Seguro que conoces la película titulada «Entre copas». El film, marcó a una generación de amantes del vino, pero sobre todo inspiró a muchos otros a iniciarse en el apasionado mundo del enoturismo, y en nuestro caso, nos ha llevado a recorrer zonas famosas por su vino como la Ruta del vino de Toro.
¿Qué es el Enoturismo?
El enoturismo es el turismo del vino combinado con gastronomía, actividades culturales, históricas o musicales, necesarias para enganchar a un visitante ávido de experiencias y sensaciones, que aspira a algo más que la visita a una bodega.
El enoturismo, en definitiva, es una excelente oportunidad de desarrollo sostenible para muchas zonas de nuestro país.
Nosotros, como buenos amantes del vino, del arte, de la cultura, del patrimonio, de la gastronomía y de la naturaleza, hemos iniciado un recorrido por las diferentes denominaciones de origen de España.
La Rioja y el Penedès han sido las primeras DO visitadas. Con ellas se ha iniciado una interesante aventura viajera que nos ha llevado en esta ocasión hasta tierras de Castilla y León.
En concreto a la ciudad de Toro (Zamora) para conocer una de las denominaciones de origen más antiguas y repleta de tópicos.

Denominación de Origen Toro
Creada en el año 1987, la denominación de origen Toro incluye doce localidades de Zamora y cuatro de Valladolid situadas en los páramos de Tierra de Pan y Tierra de Campos.
Alrededor de sesenta bodegas se incluyen dentro de la denominación distribuidas por el sureste de las dos provincias castellanas.
La denominación es muy joven, pero el vino de Toro tiene mucha historia, igual que la ciudad donde se sitúa el Consejo Regulador de la DO.
Historia del vino de Toro
Los orígenes de la tradición vitivinícola en la zona se remontan a una época anterior a los romanos.
Durante la Edad Media, los vinos toresanos fueron un preciado objeto de mercadeo y disfrutaron de privilegios reales como por ejemplo ser el único vino foráneo que podía entrar en la ciudad de Sevilla durante el reinado de Alfonso IX.
«La Pinta» y la conquista de América junto al vino de Toro
Los vinos de Toro fueron los primeros en «introducirse» en América ya que acompañaron a Colón en su viaje.
Tal relevancia tenían en aquellos tiempos que la carabela «La Pinta» se llamó así por influencia del toresano Fray Diego de Deza, confesor de Isabel La Católica, en honor a la medida utilizada para referirse a un trago de vino de Toro.
¿Curioso verdad? Pues ahí no acaba la historia de este preciado caldo.
La filoxera y los vinos de Toro
Durante la plaga que asoló las viñas de toda Europa en el siglo XIX, Toro se convirtió en potencia exportadora de vinos hacia Francia, donde la filoxera había acabado con las cepas.
Esta fue una época esplendorosa hasta que la plaga cruzó los Pirineos y se propagó por España.
La alta gradación y corpulencia le hacían indispensable en los viajes de ultramar, de ahí deriva su fama de que «se pueden tomar con cuchillo».
Pero esta realidad ha cambiado, actualmente, los vinos de la denominación de origen Toro han mejorado su calidad convirtiéndose en uno de los caldos más afamados del país.
Fin de semana en la Ruta del vino de Toro
Un fin de semana es suficiente para enamorarse de esta ruta.
Nosotros hemos dedicado tres días a conocer algunas bodegas y descubrir la ciudad de Toro, declarada conjunto histórico artístico.
Además, degustamos buenos platos castellanos y vivimos las fiestas patronales de San Agustín.

Día 1 (Viernes). Bodega Fariña y Morales de Toro
Tras un largo viaje desde Barcelona llegamos a la localidad de Aspariegos, localidad donde nos alojaremos durante el recorrido por la ruta del vino de Toro.
Bodega Fariña
La bodega Fariña es nuestra primera parada. De la mano de Manuel Fariña (Manolo, tal y como le gusta que le llamen), conocemos su historia y vinos.
Pródigo en simpatía y amabilidad, gracias a él ampliamos nuestros conocimientos sobre el mundo del vino.
Fariña es un emblema en Toro, posiblemente la más reconocida de las bodegas de esta denominación de origen castellana.
La familia fue precursora de la mejora en la calidad e innovación de los nuevos vinos, así como de la Denominación de origen Toro.

