Si decides viajar a Ecuador, debes incluir en tu ruta una visita a la Amazonía ecuatoriana. Si además, te consideras un viajero responsable y buscas un alojamiento sostenible, Suchipakari Lodge es mi recomendación.
Personalmente, conocí este alojamiento al acercarme al stand de Ecuador en FITUR, durante nuestra visita anual a esta feria de turismo de Madrid.
Santiago Morales, gerente del Lodge, nos contó amablemente cómo surgió el proyecto, así como la especial atención y preocupación por las tribus indígenas y la comunidad local.
Su objetivo es que se sientan respetadas por los turistas y visitantes del Lodge para beneficiarse de la riqueza generada por el mismo, en una justa redistribución.
La conexión con Santiago surgió enseguida y decidí pasar unos días en Suchipakari Lodge durante mi viaje a Ecuador (esta vez Eva no puedo acompañarme) .
Cómo nace Suchipakari lodge
La idea nació cuando el padre de Santiago regresó de Estados Unidos tras siete años como emigrante.
A su regreso a Ecuador, su amor por la naturaleza le llevó a constituirse como guía para mostrar la riqueza natural del país, sus tradiciones y singularidades.
En 1998 adquiere los terrenos de una familia local para construir el lodge.
Paralela a la actividad hotelera, Suchipakari está implicado en la ayuda a las comunidades indígenas.
Además de la formación y trabajo en el lodge, promueben el cultivo de pequeñas parcelas (Chacras) donde se planta cacao, yuca y verde, tanto para autoconsumo como para la venta de excedentes.
En el año 2020, en plena pandemia, plantaron 1100 árboles de cacao, 350 yucas y otras tantas de verde.
Además iniciaron la permacultura, implicando a los huéspedes en el conocimiento de la forma de vida kichwa e invitando a la compra de los productos locales.
Vídeo entrevista a Santiago Morales gerente Suchipakari Lodge
¿Qué es Suchipakari Lodge?
Suchipakari es un lodge vivo y en crecimiento.
Cuentan con alojamientos individuales de cómodas habitaciones y un amplio restaurante.
Los amplios espacios dan al cliente la sensación de exclusividad y de seguridad.

Si tu opción es vivir una experiencia vacacinal y/o de desconexión, el alojamiento cuenta con servicios de masaje, bar lounge y equipo para actividades acuáticas en el cercano río.
Actividades en Suchipakari Lodge
Suchipakari ofrece una variada oferta de actividades y excursiones para vivir cada día una nueva experiencia en esta bellísima zona de Ecuador.
Ceremonia de Ayahuasca
Cada vez es más conocida las experiencias psicotrópicas al ingerir ayahuasca, una infusión proveniente de la llamada «liana de la vida», pero atención, asegurate antes de probarla de hacerlo correctamente.
Esta Ceremonia SIEMPRE debe estar supervisada por un chamán reconocido.
Dado que muchos viajeros incautos vienen buscando esta experiencia, han proliferado muchos chamanes falsos que buscan dinero fácil. Por eso, asegurate de que te guíe uno auténtico.

También debes guardar respeto hacia esta tradición y cumplir con sus normas como la de no comer carne ni pescado durante quince días antes a la ceremonia, no beber alcohol y realizarla por la noche sin luces.
Personalmente, no cumplía esos requisitos y preferí no experimentar.
Algunos experiencias contadas por Santiago, el propietario, me dejaron claro que más allá de los efectos psicotrópicos, la ceremonia despierta en el interior una conciencia capaz de conectar con la pachamama y tener visiones inexplicables de hechos vividos por otros participantes de la ceremonia.
Queda pendiente para nuestra próxima visita. Recuerda, si te animas a realizarla, respeta esta tradición y hazlo bien.
Excursión en canoa hasta el Amazoonico
Estar en el Amazonas ecuatoriano y no navegar por uno de sus principales afluentes, el Napo, es algo imperdonable.
Por ello el equipo de Suchipakari organiza un descenso por este río hasta Amazoonico, una reserva animal, NO ZOO, donde se recuperan algunas especies víctimas del tráfico ilegal.
A su vez, otras especies , que no pueden ser liberadas, viven allí en semilibertad.

La tarea divulgativa para preservar y concienciar de la fauna en esa región, es muy loable.
Atendido por voluntarios venidos de muchos países, un largo paseo por la extensa área que ocupa, explican al visitante en varios idiomas las características y problemáticas de cada especie.

