Que buen sabor de boca nos ha dejado la belleza serena de Dinant.
Una pena el poco tiempo que le hemos dedicado. Esta ciudad de las Árdenas se merece disfrutarla con calma, a golpe de notas musicales, de saxo y de ricas galletas.
Dinant es una perla. Uno más de los tesoros por descubrir que contiene la región belga de Valonia.

De camino a Dinant desde Flandes
Llegamos en coche a través de la singular carretera N92, nexo de unión de Dinant con Namur.
Nuestros anfitriones de couchsurfing nos han puesto sobre aviso de la belleza paisajista de la zona, aconsejándonos no ir por la autopista.
Los macizos rocosos de las Árdenas, una serie de pintorescos pueblos y el elegante río Mosa nos acompañan a lo largo de unos cuarenta kilómetros.
Son paisajes que enamoran. Es un placer conducir por la serpenteante carretera paralela al río.
Nos gustaría parar en cada uno de los pueblos y rincones de la N92, pero es nuestro último día en Bélgica y por la tarde comienza el regreso a casa.

Un paseo por La Ciudadela de Dinant, parada obligatoria
Unas obras a la entrada de Dinant desvían nuestros pasos hasta la parte alta del roquedal. Sin planearlo así, comenzamos nuestro paseo por la robusta Ciudadela.
La escarpada roca otorga a Dinant su pintoresca y fotogénica imagen.
La ciudad se expande encajonada entre la montaña y las tranquilas aguas del río.
Ya en lo alto, un pequeño y bien cuidado cementerio repleto de cruces blancas atrapa nuestra atención. La cancela está abierta y decidimos entrar.
Es el cementerio francés de Dinant, con más de 1.000 tumbas de soldados que lucharon por su liberación en agosto de 1914.

Las Árdenas ha sido siempre una zona muy castigada por brutales batallas, debido a su posición estratégica y al preciado metal que contiene, el cobre.
Resulta imposible no emocionarse mientras caminamos entre las tumbas, al leer las inscripciones, los nombres y edades de los soldados, sus nacionalidades.
En un lateral, la escultura «Al Asalto» rinde homenaje a las tropas liberadoras de Dinant.
La Ciudadela es el siguiente punto de atracción. Desde aquí las vistas son impactantes. El peso de la historia es brutal en este lugar.
Batallas, asedios, saqueos, la visita es obligada. Imprescindible subir en el teleférico hasta el casco antiguo.
O subes en él. o prepara tus piernas para la empinada escalera de casi ¡500 escalones!

Qué ver y hacer en Dinant
– La Montaigne de la Croix
Espectacular calle, antiguo camino de los peregrinos hacia Notre Dame de Foy, más conocido como la Montaigne de la Croix.
Caminar por ella, es hacerlo por una imagen de postal.

La estrecha calle ofrece una vistas espectaculares, son imágenes totalmente diferentes a las típicas fotos vistas de Dinant reflejada en el Mosa.
La exquisita cúpula de la Colegiata de Notre Dame, la ciudadela, los diferentes niveles de casas superpuestas y el delicado encanto de la propia calle, con toques muy afrancesados, nos han enamorado.
Sonreímos, gracias a los cortes de tráfico por unas obras, hemos encontrando este interesante y desconocido rincón de la ciudad.

Tras disfrutar de este pintoresco rincón, nos dirigimos a la otra orilla del Mosa, donde aparcamos el coche para disfrutar de Dinant a pie.
Para nuestra «desgracia», el soleado día se ha transformado en un diluvio tremendo, obligándonos a refugiarnos más de una vez.
– Puente Charles de Gaulle
La mejor estampa de Dinant es su frontal bajo la roca de la Ciudadela con la imagen de la elegante Colegiata de Notre Dame y el puente Charles de Gaulle, solo visible desde la otra orilla.

El puente lleva el nombre del presidente francés, quien cayó herido cerca de aquí mientras participaba en la defensa de la ciudad durante la Primera Guerra Mundial.
Pero lo realmente llamativo de este lugar es su colección de saxofones de todo tipo de formas y colores.
Dinant es cuna de Adolf Sax, inventor de este instrumento en 1841.
Un total de 28 saxofones representan los países de la UE junto a sus banderas. El puente es la más importante unión entre las dos orillas por lo que está muy transitado y animado.
Los saxofones fueron colocados en el año 2012 con motivo de la celebración de la Europa Sax.

Resulta imposible no jugar un rato con los gigantescos saxofones. Todo el mundo se fotografía con ellos, son estampas divertidas, inolvidables anécdotas de viajes.
Desde el medio del puente se aprecian las dos orillas de Dinant, con bonitas casas reflejadas en las aguas del Mosa y el constante movimiento de embarcaciones por el río.
La mayoría son cruceros fluviales realizando el trayecto entre la localidad y Namur. Otro imprescindible de la zona.

– Colegiata de Nôtre Dame
Destaca por su delicado campanario en forma de bulbo.
De origen románico, actualmente destaca por su estilo gótico, aunque muy retocada tras la Primera Guerra Mundial ya que sufrió importantes daños.
La colegiata es la niña mimada del río Mosa junto a la roca, situada justo detrás, ambas, elevan a Dinant al elenco de ciudades de postal.