La bodega se sitúa muy cerca de otro símbolo toresano, la quesería García Baquero, junto a las tradicionales tahonas, confirman la fama de Zamora como tierra de pan, queso y vino.
Se ha creado una bonita química con Manolo debido a que ambos tenemos sangre sanabresa.
Entender la tierra, nuestra historia común y sentir auténtica pasión por Sanabria nos ha llevado a una larga conversación, alargada hasta la comida.
Morales de Toro
Finalizada la cata de vinos y quesos nos dirigimos a Morales de Toro, concretamente a la Antigua Panera de la Iglesia.
Reconvertida en restaurante y tienda de vinos, es el lugar de encuentro de enoturistas, amantes de las catas y del buen yantar zamorano.

La panera ofrece un exquisito menú de cocina tradicional zamorana. Los productos son cien por cien kilómetro cero. Sorprende encontrar un rincón tan interesante en la zona.
Morales de Toro es un interesante pueblo, situado a pocos kilómetros de Toro.
Su historia se relaciona con la Orden Teutónica y los Caballeros Templarios.
Además, cuenta con el magnífico Museo del vino de Pagos del Rey, una joya imprescindible si visitas la zona.

Abandonamos a Manolo entrada la tarde para regresar a Aspariegos y descansar de la primera jornada.
Día 2 (Sábado). Bodega Liberalia, Valbusenda y San Agustín
Bodega Liberalia
La segunda jornada la iniciamos en la moderna y elegante bodega Liberalia, cuyo nombre procede de las fiestas realizadas en honor del dios Líber. En ella viviremos la visita más original y bohemia del fin de semana.
Juan Antonio engancha enseguida con sus historias, por sus grandes ojos y su teatralizada expresión.
Un ingeniero agrónomo, músico, pintor, escritor y apasionado cinéfilo. Vamos, un «Leonardo da Vinci» zamorano.
Los vinos de esta bodega hacen un guiño a los números, pero no os confundáis, nada que ver con las matemáticas, sino con los perfumes Chanel, en honor a su mujer parisina.
La bodega también elabora aceites y otra serie de productos de alta calidad.
Son famosos los conciertos para animales que Juan Antonio realiza cada año, pero sobre todo en Liberalia sientes pasión por el vino y la tierra.

Hotel Bodega Valbusenda (Pelegonzalo)
El vino y las buenas historias de Juan Antonio, abren el apetito. Ponemos rumbo a la localidad de Peleagonzalo para comer en el restaurante Nube situado en el complejo de Valbusenda.
Moderno e innovador Hotel Bodega que ha revolucionado los viejos cimientos de la Denominación de Origen Toro para ponerla en el mapa de las mejores rutas enoturísticas de España.
Una explosión de sensaciones te espera en este lugar de cuidados y exquisitos detalles, como el jardín ampelográfico, único en Castilla y León, con más de 250 variedades de uvas procedentes de todo el mundo.

Las fiestas de San Agustín en Toro
La tarde cae cuando regresamos a Toro. La villa está sumergida en sus fiestas patronales y nos dejamos llevar por el magnífico ambiente.
Caminamos por las rectilíneas calles impregnadas de historia y arte.
La pequeña ciudad zamorana bebe de las aguas del río Duero que sigue su curso más abajo, en la Vega.
Desde el mirador del Espolón disfrutamos de las bellas imágenes y nos dejamos envolver por la luz dorada del atardecer.
Tras dos días conduciendo a través de los extensos campos de cereales parece un milagro admirar el infinito mar verde de la vega toresana.
En el mirador, el color naranja nos llena de felicidad, la gente se arremolina junto al balcón.
Mientras, a nuestra espalda, sobresale la majestuosa figura de la Colegiata de Santa María La Mayor, la joya de la ciudad.

