Si decimos enoturismo y comarca del Bages, puede que a más de uno le suene extraño o, directamente, no le suene.
Comparada con otros destinos cercanos a la capital catalana, el Bages y sus pintorescos rincones no es muy conocido.
A lo largo de un día me dejado llevar, junto al equipo de Barcelona Travel Bloggers, por un buen número de curiosidades e historias desconocidas de la comarca del Bages.
El Parc Natural de Sant Llorenç del Munt i L’Obac
La primera sorpresa ha sido descubrir un buen número de viñas abandonadas entre los bosques de pino blanco del Parc Natural de Sant Llorenç del Munt i l’Obac.
En su día, estas viñas convirtieron a la comarca del Bages en la mayor productora de vino de la provincia de Barcelona.
Para alguien como yo que vivo en el Penedès resulta un dato sorprendente y atractivo.

Ruta Tines de la Vall del Flequer
La ruta de las tinas es un recorrido circular de unos seis kilómetros en pleno Parque Natural de Sant Llorenç del Munt i l’Obac.
Iniciamos el paseo a pocos kilómetros del Pont de Vilorama en dirección a Rocafort.
La otoñal niebla matutina juega con nosotros al escondite. Cuando levanta un poco, nos sorprende con muros de piedra seca amagados en el bello bosque de pinos blancos.
Estos muros se construyeron como soporte de las terrazas de viñedos, cultivo abundante en la comarca del Bages antes de la plaga de la filoxera.

El paseo es liviano, sin grandes desniveles, de continuas paradas necesarias para descubrir las joyas patrimoniales del trayecto.
La empresa Bages Terra de Vins realiza visitas guiadas donde explican el significado de estas construcciones, su ubicación e historia.
También se puede hacer la ruta a tu aire. Todo está muy bien señalizado. Cada construcción cuenta con su panel informativo.

Las tinas de piedra seca no precisaban de grandes esfuerzos constructivos. Una vez acabadas, se cubrían con tierra y se plantaban lirios para fijar la piedra con sus profundas raíces.
En primavera esta ruta debe ser un espectáculo con los contrastes del verde del bosque, el marrón de las tinas y los tejados repletos de colores.

Origen de las Tinas
El origen de estas construcciones se relaciona con el largo y abrupto trayecto entre los viñedos y los núcleos urbanos.
Los agricultores necesitaban un lugar donde dejar las pesadas herramientas y cobijar a los animales de carga.
Con el tiempo detectaron que el transporte malograba la uva recogida e iniciaron la construcción de las tinas a pie de viña.
Las tinas o lagares son pozos protegidos por un techado.
En ellos echaban la uva y se pisaba hasta la obtención del mosto. Así, solo transportaban el líquido necesario para la elaboración del vino, ahorrando esfuerzos innecesarios en la carga.

La necesidad de aprovechamiento de los recursos llevó a los agricultores a formar grupos de diversos pozos, agrupando unos junto a otros.
A lo largo del siglo XIX, la comarca del Bages se convirtió en la mayor productora vitivinícola de la provincia de Barcelona llegando a tener más de cuatro mil construcciones de piedra seca.
La ruta guiada finaliza con degustación de productos kilómetro cero. Fuets, quesos, olivas y aceites acompañan la cata de vinos DO Pla de Bages.
Nosotros degustamos tres tintos de las bodegas Sumoll, Oller del Mas y Abadal.
¡Toda una recompensa tras el paseo!

Mura, uno de los pueblos más bellos de Barcelona
La ruta organizada incluye el traslado hasta la pintoresca localidad de Mura, considerado uno de los pueblos más bellos de la provincia de Barcelona.
Poco a poco, la niebla, da paso a un tímido sol que permite observar los colores otoñales de la floresta que bordea la sinuosa carretera que lleva hasta Mura.
Gastronomía local en Cal Carter
Allí nos esperan en el restaurante Cal Carter, de inconfundible aspecto rural y gastronomía digna de todo viajero o visitante hambriento.

Los productos kilómetro cero y de temporada son la principal apuesta de este restaurante.
En su carta sobresalen los platos elaborados de carne de cerdo (imprescindible su exquisita butifarra).
También degustamos el Poti-Poti, típica ensalada local elaborada con tomate, cebolla, patata y bacalao (cuyo origen está en las comidas de los agricultores) y un trinxat con butifarra negra.
Un paseo por Mura
Tras la comida, iniciamos la visita a Mura, una de las localidades más bonitas de Barcelona, e incluso me permito decir que de Cataluña.
Un pueblecito de carácter medieval, una cápsula del tiempo en el corazón de la comarca del Bages.

Mura es pequeño, su censo de 213 personas en realidad llega por poco a los cien.
La proximidad a la capital catalana y a su belleza paisajista y patrimonial. hace que numerosas familias, parejas y grupos de amigos vengan a visitarla los fines de semana.
La localidad es punto de partida de numerosas rutas por el Parque Natural de Sant Llorenç i L’Obaç.
La ermita, ampliada en dos ocasiones para dar cabida a la creciente población hasta convertirse en iglesia, ahora es más visitada para tomar unas fotos que para el rezo.

Pocas y tortuosas calles forman el casco urbano.
Entre sus curiosidades, destacan la panadería, el ultramarinos de toda la vida, la carnicería y un pequeño taller de carpintería artesanal.
La casa Museo del Molí del Mig
El punto final a la jornada es la visita a la Casa Museo Molí del Mig, uno de los más antiguos de Cataluña (Siglo X).
El molino, utilizado tradicionalmente para la muela de cereales y aceite, conserva una gran variedad de herramientas y utensilios de la vida rural.
Funcionó hasta mediados del siglo XX y se encuentra en un excelente estado de conservación.

Este tipo de escapadas, ofertadas por empresas como Bages Tierra de vino o por la plataforma Barcelona és molt mès, sirven para retomar el contacto con nuestro reciente pasado.
Además, nos brindan la oportunidad de un retorno a la naturaleza, a la vida rural.
Todo ello combinado con cata de vinos y buena gastronomía local. ¡Una original propuesta para tener en cuenta!
Nota de autor: este artículo forma parte del blogtrip realizado conjuntamente con la asociación Barcelona Travel bloggers y Barcelona és molt mès. Nuestras opiniones son independientes y se basan en nuestra propia experiencia.
Gracias por compartir este post, es verdad El Bages tiene mucho por ofrecer, solo necesitamos algo tiempo y ganas para disfrutarlo!
Hola equipo! gracias a vosotros por pasaros por el blog y por los comentarios. Desde esta visita hemos regresado varias veces al Bages, una zona que no nos pilla lejos de casa (somos del Penedès) y de la que estamos totalmente enamorados.
Tal y como decís, el Bages tiene mucho por ofrecer, lo vamos conociendo poco a poco, un abrazo. cualquier cosa, por aquí andamos.
Saludos,
Eva y Carmelo