No hay nada más aburrido y mundano que hacer un road trip por carreteras rectas, infinitas, de paisaje unitario, para evitarlo, alguien en Cerdeña, se empeñó en que las carreteras no siguieran la línea recta y acertó en el intento.
Carretera panorámica SP105
Las carreteras panorámicas que recorren la costa sarda son espectaculares.
Uno de los mejores ejemplos es la SP105 (SP49), la carretera panorámica que une las localidades de Alghero (L’Alguer) con Bosa, un tramo de aproximadamente cincuenta kilómetros ¡no apto para quienes se marean con las curvas o padecen de vértigo!
Tres colores nos acompañan a lo largo de esta ruta, el azul del Mediterráneo que discurre por nuestra derecha, el marrón de los acantilados, que forman promontorios como el del Cabo Marargiu, y el verde que cubre las suaves montañas que llevamos a nuestra izquierda.
Un verde singular producto de la macchia (bosques de arbustos cincelados por el Mistral que por aquí sopla a sus anchas).

La SP105 (SP49) se abre a paisajes infinitos que pueden verse con tranquilidad gracias al buen número de miradores habilitados para hacer un alto.
¡Mejor observar el horizonte con el coche parado que arriesgarse a quedar atontado por él y acabar en el fondo del acantilado!
Los miradores están bien señalizados con información relevante del lugar, así como de las características de su fauna y flora, pero decepciona el mal estado en el que se encuentran. ¡Una pena tanta suciedad y abandono!
Cada vez que paramos y bajamos del coche sentimos el empuje del Mistral, viento que acompaña al viajero por la isla.
Su fuerza y la ayuda de otros elementos crea figuras oníricas en las rocas. ¡Siempre me ha fascinado la vena artística de la madre naturaleza!

Poco a poco nos acercamos a Bosa. El envite turístico ha desaparecido hace unos kilómetros, los mismos que nos alejan de la saturada ciudad de Alghero.
Ponemos rumbo a la Cerdeña tranquila y auténtica.
Bosa, uno de los pueblos más bellos de Italia
la isla nos regala uno de sus secretos mejor guardados.
Junto a la desembocadura del río Temo surge uno de los pueblos más bellos de Italia, Bosa.
Un pequeño núcleo de apenas ocho mil habitantes repleto de encanto, un lugar donde el color toma forma en las típicas casas, palacios e iglesias del casco histórico, mecido por uno de los pocos ríos navegables de la isla.

La strada provinciale nos deja en el mismo centro. Unos metros antes antes nos regala una de las imágenes más bonitas de la localidad, la que se obtiene desde la Bosa Marina.
El río Temo, el castillo de Malaspina y el conglomerado de colores forman una estampa de postal. ¡Obligado pararse en este punto!

Dos puentes enlazan el margen derecho o centro histórico y el margen izquierdo, antigua zona industrial conocida como Distrito de Sas Conzas, así como el pequeño ensanche del burgo.
El nombre del lugar nos indica el pasado catalán de la zona cuando el Reino de Aragón tuvo el mando de estas tierras.

Con esta carta de presentación nos sorprende que Bosa no sea uno de los lugares más turísticos de la isla, parece como si a Cerdeña solo se viniera por sus playas (más tarde sabremos que incluso no a todas).
La localidad te engancha enseguida, consigue poner una sonrisa en tu cara que solo desaparece cuando tienes que marchar.
Bosa tiene ese aire dolce vita tan italiano que se mezcla con toques coloniales y esencia mediterránea.
Vídeo de nuestro paseo por Bosa
Vídeo en versión 3D
¿Qué ver en Bosa?
Aparcamos el coche en una larga calle, justo a los pies del Puente de la Paz o Puente Nuevo, decidimos hacer un aperitivo en uno de los bares del muelle en el que atracan un buen número de barcas de pescadores.
El Temo es navegable hasta la desembocadura por lo que el pueblo se permite tener un coqueto y pintoresco puerto en el casco histórico al que se suma el puerto marítimo en la zona conocida como Bosa Marina.

Los pasos nos llevan hasta la Piazza 4 de noviembre, estamos ya en el corazón histórico. El encanto de esta plaza nos atrapa enseguida. Niños jugando a la pelota, grupos de amigos sentados en las terrazas, mujeres con sus carros de compra.
Lo cotidiano siempre me ha resultado fascinante. Respirar un lugar, sentirte parte de él, observarlo sin prisa y ser partícipe de sus tiempos, de sus momentos.
Desde aquí la mejor manera de enamorarte de este pequeño burgo es callejear sin sentido dejándote llevar por todo aquello que llama tu atención.
Bares singulares, coquetas terrazas, balcones repletos de flores, pescaderías que nos recuerdan la esencia marinera de la villa, puertas de colores y un entramado de callejones por los que solo escuchamos nuestros pasos.

Desde la plaza sale la calle Vittorio Emanuele, posiblemente la más interesante para introducirse a través del burgo vechio. Los ojos no pueden abarcan todos los detalles que salen al paso.
Imprescindible visitar la Casa Deriu, uno de los edificios más bellos de esta calle que contiene un interesante museo repartido en tres plantas.


Al final de la calle sobresale la bonita figura de la Concatedral cuya imagen se refleja en las aguas del Temo, una de las estampas más fotografiadas de Bosa.
Construida a principios del siglo XIX sobre una antiguo iglesia románica destaca por sus pintorescas cúpulas y torres inacabadas en un estilo difícilmente clasificable.