De allí, remontamos el río hasta la orilla de un remanso.
Allí nos espera un picnic. Esta comida me ofrece la oportunidad de conversar y conocer mejor al variado grupo que el destino ha unido por esos lares.
Visita a la aldea indígena Kichwa de Shirypuno
Tras la comida, aprovechamos la tarde para remontar el río hasta la localidad ribereña de Puerto Misahuallí, centro neurálgico desde donde salen y llegan continuamente canoas motorizadas tipo taxi.
Lo más llamativo de este «puerto», improvisado junto a una arboleda, es la enorme cantidad de monos que buscan sustento a costa de visitantes.
Pero, un poco antes de llegar a esa localidad, paramos la canoa, en el margen opuesto, para visitar la comunidad Kichwa de Shirypuno.

Bailes típicos, arquitectura simple, rituales frente a una piedra sagrada, preparación de la chica (una bebida alcohólica muy típica en Ecuador, elaborada a partir de la fermentación de la yuca) y hasta un ritual de limpieza espiritual a cargo de un chamán, son el gran atractivo de esta visita.
También, es una excelente oportunidad para comprar algún souvenir directamente de manos de los artesanos y artesanas locales.

Paseo desde Suchipakari Lodge a la cascada de Latas
Acompañados por un empleado indígena de Suchipakari, nos adentramos en la selva. Junto a él aprendemos algo más sobre la flora amazónica.
Árboles gigantescos, unos caminan hasta más de un metro al año, otros dan cacao.

Mariposas, orugas y resto de insectos compiten en colorido con orquídeas silvestres, heliconias y una flora exuberante.
Tras el didáctico paseo, el premio final: la cascada de Latas. No es especialmente grande, ni alta, pero eso la hace más íntima y reservada.
Nadie viaja expresamente hasta ese paraje por verla, pero precisamente su desconocimiento, la hace tan especial.
Un muro de roca negra contiene el arroyo hasta obligarle a discurrir por su centro erosionado por los años.

A los pies de esa cascada, una poza, ofrece la posibilidad de bañarse en sus tranquilas aguas, algo que siempre se agradece en esta calurosa zona ecuatorial.
Chocolate, del árbol a la taza
Si un fruto destaca en Ecuador, es sin duda el cacao. Por ello el equipo de Suchipakari no quiere que te vayas sin conocer su proceso, desde el árbol a la taza. La actividad incluye una degustación.
El cacao crece dentro de unas grandes vainas que maduran durante seis meses en el árbol antes de ser recolectadas. De ellas se extraen la semillas, amargas e incomestibles, rodeadas de una dulce baba blanca, fibrosa.
Tras su secado al sol, la semilla absorbe la baba y su dulzor. Después debe ser tostada, triturada y finalmente se obtiene una crema que rebajada con agua, azúcar y algo de ron, sirve para hacer las delicias del paladar.

Santiago me comenta que el 2020 fue un año de reinventarse debido a la crisis turística por el COVID.
Una nueve fuente de ingresos para ellos y su comunidad es la venta de vainas de cacao a los visitantes por 1€.
Si bien para los productores el precio del quintal ronda los 60€ con baba y 90€ ya seco, muchos agricultores se apuntan a guardar las mejores vainas para la venta a turistas.
Cooperativa Kallari productora de cacao y vainilla
Esta no es una excursión ofrecida por Suchipakari, pero debido a mi interés por conocer mejor la economía local, Santiago me acompañó hasta la cercana localidad de Dos Ríos donde se encuentra la cooperativa indígena Kallari.
Además de mostrarme los secaderos de cacao, donde la semilla absorbe la dulce baba que rodea a este fruto, recibo una lección sobre la diferencia entre el cacao natural y desgrasado.
En la visita descubro como empresas multinacionales como Nestlé controlan por completo el precio del cacao.

Existen otras iniciativas en Ecuador que ayudan directamente a los productores locales comprando el cacao sin procesar a buen precio.
Pero la otra cara de la moneda de esta aparente buena iniciativa, es que frecuentemente, algunas de esas empresas proveen de maquinaria y créditos a los campesinos, quienes posteriormente se ven obligados a otras ventas menos beneficiosas que las originales.
Pero no todo es cacao y chocolate en Ecuador. Recientemente la introducción de la vainilla en el cultivo local ha sido muy positiva.
Mientras en otros puntos del globo disminulle su producción, aquí empieza a ser una apuesta de futuro.
Excursión por la selva cercana a Suchipakari lodge
Dado que el lodge Suchipakari se encuentra inmerso en la selva amazónica de Ecuador, no hay que caminar mucho, siempre acompañado por un buen guía, para descubrir y aprender la variada vegetación y fauna circundante.
Aprendemos de plantas y propiedades, incluida la liana de donde se extrae la ayahuasca.
También del canto de las aves gracias a la imitación realizada por nuestro guía.
La Amozonía ecuatoriana es un lugar imprescindible para los amantes de la ornitológica debido a la exquisita variedad de aves en la zona.

