Tras abandonar la interesante localidad de Alcalá de Guadaíra, que nos ha dejado un grato sabor de boca, toca un paseo por Carmona, antes de finalizar nuestra primera etapa de la ruta de Washington Irving
La carretera A-398 atraviesa la comarca de los Alcores, una meseta en la depresión del Guadalquivir.
Sus características geológicas han convertido esta zona en una cantera natural de albero, arena utilizada en la mayoría de parques, jardines y paseos sevillanos.
Aunque su fama se debe principalmente a las plazas de toros, donde el albero es uno de los colores estrella.
La luz de la tarde regala una visión espectacular, momento ideal para realizar un paseo por Carmona, Lucero de Europa, quien se eleva «dorada» sobre la campiña.
Los rayos de luz anaranjados del sol tocan las piedras de albero utilizadas para sus bellos edificios contrastando con el blanco impoluto de las casas.
Pinceladas de historia de Carmona, Lucero de Europa
Carmona es una máquina del tiempo. Al pasear por sus murallas, calles y palacios, tienes la sensación de viajar hasta épocas de antiguas civilizaciones e imperios.
Desde restos neolíticos a romanos, cartagineses o tartessos, muchos han sido sus pobladores, debido a la posición estratégica de la ciudad, así como por ser una de las zonas agrícolas más fértiles de Andalucía.
Sus más de cinco mil años la convierten en una de las ciudades más antiguas de Europa.
Con la época romana alcanzó gran notoriedad al ser declarada urbe, bajo el nombre de Carmo.
En esa época se dotó a la villa de murallas, espacios públicos y notables edificios. Aún quedan restos de aquel pasado romano como la monumental puerta de Córdoba y el puente que sigue el trazo de la Vía Augusta.
En el año 713 llegan los musulmanes, la Qarmuna berebere sufre un nuevo impulso que la catapulta como una de las ciudades más destacadas de al-Andalus y capital de uno de los reinos de Taifas.
En 1245 fue reconquistada por Fernando III el Santo que la repobló, la otorgó de fuero propio y pronunció la frase que ha pasado a la historia como uno de los mejores legados de la villa:
«como el Lucero luce en la Aurora, así en Vandalía (actual Andalucía), Carmona».
Los reyes posteriores la mimaron y amoldaron su imagen a los gustos de la época, es el caso del Alcázar del rey don Pedro transformado hoy día en Parador de Turismo.
Sobre esta base histórica se construyó, piedra a piedra, una de las ciudades más interesantes de Andalucía, declarada conjunto histórico en 1963.
Nuestro paseo por Carmona
Carmona y los viajeros románticos
La señorial estampa con la que se asoma al camino y su prestigioso pasado, atrajeron la mirada de un sinfín de viajeros románticos como Richard Ford quien escribe:
«Carmona, la mora Karmunah, son sus murallas orientales, su castillo y su posición, es muy pintoresca… La vista sobre las vastas llanuras de abajo es magnífica…»
Y es, esta pintoresca localidad sevillana, quien atrae nuestra mirada una tarde de enero, mientras seguimos los pasos de Washington Irving a través de la ruta del Legado Andalusí.

Una oficina de turismo con historia
Aparcamos en la ronda del Cenicero, junto a la plaza de Blas Infante, antesala del centro histórico y de la monumental Puerta de Sevilla.
El coche no tiene sentido en esta ciudad. Carmona, abraza al visitante invitándole a un lento paseo, a un viaje en el tiempo a través de sus «piedras».
El Alcázar de la Puerta de Sevilla, o «de abajo», introduce a la ciudad amurallada, un imponente baluarte de sillería del siglo VIII a. C.
Reformado por cartagineses, ampliado por los romanos, completado por los musulmanes y modificado con fines palatinos por los cristianos. ¡Cinco mil años de historia nos contemplan en este punto!
La ruta del legado andalusí nos está mostrando una Andalucía histórica, monumental, alejada de tópicos manidos.

La Puerta de Sevilla, uno de los mejores ejemplos de puerta romana en España, deja sin palabras con su monumentalidad y belleza.
Desde la oficina de turismo, ubicada en los laterales de la puerta, se accede a la visita del alcázar.
Arcos de herradura, fortalezas, torre del Homenaje, patio de los Aljibes con cisterna incluida, torre y Salón de los Presos, un interesante paseo por Carmona muy bien señalizado.
Os recomiendo hacer esta ruta cuando el sol empieza a ponerse. Los rayos dorados inundan todo de un color naranja único, reflejándose en los edificios y casas.
Desde aquí arriba entendemos el sentimiento provocado, por estos lugares, en las almas inquietas de los viajeros del siglo XIX.
Pero también hay una Carmona más abajo, en sus calles, entre sus gentes y queremos conocerla.

