradecido, puesto que mi dominio del inglés no es lo que se dice perfecto, jejeje.
Gracias y a seguir escribiendo tus estupendos diarios.
Gracias Angel por tu comentario.
Te paso el email por privado.
Solo te rogaría que entiendas que ella vive de hacer de guía turística y no abusases de su buena predisposición a ayudar a todos aquellos que aman y visitan su país.
Hola, buscando informacion sobre Iran (voy con mi pareja en Septiembre) he dado con vuestro blog, y nos ha encantado, sobre todo la frescura y fluidez con que lo contais. Os queria pedir si es posible que me paseis el contacto de Azade para que nos sirva de guia en Isfahan. Y si es posible, de otros guias que hayais tenido alli y que hablen español.
Un saludo, y muchas gracias de nuevo por vuestro blog
Hola Salvador, muchas gracias por tus palabras!!! Comentarios así nos hacen seguir adelante con ilusión :-). Mira, hacemos una cosa, le pasamos tu contacto a Azade, y ella se pone en contacto contigo, así es como hemos acordado. Si ves que no te contesta en unos quince días, nos vuelves a avisar e intentamos llamarla.Respecto a otros guías, pues no te podemos ayudar, ya que solo contactamos con ella.
Ya veréis que os encantará Irán, es alucinante. Nosotros ya tenemos «mono» por volver. A la vuelta nos contáis a ver que tal!!!
Un abrazo,
Eva y Carmelo
Hola Eva! Encantado de leer tu blog!
En 10 días salgo para Irán con mi novia y me ha parecido extraordinaria tu experiencia con Azade. Hay forma de contactar con ella?
Gracias!
Hola Daniel,
Gracias por pasarte por nuestro blog.
Os deseo un feliz viaje, y tengo que reconocer que me despiertas algo de envidia… que ganas de volver.
Azade es una guía local, y si necesitas sus servicios, porsupuesto que te podemos poner en contacto con ella. Envianos un email a dondevamoseva@gmail.com con lo que necesites y se lo paso a ella para que se ponga en contacto con vosotros lo antes posible.
Ya nos contarás a vuestro regreso 😉
Perdonadme los dos, vinimos hace casi un mes y había olvidado por completo pasarme por aquí a agradeceros todo! Extraordinario viaje, de principio a fin, sobre todo Isfahan, Yazd y Shiraz. Estuvimos con Azade una mañana tomando un café y nos ayudó con algunas compras y fue una conversación emocionante e interesante, sobre todo para mi novia….al final acabaron las dos llorando y todo. Muchas gracias por todo, por el blog y por haber tenido la amabilidad de hablar con ella para que nos contactara. Y además nos aconsejo cambiar parte del itinerario que no lo teníamos muy claro y acertó plenamente.
Un saludo y un fuerte abrazo!
Hola Daniel!! No imaginas lo que nos alegra tu mensaje 🙂 Gracias a ti por todo lo que nos contáis y por el cariño con el que habláis de nuestra querida Azade, cualquier conversación con ella ya merece un viaje a Irán. Un fuerte abrazo! Eva y Carmelo
Hola, ¿como puedo reservar hoteles en isfahan?
Hola, puedes buscar fácilmente en Google. Hay algunos sitios web que ofrecen servicios de viaje a Irán. Reservé mis hoteles a través de https://1stquest.com/hotel/isfahan, lo cual fue fácil y me proporcionó el pago en línea con tarjeta de crédito.
Hola bruno, gracias por tu respuesta a Mia.
La página que indicas, ha hecho comunicado oficial que pone: «Debido a nuestra responsabilidad social en el control del coronavirus, hemos dejado de proporcionar servicios de viaje a Irán hasta finales de abril de 2020», a ver como avanza el tema.
Un saludo
Eva
Hola Mia, gracias por pasarte por nuestro blog y animarte a hacer un comentario. He estado mirando cómo cse puede hacer una reserva de hotel en Isfahan y con Google resulta fácil, ya que tienes reseñas d ela mayoría y te lleva a sus páginas oficiales.
No obstante, en algunas páginas que hacen reservas de hoteles en Irán, sale un comunicado en el que indican que de momento no hacen reservas por el tema del coronavirus.
Espero que puedas viajar a Irán, pero en este momento, resulta complicado.
Un saludo, viajera.
Eva