Tras deleitarnos con la vista toca llenar el estómago, regresamos a la calle Mayor epicentro del tapeo, concentración de bares, tascas, terrazas y bodegas especializadas en vinos y productos de la tierra.
Toro está de bote en bote, el desfile de carrozas de San Agustín ha concluido y toda la ciudad se arremolina junto al ayuntamiento cuyo balcón está repleto de camisetas, banderas y telas que cuelgan las peñas. ¡El espectáculo está servido!
La suerte nos acompaña y conseguimos una buena mesa en una de las tabernas más conocidas donde despedimos nuestra segunda jornada degustando una suculenta variedad de tapas y vinos.

Día 3 (Domingo). Un paseo por Toro
El tercer y último día de ruta, lo dedicamos exclusivamente a visitar la ciudad. Toro acumula un importante conjunto patrimonial y artístico.
Antes de comer, disfrutamos de dos de los monumentos más admirados de la ciudad, la Colegiata de Santa María La Mayor y la Iglesia del Santo Sepulcro.

En la Bodega de la Plaza acabamos nuestro periplo enoturístico.
Un intenso fin de semana por la Denominación de Origen Toro del que regresamos cargados de experiencias, pero sobre todo, con nuevos amigos y aprendizajes.

Es lo bello de viajar, no solo se suman kilómetros, se suman experiencias humanas.
Y ya sabers, a partir de ahora, cuando pidas un tinto, ¡que sea un Toro!
Vídeo ruta del vino de Toro
La localidad de Toro merece una visita pausada y así lo hemos hecho.
Debido al gran número de monumentos, edificios, bodegas, tabernas y lugares de interés para visitar, haremos un artículo específico sobre ella.
Nota de autora: Damos las gracias a la Oficina de turismo de Toro por su amabilidad a la hora de planificar nuestra visita a la ciudad.
No somos mucho de la cultura del Toto, pero reconozco que ni que fuera para visitar la colegiata me encanatría conocer la población.
Gracias por tu comentario Jorge,
Toda la razón, estar en desacuerdo con las corridas de toros no quita ni la belleza ni la historia de esta enoturística ciudad.
Cuando dije que no éramos de la cultura de Toro, quise decir de la cultura de vino!!! Vamos, que no creo que visitara ni bodega ni museo del vino. Pero sí la colegiata, con esa bella portalada.
Eva y Carmelo que linda y gratificante experiencia. Llena de datos interesantes y con relatos sobre personas que dan ganas de conocer, por ejemplo a Juan Antonio. Sobre Cristóbal Colón no estaba al tanto de lo que cuentan. Bien por este post que rescata una zona para recorrer y deleitarse. A vuestro nombre, Salud!
Muchas gracias querida amiga! Es lo bueno de viajar y compartir, siempre se aprende algo nuevo, y sobre todo, siempre se acaban conociendo personas mjuy interesantes que te traspasan su amor por lo que hacen. Cuando vengas a España tendrás que visitar esta bonita zona muy unida a mis raices familiares.
Un abrazo!
Eva y Carmelo
¡Zamora y sus vinos! qué buen recuerdo me has traído con esta entrada, me han encantado tus fotos por cierto. El vino de Toro es una maravilla, nada domesticado como otros tantos. El Gran Colegiata de Toro es además excepcional.
Enhorabuena por el post,
Saludos viajeros
LoBo BoBo
Un grato saludo Paco, gracias por tu comentario y por pasarte por nuestro viaje toresano :-). Tal como decimos, los vinos de Toro tienen esa caracterísica que los hace ser amados o denostados, pero en general la DO está haciendo una interesante apuesta por ofrecer prodcutos de calidad que merece ser recompensada. A nosotros además, nos ha encantado la ciudad y sus alrededores, sobre todo los inmensos campos zamoranos. Ha sido una grata experiencia.