El poco tiempo del que disponemos nos obliga a aprovecharlo al máximo.
No somos amantes de este tipo de viaje rápido, pero no nos queda más remedio, la ruta es larga y repleta de lugares por lo que debemos maximizar la visita.
Un paseo por Carmona slow
El casco histórico de Carmona está salpicado de iglesias, conventos o palacios jugando con el visitante para captar su atención, por lo que el paseo se hace lento y calmado.
En la calle San Bartolomé destaca la iglesia de mismo nombre, joya del barroco andaluz.
Nuestro paseo por Carmona nos lleva hasta el magnífico Mercado de Abastos, un lugar repleto de vida, aunque por la tarde la mayoría de sus puestos están cerrados.
El solar del antiguo convento de Santa Catalina sirvió para un nuevo uso público.
Sigue el diseño de las plazas castellanas, pero a mi me ha recordado a los mercados aporchados de Essaouira (Marruecos).

La plaza de San Fernando es el corazón del casco histórico, igual que lo fue de la Carmo romana.
Antiguo foro romano, centro comercial y administrativo donde confluían las dos calles principales, Cardo Máximo y Decumano Máximo.
Los edificios actuales datan de diferentes épocas entre los siglos XVI al XIX.
Resulta muy acogedora con sus árboles, bancos y edificios con comercios y bares.
A pesar de llegar una tarde de invierno, la plaza está animada, igual que la adyacente calle Prim, uno de los ejes comerciales del casco antiguo.

A pocos metros llegamos a la iglesia Prioral de Santa María, levantada sobre el solar de la antigua mezquita mayor de Karmunah, de la que se conserva el patio de las abluciones y de los naranjos.
En la pequeña plaza sobresale también el convento de las Desclazas.
No hay en esta villa un solo detalle que no merezca ser fotografiado, desde ventanas a torres, desde aldabones a esculturas, como la de Sor Ángela de la Cruz, que preside uno de los rincones más interesantes del casco histórico, la plazuela del Marqués de las Torres.

Nos quedan pocas horas de luz, es lo malo de viajar en invierno, el día se aprovecha poco.
Aunque también tiene sus ventajas, como el hecho de conocer los lugares de una manera más íntima, sin el alboroto de las hordas turísticas, sin ambientes falsificados.
En este invernal paseo por Carmona, la localidad se nos presenta tal y como es cada día.
Niños jugando a la pelota en alguna plaza olvidada, calles repletas de patrimonio, pero vacías de almas.
Mujeres que aprovechan la tarde para hacer la compra, y pocos, muy pocos turistas.

Casa Palacio de los Lasso
El silencio es sobrecogedor cuando llegamos a la Casa Palacio de los Lasso.
En el momento que traspasamos el umbral de esta casa, Carmona forma parte de nosotros para siempre.
El responsable del hotel nos invita a pasar y recorrer las estancias.
Amablemente nos explica la historia del Palacio, que nos enamora con cada patio, con cada estancia para caer rendidos ante la magnífica Loggia, de las únicas conservadas en España.
El edificio, una exquisita casa renacentista, nos hace creer que caminamos a través de un sueño.
Decidimos tomar algo en la biblioteca, lugar de encuentro para huéspedes, visitantes y amigos que se acercan hasta esta joya renacentista de Carmona.

Una agradable charla junto a otros viajeros nos entretiene más de lo que nos hubiera gustado, pero el lugar lo merece. Sitios así son pura inspiración para el alma viajera y romántica.
Alcázar de Arriba, actual Parador de Carmona
Regresamos al punto de partida para coger el coche y acabar nuestra jornada en el Alcázar de Arriba.
Queremos visitar la Puerta de Córdoba y el sector más elevado del perímetro amurallado que cercaba la villa, conocido como el Alcázar del Rey Don Pedro.
La construcción, obra de época musulmana en sus inicios, nos devuelve al legado andalusí.
El rey Pedro I la utilizó como residencia modificando su estructura.
Actualmente en uno de sus laterales se ha construido un Parador Nacional conservando la estética mudéjar y el aire andalusí de la Karmunah musulmana.

El interior es una mezcla de palacio andalusí, con patios de las mil y una noches, combinado con la piedra de sillería y restos de murallas con magníficas vistas a la campiña sevillana.
¿Existe un lugar mejor para despedirnos de Carmona?
Vídeo Alcalá de Guadaíra y un paseo por Carmona
Disfruta también del vídeo en versión 3D
Así finaliza la primera etapa de nuestro periplo por la Ruta de Washington Irving.
Alcalá de Guadaíra y nuestro paseo por Carmona han dado el pistoletazo de salida a nuestro viaje dejando el listón bien alto.
¿Próxima parada? la villa ducal de Osuna.
Nota de autora: Agradecemos al equipo de la oficina de turismo de Carmona, su magnífica atención y ayuda para planificar la visita a esta localidad.
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