Cruzamos el Puente Vechio para cambiar de lado y es ahora cuando Bosa se nos presenta espectacular.
Las imágenes de la inacabada catedral, el cerro de Serravalle, el imponente castillo de Malaspina y los muelles adornados con palmeras son tremendamente fotogénicos.
La orilla del distrito de Sas Conzas es otro de esos lugares que dan encanto a Bosa.
Las antiguas naves son una muestra del patrimonio industrial de Cerdeña, antiguas curtiderías de piel que movieron la actividad económica de la localidad hasta mediados del siglo XX.
Actualemnte se conservan como museos, talleres de artistas locales y coquetos restaurantes.
El Distrito de Sas Conzas está declarado como Monumento Nacional de Italia. Nos ha encantado el toque bohemio que desprende el lugar.

Esta parte del pueblo también tiene su interés, puedes visitar el Museo de la Conce en el que se explica el oficio de curtidor y en general todo lo relacionado con la zona industrial. Al final de la calle llama nuestra atención la pequeña iglesia de San Antonio Extramuros.
Si vienes con autocaravana hay una zona para dejarla justo en la parte de atrás del muelle, a la altura del Puente de la Paz o puente nuevo, una pasarela que hace honor a los caídos en las guerras.
Este otro puente nos devuelve al punto de partida de nuestro paseo. Debido al calor que hace decidimos subir hasta el castillo en coche.
Aprovechamos la buena posición de la pasarela para hacer las últimas fotos del muelle de Bosa, aunque la luz no es la mejor a estas horas del día.
Os recomendamos disfrutar del atardecer en la localidad, a esa hora la magia invade el lugar y las instantáneas quedan de diez.

El castillo de Malaspina o de Serravalle
La mejor opción para llegar hasta el castillo es hacerlo a través del entramado de calles que parten del centro histórico.
Bosa es un perfecto ejemplo de como un pueblo fomenta la belleza con pequeños detalles como el adorno de sus casas con flores, los colores.
La armonía es la característica esencial de la localidad extensible a sus habitantes
El cerro de Serravalle es el mirador natural de Bosa. ¡Normal que se construyera aquí el castillo ya que el sitio es inexpugnable!
La familia Malaspina, de origen toscano, se ubicó en la localidad hacia el siglo XII aprovechando la existencia del único río navegable de la isla.
Se puede visitar el recinto (unos 3€) en el que destaca la iglesia de Nuestra Señora de los Reinos Altos. El interior está decorado con escenas de los Reyes Magos y otros personajes bíblicos, trabajo encargado por la familia en el siglo XVI cuando Cerdeña ya estaba bajo el dominio de la corona de Aragón.
¡Cuanta historia atesora esta isla! un emplazamiento estratégico para un buen número de reinos, imperios o civilizaciones.
Con las imágenes de la localidad a nuestros pies, abandonamos esta bella localidad sarda que nos ha cautivado de camino hacia nuestro destino por unos días, la provincia de Oristano y la Costa Verde.

Si te animas a viajar a Cerdeña no olvides que los mejores lugares de la isla no salen en los folletos turísticos.
Sigue nuestros artículos para descubrir las infinitas posibilidades que ofrece la segunda isla más grande del Mediterráneo más allá de las saturadas playas de la Costa Esmeralda.
Tengo tan pendiente viajar a Cerdeña…Me ha encantado vuestro paseo, los pequeños detalles del pueblo, la tranquilidad de un pueblo de pescadores…Apuntado Bosa en la lista, voy a tener que hacer una nueva llamada…Sitios que me descubre Donde vamos Eva 😉
Un abrazo guapos!!
Jajajaja, que maja eres Maru! Nos ha encantado la frase final, podría ser una interesante sección del blog 😉 Gracias por pasarte por este pintoresco pueblo de cerdeña del que regresamos enamorados. Cerdeña es una pasada, ya tenemos ganas de volver!!
saludos,
Eva y Carmelo
hola! aún no he podido viajar a Cerdeña pero pronto caerá ya que segun veo en tu post no es solo sol y playa, siempre que visito alguna isla me gusta que tenga sitios y pueblos que visitar que complementen la playa.
y si vamos seguro que nos dejamos caer por Bosa, que interesante!
preciosas fotos! chaoo
Muchas gracias por el comentario Enrique! Cerdeña es conocida como la isla continente precisamente por sus contrastes y diversidad, piensa que es tan grande en extensión como la Comunidad Valenciana, por lo que te aseguro que podrás encontrar mucho más que «sol y playa». Solo basta con dejarse llevar por las infinitas carreteras locales que la cruzan para descubrir paisajes y paisanajes únicos.
un saludo,
Eva y Carmelo
La verdad es que no tenía en mente viajar a Cerdeña, pero me estáis poniendo ganas chicos. No se si Bosa es uno de los más bonitos de Italia pero desde luego es muy pintoresco y fotogénico, además con un castillo en lo alto, con lo que a mi me gustan. Seguro que perfecto para disfrutar de la naturaleza y desconectar. Gracias por mostrárnoslo.
Un abrazo
Carmen
De nada Carmen! Nos alegra seguir inspirando a otros viajeros con lugares desconocidos y únicos, que no se ubican en las típcias guías o se dejan llevar por las modas «viajeras» . Cerdeña es por una parte muy concreta, megaconocida, sin embargo, su valor se encuentra en localidades como Bosa, en las que lo cotidiano sale a tu encuentro.
Si te animas a viajar a Cerdeña, ya ssbes donde encontrarnos para darte consejos 😉
Eva y Carmelo