En Bélgica, no todos son ciudades, existe una zona verde ideal para realizar senderismo, rutas a caballo, descenso de ríos o simplemente desconectar junto a una buena cerveza, un buen plato o mirando el paisaje.
Esta zona tiene nombre propio, las Ardenas que cuenta con varios parques naturales. Uno de ellos es el Parque Natural Des Deux Ourthes situado en el corazón del territorio.
El parque es una sucesión de mesetas agrícolas, meandros, bosques y valles abruptos formados por el río Ourthe que en esta zona se desdobla en dos, de ahí el nombre en plural (Parque Natural de los dos Ourthes).
Los paisajes son grandiosos y de una belleza plástica fabulosa, ya que van cambiando constantemente, nunca te aburres de ver lo mismo.
Dentro del parque, creado en 2001, se sitúan seis comunas, las de Bertogne, Gouvy, Houffalize, Sainte-Ode, Tenneville y La Roche-en-Ardenne.
Desde cualquiera de ellas se pueden realizar rutas, excursiones, paseos en barca, rutas a caballo, las opciones son múltiples y el parque es muy extenso.
Nosotros elegimos La-Roche-en-Ardenne como punto de partida y destino. En la oficina de turismo nos han facilitado la información necesaria y precisa de las alternativas que existen para recorrer el parque desde la localidad.
Son diez las rutas que introducen al senderista por el parque natural.
Nos decidimos por la número seis, un circuito circular que atraviesa un paisaje típico de las Ardenas.
Colinas, valles, prados y bosques son los compañeros de camino.
Desde el centro de la localidad salimos hacia nuestro encuentro con la naturaleza.
Una empinadísima calle y gotas de lluvia son nuestra bienvenida, pero vamos bien equipados y no nos importa el tiempo.
Siempre hay que poner buena cara a las inclemencias climatológicas, sobre todo en las Ardenas, donde la lluvia es parte del paisaje.
Las rutas están muy bien señalizadas, solo hay que seguir la senda e ir encontrando el símbolo de color rojo con el número correspondiente.
En los puntos más interesantes o cuando se ha culminado un hito importante hay un letrero que informa sobre ello.
Después del recorrido inicial donde las piernas te flaquean debido a la fuerte subida, se llega a la planicie.
Una grandiosa explanada elevada a seiscientos metros sobre La Roche y otras localidades del parque.
Es inevitable pararse y contemplar el paisaje. Mires para donde mires, la sucesión de diferentes verdes es infinita.
Bosques, prados y colinas. El sueño verde de las Ardenas se hace realidad en este lugar. Abajo, en el valle, pequeños pueblecitos atraen la mirada.
El viento trae aromas a hierba mojada, a flores aromáticas, a pino, a naturaleza en estado puro, de vez en cuando también nos recuerda que por aquí hay animales sueltos como caballos, vacas…, ¡lo normal por estos lares!
Dejamos atrás la campiña, los prados. La ruta nos introduce ahora por los famosos bosques de las Ardenas. Una sucesión de paseos arbolados seguidos de bosques salvajes.
Estamos a cuatrocientos metros de altura sobre el valle. En el punto conocido como Seureu, el bosque nos da la bienvenida.
El bosque nos habla. La sensación de ser los únicos seres humanos del mundo es cada vez mayor.
En este punto nos acordamos de la Batalla de las Ardenas, ya que por aquí se vivieron amargos momentos durante la Segunda Guerra Mundial.
¿Cómo pudieron sobrevivir aquel duro invierno por estos fríos lugares? La piel se eriza solo de pensar en aquel momento.
Pero la vida continúa, ahora los bosques de las Ardenas viven en calma y ofrecen al visitante inolvidables momentos de paz en plena naturaleza.
Las pequeñas señales de color rojo evitan que acabes perdido en medio de la foresta.
Hecho que es de agradecer ya que hay momentos que estás tan inmerso en sentir el bosque, en escuchar el canto de los pájaros o el sonido del viento que te despistas enseguida.
Reímos al pensar que los gnomos y los elfos nos están observando, hace ya más de una hora que no nos hemos cruzado con ninguna otra persona. ¡Este lugar tiene magia!
Tras unas horas llegamos al punto más alto de la ruta. Descansamos un poco, disfrutamos de la naturaleza después toca el descenso hasta la localidad de Maboge.
Lo hacemos por una zona muy apreciada por cilcistas ya que estamos en plena ruta de los amantes de las mountain bikes.
El desnivel es brutal, hay que bajar con mucho cuidado por una senda estrecha, sinuosa y empinada.
El final de la dura bajada es Maboge, una pequeña localidad riberaña, atravesada por el delicioso Ourthe.