Compromiso de Suchipakari con los indígenas
Si algo distingue a Suchipakari de los típicos resorts amazónicos, es su implicación con las comunidades kichwa que la rodean.
Colaboran en la creación de escuelas e infraestructuras comunitarias, imparten formación para trabajar en el lodge, y forman parte de la economía local mediante el programa de plantaciones de chacras para autoconsumo y ventas.
Pero sobre todo se sienten orgullosos de su estilo de vida y hacen partícipes del mismo a turistas y visitantes.
Respecto a la formación de los indígenas para el trabajo hotelero, me cuenta Santiago que es una labor sin fin.
Una vez capacitados, suelen irse a otros complejos hoteleros donde requieren personal cualificado y pagan sueldos más elevados, así que él, se ve obligado a formar continuamente a más indígenas.

El objetivo principal de Suchipakari es la creación de riqueza y prosperidad para toda la comunidad.
¿Qué llevar a la Amazonía ecuatoriana?
La temperatura media es la misma todo el año, entre 20 y 28 grados centígrados, aunque a veces la humedad puede dar una sensación superior. Es una buena idea llevar ropa fresca y transpirable.
Para las excursiones por la selva, muy recomendable calzado estilo bota de trekking, impermeable mejor, para evitar resbalones en zonas húmedas y mantener los pies secos.
Además, pantalones y camisa o suéter largos para proteger la piel del follaje e insectos.
Imprescindible la cantimplora, aunque abundan los lugares donde beber zumos o lo que desees.

También añade bañador, gorra y crema solar ecológica, tanto para la piscina del Lodge como para las actividades acuáticas. No es precisa la protección antimosquitos.
Muy importante, una buena cámara de fotos o móvil con estuche, donde quede protegida. .
Si además te apasiona la ornitología, añade un trípode y un buen teleobjetivo. ¡Disfrutarás de lo lindo!

Os recomiendo la funda por propia experiencia. Me cayó el móvil al agua durante la visita a la cascada.
Resulta curioso, pero una noche metido en un saco de arroz, lo devolvió a la vida. ¡Que susto!!!
En los viajes, todos los recuerdos van en el móvil, ¡No te olvides de sincronizar cuando tengas oportunidad con un almacenamiento en la nube para evitar disgustos!
Suchipakari hoy, mejora de la oferta post COVID
La pandemia ha provocado una nueva reinvención de Suchipakari.
Santiago me informa de que en vez de excursiones a lugares muy concurridos, como las cascadas del Tena, realizan actividades próximas al Lodge, lo que ha sido muy bien recibido por los visitantes.
Por un lado, ha permitido reducir los 130€ diarios del todo incluido a tan solo 70€ al minimizar los gastos de transporte y accesos.
Por otro, han comprobado que los visitantes disfrutan más de su estancia al disponer de más tiempo para el relax en las instalaciones, disfrutar de paseos en kayak y visitas cercanas.

Comparado con otros complejos que ofrecen alojamiento y actividades similares, Suchipakari se encuentra en una gama media-alta con precios muy razonables.
Al final, lo más importante, es la satisfacción de que tu dinero se reparte entre la población indígena y no en manos de un consorcio extranjero.
Puedes consultar precios, actividades y realizar reserva directa en su web.
¡Ojo! Comprueba antes de reservar si tienen alguna oferta para voluntarios en trabajos locales. El establecimiento cuento con un programa de alojamiento gratuito para esos casos.
Lo que menos me gustó
En toda visita hay un pero. en esta ocasión ese pero me dolio mucho.
La explotación ilegal de oro está bastante extendida en Ecuador.
Si bien puede entenderse el ver a indígenas lavando la rica arena del río en busca de pepitas, no tiene perdón la devastación realizada por algunas empresas que, sin permiso y en muchas ocasiones con la connivencia de agentes de la autoridad, dragan las orillas de los ríos a plena luz del día.
Otra mala práctica es ofrecer a los indígenas una suma de dinero por su terreno, para acto seguido deforestar y dejarlo sin esa delgada capa vegetal necesaria para el cultivo de alimentos. Resultado, un terreno yermo e improductivo al irse.
Pero denunciar esas actividades no resulta fácil, me comenta un local, que el resultado puede casi costarte la vida.
Muchas veces, en nuestros viajes buscamos contar lo bonito y bello, pero en esta ocasión, quiero aprovechar desde la seguridad de la distancia, denunciar esta realidad que no solo se dá en el Amazonas de Ecuador, sino en muchas otras regiones del país como Imbabura.

Para finalizar, si viajas por Ecuador, también te pueden interesar alojamientos sostenibles en otras regiones del país como en la Comunidad de Yunguilla.
Mi idea era visitar unas cuantas más, pero las restricciones del COVID me obligaron a suspender el viaje antes de que éste llegara a su ecuador. Nunca mejor dicho…
Aprovecho la ocasión para agradecer a Santiago y su equipo la inolvidable experiencia vivida en Suchipakari, solo me queda regresar y vivirla con Eva.
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