El castillo de Olite me recuerda a un juego de mi infancia, el Exin Castillos.
Cuando veo una foto o reportaje de este palacio medieval navarro, asocio ambas imágenes, la del juego y la del edificio. Tras nuestro paso por la Olite, confirmo tal asociación.
El imponente palacio parece sacado de un cuento. Su visión me deja con la boca abierta y dispara mi imaginación. Sin saber cómo, regreso a la época de caballeros y princesas de mi niñez.
Pero, tenemos que ser sinceros, en nuestro caso, no hemos venido a Olite solo para visitar su castillo.
La ciudad es la capital vitivinícola de la DO Navarra y cuenta con un buen número de interesantes bodegas.
Olite es un perfecto cóctel de historia, arte y cultura del vino.

Durante una semana hemos estado alojados en casa de Cristina y Aitor de Udare, amigos, unos perfectos anfitriones, enamorados de su «tierruca».
Poco a poco nos han contagiado su pasión por Navarra, en cada conversación, en cada comida, en cada ruta realizada.
Tras visitar la capital, algunos rincones del Valle del Roncal, Zugarramurdi y los magníficos monasterios de San Javier y Leyre, toca poner rumbo a la Tierra Media.
Esta zona navarra es un libro de historia al aire libre, un lugar de palacios de leyenda, fortalezas de película o castillos de cuentos de hadas.
La Tierra Media es un territorio idóneo para el séptimo arte. Las altas instancias han sabido aprovechar todo lo anterior y han creado la ruta «Navarra de cine».
Una ruta por los rincones que sirvieron de plató, al aire libre, a famosas superproducciones. Es el caso de Olite, donde se rodó Los Borgia.

El paisaje de esta zona con nombre de saga literaria, La Tierra Media, está salpicada de viñedos y olivares que producen exquisitos productos de fama internacional.
Olite se sitúa en el centro de esta peculiar tierra bañada por el Ebro y cercana al Monumento Natural de las Bárdenas Reales.
Qué ver y hacer en Olite (1 día)
Llegamos temprano a Olite, aparcamos junto al Convento de San Francisco, uno de los edificios extramuros más interesantes de la localidad.
Según cuenta la leyenda, San Francisco de Asís fundó el convento a su paso hacia Santiago de Compostela, allá por el año 1212.
Sin poder apartar los ojos de esta magnífica obra, caminamos por el paseo arbolado de la Ronda del Castillo.
Aquí sobresalen las primeras imágenes de la Olite medieval, con sus esbeltas murallas y el perfil del castillo.

– Olite intramuros
Accedemos al casco histórico a través de la puerta de la Cava, a los pies de las espectaculares murallas. De paso, entramos en otra época.
Las retorcidas callejuelas mueren en la plaza de Carlos III el Noble, repleta de notables edificios, como el Ayuntamiento, y rincones únicos.

– Galerías medievales subterráneas
Es el caso de las Galerías Medievales ubicadas en el subsuelo.
Al bajar las escaleras ubicadas en un lateral de la plaza, accedes, en realidad, a la Edad Media de la villa.
Un interesante conjunto de galerías subterráneas funcionan como sala de exposiciones y centro de interpretación de la época más esplendorosa de Olite.

– Museo de la viña y el vino – Plaza de los Teobaldos
De nuevo en la superficie, atravesamos la Torre del Chapitel para ir a la Plaza de los Teobaldos.
En ella se ubican un interesantes edificios como el Parador Nacional y la Iglesia de Santa María La Real.
Justo enfrente, accedemos al antiguo palacio de Santo Ángel. En su interior se sitúan las sedes de la Oficina de turismo y el Museo de la viña y el vino de Navarra.

El museo se divide en varias plantas expositivas dedicadas a la historia de la denominación de origen Vinos de Navarra.
Cuenta, además, con una parte interactiva y sensorial donde aprender sobre el mundo de las catas y los aromas.
La visita puede ser libre o guiada. el recorrido finaliza con una degustación de vinos de la tierra.

– Parador de Olite (Palacio – castillo primitivo)
En uno de los laterales de la plaza sobresale el Palacio Viejo de Olite, actualmente renovado como Parador de Turismo.
El lugar es fantástico. En alguna de sus estancias regresas al medievo como por ejemplo la habitación de la reina Leonor de Trastámara.
¿Quién no ha soñado alguna vez con alojarse en un lugar así?
En cuanto abres la puerta de esta habitación sientes el golpe de la historia en tu cuerpo y solo puedes dejarte llevar por el espíritu regio.