Callejeamos por sus contadas calles hasta que damos con una zona habilitada para picnic. Estamos a mitad de camino, ¡toca parada técnica para comer!

Toca reponer fuerzas, picnic preparado en Le Clos de la fontaine
En este punto no conseguimos localizar la señalización para seguir nuestra ruta.
Tras dar unas vueltas por Maboge seguimos camino junto al Ourthe por la N-860 que lleva directo a La Roche-en-Ardenne.
Justo unos dos kilómetros antes de llegar a la localidad, encontramos de nuevo nuestra ruta.
El camino junto a la N860 es muy interesante, pero tienes el impedimento de caminar junto a una carretera.
Hemos descubierto zonas de acampada y pequeños puertos fluviales repletos de kayaks que recorren el río.
La Corniche de Deister es uno de los mejores mirados de La Roche y el punto donde se juntan diferentes sendas que cruzan el parque. Aminoramos la marcha. La parte dura ya quedó atrás.
La Roche es una bellísima localidad ribereña y el Ourthe realiza en este punto uno de los meandros más espectaculares de su camino.
Merece la pena observar detenidamente la que está considerada como una de las localidades más bellas de Valonia.
Desde arriba vemos una sucesión de brasseries con terrazas muy ambientadas.
Decidimos que la ruta acabará con un premio, unas frescas cervezas y chocolate. ¡Estamos en Bélgica!
Así terminamos nuestro paso por el Parque Natural Des Deux Ourthes. Una buena ruta, un día en plena naturaleza y otra imagen diferente de Bélgica.
Vídeo Parque Natural Des Deux Ourthes
Vídeo versión 3D
Recomendaciones para una buena ruta
–Visitar la Oficina de turismo o el Centro de Interpretación del Parque donde os facilitaran los mapas de las rutas e información sobre los diferentes deportes y actividades que se pueden realizar en el parque.
– Llevar buen calzado, una pequeña mochila equipada con agua, comida y chubasquero.
En verano, gafas de sol, protector solar y chubasquero. En las Ardenas es muy normal que llueva en algún momento del día.
– Hacer rutas circulares donde el punto de salida y llegada sea el mismo, sobretodo si venís en coche.
– Realizar alguna de las actividades de ocio y aventura del parque.
– Reservar alguna de las casas rurales de la zona, las Ardenas no es un destino de paso.
Nota de autor: damos las gracias a la Oficina de Turismo de Bruselas y a la Oficina de Turismo de La Roche-en-Ardenne por la excelente información que nos aportaron para poder realizar esta ruta y así conocer la Bélgica más natural.
Hola Eva,
Me encantaría conocer esta zona tan verde del sur de Valonia. El año pasado estuvimos en Valonia, pero no nos dio tiempo a llegar tan al sur. Espero volver, porque nos gustó muchísimo y además es menos turística y frecuentada que Flandes. Saludos
Pues te animo a que la conozcas Dani, ya que no solo cuenta con este Parque Natural. Las Ardenas es el pulmón verde de Bélgica y necesita de tiempo para ser descubierta.
gracias por tu comentario :-).
Para empezar el paraguas nos encanta! Y genial demostrar que curiosamente en Bélgica que tiene fama de verde también hay zonas naturales que visitar más allá de las ciudades. Nos ha encantado y nos lo apuntamos sin duda. Un abrazo viajero amigos 😉
Muchas gracias amigos!, jajajaj lo del paraguas fue un momento mágico, con ese cielo gris y de pronto nuestro paraguas multicolor en medio de la nada!. bueno, una manera de arrancarle una sonrisa al día!
Esperamos que podáis viajar pronto a esta maravillosa región de Valonia, a ver si compartimos opiniones :-). Un abrazo y seguimos viajando!
Eva y Carmelo
¡Vaya preciosidad de bosque! Me encanta el paraguas tan colorido para un día de lluvia 😉
No conocía esta zona de Bélgica y me ha encantado ver que hay bosques preciosos y rutas con encanto y mucha historia.
Un abrazo!
Me parece un cuento de hadas total este país. Aun así tengo que reconocer que sería de los últimos que hubiese elegido de toda Europa, pero entre la película ‘Escondidos en Brujas’ y tu blog está pasando a los primeros puestos 🙂
Genial! Me ha encantado! Con lo que a mi me gusta patear por el monte, soy como las cabras jajaja. Precioso recorrido digno de ser hecho y admirado y si encima el premio es una cerveza y chocolate…
Gracias por compartir!
Oooh que bonito se ve La Roche en Ardenne! Aun después de tantas veces por Bélgica veo que siempre me queda un rincón por descubrir…