La localidad de Arcos de la Frontera es, a cada paso, una lección de historia, apreciada en su peculiar trazado urbano y en su rico patrimonio.
Arcos ha sido una agradable sorpresa. La única imagen que teníamos era la de «pintoresca localidad situada en la ruta de los pueblos blancos».
Nunca imaginamos que, en un pueblo remoto de la Sierra de Cádiz, encontraríamos una leyenda sobre el nieto de Noé, ni una interesante historia de tartesos, romanos, visigodos y musulmanes.
Suspendido en un cerro, a unos cien metros sobre el río Guadalete, Arcos de la Frontera sobresale en el paisaje de la sierra norte de Cádiz.
La misma que recorremos en coche, desde Medina Sidonia, a través de la carretera A-389.

Pinceladas de historia de Arcos de la Frontera
Cuenta la leyenda que, pasados cuatrocientos años después del diluvio universal, recabó por estos lares el rey Brigo, nieto del famoso Noé.
El escudo de armas de la localidad representa este hecho:
«Rex Brigus Arcibrigam fundavit. Alfons Sapiens a Mauris Resuravit» (el rey Brigo funda Arcobrigam y Alfonso el Sabio la recupera de los moros).
Escudo de armas de Arcos de la Frontera
Histórica es, también, la fundación de la Arx Arcis romana (fortaleza en las alturas) de la que aún se conservan algunos restos arqueológicos. Tras sus pasos llegaron los visigodos.
La batalla de Guadalete da como vencedores a los musulmanes frente al Rey Rodrigo, inagurando un período como Reino de Taifas, cuyo nombre fue, Medina Ar-kosch.
La localidad se convierte en una de las fortalezas más importantes de la zona (de esa época le viene su apellido «de la frontera»).
Será Alfonso X el Sabio quien recupera la plaza para el reino de Castilla. Unos años más tarde, el rey Enrique IV le concede el título de ciudad.
La familia Ponce de León estuvo muy vinculada a la villa desde su nombramiento como duques de Arcos, por parte de los Reyes Católicos, título mantenido hasta bien entrado el siglo XVIII.
Todo este devenir de culturas y hechos históricos se hace patente en su patrimonio. La villa está declarada Conjunto Histórico.
Qué ver en Arcos de la Frontera
Llegamos a Arcos tras pasar la mañana en Medina Sidonia. Es domingo, y los ecos del carnaval aún resuenan en algunas calles.
Aún así, encontramos una localidad tranquila, casi desierta, invitando al calmo paseo a sus visitantes.
El sol empieza a bajar y decidimos conocer, antes del ocaso, el casco antiguo, declarado Monumento Histórico-Artístico.
Arcos de la Frontera parece una localidad pequeña, pero cuando miras su perfil desde la Calle Corredera observas un precioso pueblo estirado a lo largo de la peña.

– Un casco antiguo con toques de poesía
El casco antiguo tiene un halo de poesía, de ensoñación, incluso me atrevería a decir, de romanticismo.
De sus blancas paredes cuelgan hermosas poesías convirtiendo a la localidad en un obra literaria al aire libre.
Arcos desprende cierto aire de nostalgia, de tiempos pasados de realengo y notable poderío impregnado en un rico patrimonio que convive, a la vez, con zonas degradadas.
Siempre me resultan más creíbles estos lugares «no-perfectos», donde al girar una esquina, al entrar en un callejón o perderte en una rincón, descubres el paso de los años, del tiempo inexorable, en definitiva, del olvido.

– ¿Arcos de la Frontera se llama así por sus numerosos arcos?
A nuestro paso sale un arco, otro, y alguno más por el camino.
Este elemento decorativo de las calles hace creer a muchos que el nombre de la localidad se deriva de su elevado número de arcos.
¡Divertida coincidencia que no tiene nada que ver con la realidad!

Arcos es una lección de historia a través de sus calles y edificios.
El trazado urbano tiene los elementos básicos de los Reinos de Taifas, callejones estrechos, paredes blancas, murallas defensivas y altivo Alcázar.
De todo ello se conservan ricos elementos mezclados, o más bien, fueron casi borrados por la imposición de los nuevos «conquistadores».
Impresiona el gran número de edificios de origen cristiano de los siglos XV al XVIII.
Palacios, casas señoriales, iglesias y conventos. Entre ellos sobresale la soberbia Basílica de Santa María de la Asunción en la Plaza del Cabildo.

– Magnífica Plaza del Cabildo
Una pena la utilización de la plaza como aparcamiento público, estropea todo el conjunto y el valor patrimonial de la plaza.
En ella cohabitan verdaderas joyas como el Parador Nacional o el Balcón de la Peña Nueva de Arcos, declarado Patrimonio Natural de Andalucia.
Conocido popularmente como el «balcón del coño», solo por disfrutar de las vistas de este mirador, ya merece la pena llegar hasta Arcos.
Desde este punto, se inicia un interesante paseo por el entramado de calles situadas en la arcada lateral del Parador Nacional.

