Si te gusta el senderismo y caminar a tu aire por la naturaleza, en Cerdeña tienes una cita obligatoria, la senda de Cala Gonone a Cala Luna en pleno Golfo de Orosei.
Una costa virgen, sin hoteles ni grandes urbanizaciones donde sopla la brisa procedente del Mediterráneo.
Por aquí sus aguas son cristalinas y de colores azules, verdes esmeralda, turquesa y agua marina.

Inicio de la ruta a pie Cala Gonone a Cala Luna
El sendero se inicia a tres kilómetros de Cala Gonone justo donde muere la pequeña carretera que bordea la costa en dirección sur.
A partir de allí empiezan bajadas y subidas entre roca basáltica y volcánica.
Según me informaron, el recorrido no llegaba a un par de horas, pero pasado ese tiempo la llegada a Cala Luna se me hizo muy larga.
El inicio está bien indicado. Resulta fácil encontrar el agreste y natural camino junto al acantilado, colgado junto al borde del agua.
En este punto tienes una doble opción. O bien seguir el sendero directo a Cala Luna o desviarte hacia la Grotta del Bue Marino.
Esta segunda opción supone añadir media hora más al recorrido, pero merece la pena.

Lugares de interés de la ruta Cala Gonone a Cala Luna
– Grotta del Bue Marino
El primer alto es la Grotta del Bue Marino. En octubre, mes de mi visita a la isla, la cueva está cerrada. Sólo funciona en temporada de verano.
Aún así, merece la pena llegar hasta aquí, el paseo a borde del acantilado, el vestíbulo de la cueva y el color del agua recompensa el desvío.
Si eres un amante de las fotos, en este punto no pararás de hacerlas.

La cueva tiene una fotogenia impresionante y dependiendo de la hora del día ofrece diferentes juegos de luces y azules.

Elucubraciones durante el trekking
Tras el desvío, regreso al sendero hacia Cala Luna. Una señal indica que queda una hora de camino, a mí se me antoja el doble, ¡si no andas al ritmo de una cabra huyendo de un lobo!
A pesar de su dificultad, ¡el trayecto inspira!
Concentrado en dónde poner el siguiente pie, la mente me vagabundea mientras intento resolver el secreto de la desaparición de la civilización Nuraghe, historia descubierta a lo largo de nuestro road trip por la isla.
– La civilización nurágica
Hace más de 3500 años, antes incluso de que los fenicios emprendieran su exploración por el Mare Nostrum, una sociedad muy avanzada, capaz de realizar construcciones de tres cúpulas, con un exquisito dominio del bronce y la agricultura, vivía en cooperativismo, paz y armonía en Cerdeña.
No se han encontrado vestigios de que tuvieran jefes, reyes o sacerdotes, parece que no los necesitaban.
Y un buen día, ¡desaparecieron de la isla! como borrados del mapa. Cientos de asentamientos abandonados al unísono sin restos de saqueos, desgracias naturales u otra explicación coherente.
Elucubraba diversas teorías mientras seguía rompiendo la suela de las botas a lo largo del trekking entre Cala gonone y Cala Luna, como por ejemplo si los nuragui (o civilización nurágica, tal como se les conoce) no serían seres extraterrestres.

Dicen que pronto dejaremos de envejecer, tal vez entonces viajemos por el cosmos en pos de encontrar otros planetas tan bellos como el nuestro y aprendamos a vivir en armonía con su naturaleza.
Quién sabe si eso era también lo que perseguía esa civilización y por eso se «autoexilió» en una isla, sin internet ni televisión, hasta que desembarcaron los terrestres y decidieron esfumarse.
Sea como fuere, Cerdeña es una de esas enigmáticas islas habitada por gente centenaria que vive sin prisas, donde la familia sustituye a las residencias de ancianos y el mundo cooperativista, así como la apuesta por la economía social, son signos de identidad propios.
Su población no parece estar demasiado por la labor de enriquecerse con dinero, más bien al contrario, les gusta compartir, hasta el punto de que si quieres invitarles, no podrás pagar al camarero sin antes tener la aprobación de la persona local con quien te encuentres.
El Camino de las cuevas entre Cala Gonone y Cala Luna
Un traspiés, mientras enfilo el cuarto descenso de este intenso trekking, me hace regresar al presente y concentrado con el camino.
Dejo mis fantasías sobre los nuragi y hago una pausa para respirar el atrayente aroma de la vegetación por donde transcurre la ruta.
Intensos verdes, marrones y azul cielo se suman a los colores del mar. ¡Menudo otoño regala esta isla!