El palacio, declarado Monumento Nacional, representa el ejemplo más importante del gótico civil de Navarra, y uno de los más notables de Europa.
– La antigua Judería de Olite
Abandonamos el sueño medieval del Parador para caminar a través de la Rúa Judería hasta la puerta de San Francisco.
Una calle semipeatonal que invita al relajado paseo mientras disfrutas de la arquitectura de Olite.
Salen a tu paso, casonas de grandes piedras, calles adoquinas y ladrillo marrón que convierte al casco antiguo en un uniformado conjunto de rincones únicos.

– La rúa Mayor
De nuevo, en la plaza de Carlos III el Noble, nos dejamos abrazar por el ambiente de los bares ocultos bajo los pórticos de un buen número de casas aporchadas.
Por el silencio roto tras la llegada de un nutrido grupo de turistas y por los cálidos rayos de sol que intentan arañar unos grados a la gélida mañana de invierno.
La Rúa Mayor capta la atención con un buen número de flechas y señales, en clara competencia al imponente castillo que sobresale al fondo de la plaza.
Nos dejamos atrapar por el juego de luces y sombras del escaso sol, quien provoca un halo de misterio sobre la calle principal del viejo Olite.

La Rúa es una calle estrecha, salpicada de casonas, palacios, tiendas, apartamentos rurales y tabernas, que desemboca en el muro de la Solana.
Un grupo de ancianos entabla conversación con nosotros lo que hace detener nuestra ruta.
Nadie como ellos saben cuales son los mejores lugares para aprovechar los rayos del sol de invierno, el paseo de la Solana es uno de ellos. ¡Su nombre lo dice todo!

– Bodega Cosecheros
Acabada la animada charla, retomamos nuestro objetivo, visitar la Cooperativa Cosecheros, situada justo enfrente de la Solana.
Cosecheros es una exquisita bodega centenaria que sigue funcionando como cooperativa desde su creación allá por el año 1913.
Es la segunda más antigua de Navarra y una de las de mayor solera de España.
Olite es a Navarra lo que La Rioja es a Haro o Toro a Zamora, son las capitales vitivinícolas de su provincia.
Extramuros del casco antiguo se sitúan un buen número de renombradas bodegas que permiten la visita – degustación de productos.

Cuánto amamos los vinos, las bodegas, el enoturismo y todo loque se vincula a la cultura del vino.
Hemos disfrutado mucho con la visita a Cosecheros. Y ¡cómo no! unas botellas de vino volverán a casa con nosotros. La uva graciano nos ha conquistado, así como el magnífico Ovum de esta bodega.
– Plaz del Fosal – Iglesia de San Pedro
Los pasos, después del vino, nos llevan hasta la magnífica iglesia de San Pedro cuya alta torre espigada sobresale en el precioso paseo de Doña Leonor.

San Pedro destaca por la mezcla armoniosa de estilos arquitectonicos, dese el románico, gótico hasta el barroco.
Un imprescindible de la plaza del Fosal, otro de los bellos rincones con los que sorprende Olite.

Vídeo visita Olite en un día
Versión del vídeo en 3D.
De nuevo extramuros, Olite nos despide con la sublime imagen de su castillo, considerado uno de los palacios medievales más bellos de Europa.
Sentimos abandonar esta bonita localidad, pero ponemos rumbo a Uxué (Ujué) donde tenemos reserva para comer, ¡nos han chivado que sus migas son de las mejores de España!
Prometemos volver, por cuestiones de tiempo, ¡no visitamos el castillo!
Cuánto nos queda por descubrir en España… madre mía que castillo y que pueblos más bonitos!
A nosotros también, pero poco a poco le vamos poniendo remedio, aún nos queda mucho por escribir de Navarra. No imaginas la cantidad de lugares y bellos rincones que tiene esta región, y a eso hay que sumarle gastronomía y sus gentes.
Nos vemos por el camino,
Eva y Carmelo
Qué curioso esta semana yo he puesto un post de Irati y tu de Olite, nos va Navarra, sin duda una región preciosa.
Saludos viajeros
LoBo BoBo
a veces pasa que los viajeros conincidimos en el camino o en la red ;-). seguro que regresaste de Navarra con la misma buena opinión que nosotros.
Un abrazo Paco
Pues he estado revisando en el álbum familiar porque no tenía claro si había visitado el castillo de pequeño. Y si, allá está. No me importaría volver, porque tengo las imágenes muy difusas y por lo que explicas merece la pena todo el pueblo.
Y, porque no, dormir en el parador también!
Menudos recuerdos hemos despertado en ti!!! Por supuesto que tienes que volver, y si puedes, alojaros en el Parador, es como retroceder en el tiempo y vivir en la época de caballeros y princesas.