– Localidad ideal para deambular
La tortuosa calle de los Escribanos conduce hasta la pintoresca Plaza Boticas. ¡Siéntate en una de sus terrazas y contempla el ambiente de este pequeño espacio!
La plaza asombra con sus contrastes.
Por un lado típicos mesones, tiendas de artesanía, por otro la imponente mole del Convento de las Descalzas.
En él, las monjas de clausura siguen elaborando deliciosos dulces muy conocidos en la provincia.
Un extraño edificio atrae enseguida mi curiosidad, es el Mercado de Abastos, situado en el inacabado Convento de Jesuitas.

– La curiosa calle Escribanos y sus cambios de nombre
A partir de aquí, la calle Escribanos recibe un nombre diferente en cada pequeño recodo del entramado urbano.
La calle Cuna nos resulta familiar. ¡Esta calle la hemos visto reproducida en el Pueblo Español de Barcelona!
En la Capilla de la Misericordia se recogían a los niños expósitos (aquellos abandonados) de ahí el nombre de la calle.
La luz del sol regala una preciosa y brillante imagen de la Parroquia de San Pedro Apóstol.
El atardecer lo envuelve todo con toques dorados en contraste con el moncromático color blanco.

– Mirador Abades, punto hipnótico de Arcos
En este punto bajamos a través de estrechas, hipnóticas y tranquilas calles repletas de poesía.
La calle Abades finaliza en otro de los rincones más bonitos de Arcos de la Frontera.
El mirador de mismo nombre invita a sentarse y mezclarse con los azulejos de delicada poesía.

Arcos tiene su atractivo en los pequeños rincones a los que llegar sin prisas, con ojos curiosos y ávidos por descubrir pequeñas joyas olvidadas en las guías turísticas.
Desde el mirador, la villa regala inolvidables postales. Destaca en la lontananza la imagen del lago, declarado Paraje Natural, ideal para deportes náuticos.
Posiblemente, en días de fuerte calor, la visión de esta masa de agua parezca un espejismo.
A nosotros nos parece un oasis, una bonita estampa en medio de la serranía gaditana, desde este mirador, la imagen de Arcos nos recuerda algunos pueblos visitados en Marruecos.

– La encantadora calle Maldonado
Decidimos dar la vuelta, no nos atrevemos a continuar la bajada por las serpenteantes calles de la ladera del cerro.
Nos quedamos con ganas de hacerlo, pero la tarde se acaba y el sol está a punto de desaparecer.
Regresamos por la calle Maldonado, una de las más retratadas y mejor conservadas de la localidad.
Destacan sus elementos decorativos, macetas de flores, balcones y ventanas enrejadas.
El final de una visita que se ha hecho corta
Desde la Plaza del Cabildo, de regreso al coche, paseamos a través de la calle de las Monjas, del Deán y de la Cuesta de Belén.
Sobresale, a nuestro paso, el imponente Castillo de los duques de Arcos (antiguo alcázar militar).

Las piernas notan las continuas subidas y bajadas superadas.
Toca recoger y despedirse de esta bonita localidad repleta de interesantes rincones.
Si tienes más tiempo para dedicarle a Arcos, puedes tapear o disfrutar de un espectáculo de flamenco en alguno de sus singulares locales.
Al final, caímos rendidos ante el bello atardecer arcense.
Nos invade un sentimiento de nostalgia, el producido por los lugares de los que no quieres marchar nunca.
Vídeo qué ver en Arcos de la Frontera
Vídeo versión 3D
Tú también puedes explicarnos aquellos lugares de Cádiz que te han dejado hipnotizado.
Solo tienes que pasarte por nuestro apartado de comentarios e indicarlo. Si no los hemos visitado, tomaremos nota para nuestro próximo viaje a Andalucía.
Hola, buenas tardes.
Vivo en Arcos y leo sorprendido vuestro «reportaje» al respecto de mi ciudad. Considero que pocas veces se dice tanto en un espacio tan corto. Tanto sus reseñas históricas como sus comentarios acerca de los lugares visitados, dejan clara muestra de vuestro interés por conocer y dar a conocer los lugares que visitáis.
Os agradezco vuestro » artículo» y no dudo en ponerme en contacto con vosotros y solicitar vuestro permiso para poder usar vuestros contenidos con el único fin de que los niños y niñas de Arcos conozcan aspectos básicos de su historia y patrimonio.
Gracias.
Hola José Manuel, no imaginas cuánto nos alegran comentarios como el tuyo. ¡Muy agradecidos con tus palabras!
Tienes nuestro permiso para utilizar el contenido necesario para acompañar a tus alumnos/as en su conocimiento sobre vuestra preciosa e interesante localidad de la que estamos totalmente enamorados.
Tu agradecimiento y el aprovechamiento de nuestro contenido para dar a conocer Arcos, así como los destinos que visitamos, nos da alas para seguir viajando por la historia y patrimonio de nuestro país y del resto del mundo.
cualquier cosa que necesites, aquí estamos.
¡Abrazos viajeros!
Eva y Carmelo