Salen al paso cuevas naturales donde realizar un alto en el camino. También, retorcidos troncos de encinas pulidos por el sucesivo manoseo de viajeros.
No estoy solo, abundantes parejas me adelantan en mis paradas o adelanto cuando acelero el paso.
Sin embargo nadie se cruza en sentido contrario. ¿Porqué? Al finalizar el trayecto entiendo el motivo de la dirección única.
Si vas por mañana, llévate comida para volver por la tarde o como en mi caso, que tan solo llevaba mi móvil para sacar fotos, pide al Universo que un buen samaritano te acoja en su barca de regreso.
Si no confías en que eso pueda ocurrir, por 10€ euros regresas a Cala Gonone en barca colectiva.
No tengas prisas por volver. El sendero de Cala Gonone a Cala Luna no es casual y cuando llegas descubres el motivo para realizar semejante caminata.
– Cala Luna
La arena de la playa de Cala Luna, más bien gruesa, está originada por la erosión cárstica del angosto desfiladero que desemboca en el mar.
Profundizar en esas gargantas o escalar sus verticales paredes es un atractivo añadido para los amantes de la escalada.

Las dunas forman un estanque antes de llegar al mar.
Un chiringuito resulta un oasis para regalarte una cerveza bien fría. La Cala es larga. Imagino que en verano su población aumenta considerablemente.
El recorrido lo realizo en octubre, la temperatura del agua todavía permite un bello baño entre aguas cristalinas.
Si vienes a la cala ¡No olvides bañador, gafas, snorkel, protección solar, agua y algún tentempié!
Camina despacio por toda la longitud de Cala Luna. Descubre sus cuevas, impresionantes arcos naturales que soportan las paredes del vertical acantilado.

Final del camino y la bondad de las personas
El Universo, como siempre, no me falló. Encontré hueco como «polizón» en una de las asiduas Zodiac que recorren el Golfo de Orosei.
El último regalo del improvisado trekking ha sido contemplar la escarpada ruta desde el mar, ahora veo los sinuosos acantilados que impiden un mejor trazado.
El singular color y cristalinidad del mar en esta costa se aprecian mejor desde el agua.
Un paseo por la otra parte de la Grotta del Bue Marino, solo accesible en barco, es el último stop antes de regresar a puerto.
Si decides hacer el treking de Cala Gonone a Cala Luna, no tengas prisa. Lleva lo indispensable en tu mochila y cartera para hacer el regreso en barco.
Esta es la razón por la que no me crucé con nadie en mi trayecto de ida.
A veces uno emprende un camino sin saber hacia dónde va y se encuentra con preciosas sorpresas, pero nunca hay que olvidar estar preparado para hacerlo. ¡Por lo que pueda pasar!
Un recorrido muy bonito y que recuerda algunos de los que se pueden hacer por los caminos de ronda de la Costa Brava o de Menorca. Jamás había oído hablar de la civilización Nuraghe. Que pena que la cueva no permita la entrada a partir de octubre. Supongo que debe bajar el turismo, pero no parace mala idea visitar la isla a principios de otoño.
Gracias Jordi por comentar.
Sí, lo cierto que no esperaba encontrarla cerrada y allí en octubre el clima es bueno todavía. Lo de Menorca, tomo nota, y la Costa Brava, he hecho poco, únicamente por el Cap de Creus, si recomiendas alguna buena, me la apunto. 😉
Carmelo
Lo que uno descubre leyendo un blog de viajes. Rutas de trekking, civilizaciones desaparecidas y trucos para volver de una impresionante cala de arena blanca y aguas cristalinas.
Me ha encantado como has convertido un paseo en un relato interesantes y ameno.
Saludos viajeros
Saludos, y gracias por el comentario. La verdad es que casi siempre escribe Eva, yo, soy más de novela, pero en esta ocasión, ya que fui solo, me toco contarlo a mi, y claro… no pude dejar de poner mi granito personal. Me alegra que te gustara.
Estos lugares, y rutas como estas, son las que me gustan a mí. Además, me ha permitido ver otra cara de Cerdeña y en un mes que me gusta mucho para viajar como es octubre.
Muchas gracias por tu comentario Mauxi! Cerdeña tiene un buen número de rutas de este tipo para disfrutar de la otra cara de la isla, la menos masificada y mediática. Nostros hemos disfrutado un montón del viaje durante el mes de octubre porque había ambiente, pero sin masificaciones. Una delicia de viaje que queremos repetir en cuanto podamos!
Saludos, Eva y Carmelo
Gracias por tu comentario Mauxi, y nos alegramos de mostrarte otras posibilidades de Cerdeña, una isla en que hemos descubierto muchos parajes virgenes de construcción.
El relato de ese blog nos ha convencido definitivamente a mí y a mi querida mujer hacer las dos rutas que se ofrecen desde la Cala Fuili. Es mucho más de lo qué uno se imagina cuando lee el articulo. Las fotos no hacen justicia, el paisaje es maravilloso parece qué el tiempo se para, y no te cansas de admirar los entornos.
Gracias Eva y Carmelo!!
Saludos!
Hola Marius, gracias por pasarte por nuestro blog y dejar tu comentario.
Ayudar a las demás personas a descubrir y disfrutar de destinos turísticos no tan conocidos y poner en valor la sostenibilidad y el patrimonio es lo que nos empuja a continuar compartiendo nuestros viajes.
Nos alegra mucho que te haya sido de utilidad y que disfrutaseis de esa naturaleza virgen que todavía se puede encontrar en algunas costas europeas.
saludos