Un buen número de detalles han captado nuestra atención dentro de la colegiata.
Entre ellos destacan el busto plateado de Saint Perpète o los monumentos funerarios, pero sin dudarlo, lo más llamativo es la vidriera.

El maestro Ladon describió en ellas los pasajes más conocidos de la Biblia.
La Colegiata destaca por la oscuridad de su piedra exterior otorgándola de un cierto aire severo que contrasta muy bien con la rica ornamentación interior.
– Les Couques de Dinant
A parte de la colegiata, Dinant es conocida en Bélgica por sus deliciosas y famosas galletas, les Couques, realizadas en las tiendas tradicionales de la ciudad.
La Pastelería Jacobs elabora desde 1860 este producto. Recomendamos hacer una visita guiada para conocer los secretos de su elaboración.
Horneadas en pequeños moldes de madera tallados a mano puedes encontrarlas en un buen número de formas y tamaños.

– Callejear por el casco viejo de Dinant
La mejor opción para conocer un lugar es callejear sin sentido, y eso hacemos.
Tras la visita a Jacobs, paseamos por la calle principal donde se sitúa el Ayuntamiento. Destaca el Memorial a los caídos en las guerras mundiales.
Después, el majestuoso Palacio de Justicia encajonado entre las estrechas calles llama nuestra atención.
No conseguimos llegar hasta la casa mueso de Adolphe Sax. ¡Lástima! una tromba de agua nos impide seguir avanzando.

– Muelles y barcos turísticos
A través de la Puerta o Arco de Saint Martin, uno de los pocos restos de la antigua fortificación, llegamos a los muelles.
Desde aquí parten los cruceros turísticos que recorren el río Mosa.

El mal tiempo los tiene amarrados debido a la falta de turistas.
Aún así, imaginamos lo agradable que debe resultar un paseo en estos Bateaux.
El Mosa nos ha conquistado a lo largo de nuestro viaje por Valonia. Entre nuestro futuros planes viajeros se encuentra un recorrido por este bello río europeo.

– Abadía de Leffe
Dinant forma parte de la prestigiosa Ruta de la Cerveza belga.
A unos cinco minutos de su centro urbano se sitúa la Abadía de Nuestra Señora de Leffe, donde nació la famosa cerveza. Para visitarla se debe concertar cita previa.
Tras conocer Leffe debemos decir adiós a la Hija del Mosa. La visita nos ha sabido a poco.

No entendemos como todo el mundo recomienda Dinant como destino de una sola una mañana, combinada con su vecina Namur (capital de la región de Valonia).
Para nosotros esta localidad y sus alrededores merece una visita de varios días y disfrutarla de noche.
Acabamos nuestro viaje por Bélgica con la imagen del elegante Château du Freyr, otra gran joya escondida en las orillas del Mosa.

Vídeo paseo por Dinant, uno los pueblos más bellos de Valonia
Ver el vídeo en 3D.
¡Hay tanto por ver y descubrir en esta zona de Valonia! Nosotros ya soñamos con volver.
Tengo que ir seguro, porque este estilo de pueblitos me encantan. Es una maravilla poder conducir por todo vegetación y paisajes fascinantes y que la recompensa sea un rincón como el que detalladamente nos habéis hecho llegar. Saludos
Hola Miryam, gracias por tus bonitas palabras, realmente Valonia es una zona alucinante donde viajar en coche es un auténtico placer ya que vas descubriendo un paisaje precioso y unos pueblos encantadores y desconocidos.
Ánimate a hacer una escapada a Valonia 😉
Estupendo post. Hace tiempo que le tengo ganas a Valonia, ya que hemos estado un par de veces en Flandes, pero no hemos bajado a Valonia. Desde luego, el pueblecido es precioso!
Gracia Jordi!, puede que Valonia retenga todavía el encanto de esos lugares olvidados entre los viajeros, es todavía una zona virgen del turismo de masas, muy recomendable para viajar en familia porque hay muchas cosas para hacer con los peques.
Y Dinant es…, uhmmmm, jajajaja, se nota que a nosotros nos fascinó! Un abrazo
Genial lugar. Como localidad pequeña me parece encantadora, y esas galletas… No se si serán las horas, pero se me ha abierto el apetito de golpe al leer sobre ellas.Lo que no me ha gustado es el puente…. muy moderno para una ciudad de cuento!
Hola Cristina, pues si, las galletas de Dinant son riquísimas!!!. Todo en esta localidad es muy pintoresco. Jajajaj el puente, pues si, le resta un pelín de encanto, pero los saxofones que contiene le dan un original toque!!
Saludos y gracias por tu comentario.
Fantástica la crónica de vuestro último día en Valonia, descubriendo rincones secretos de Dinant. ¡Muchas gracias por compartirlo! ¡Esperamos que muy pronto podáis volver a visitarnos! ¡Hasta la próxima!
Hola equipo!!!, pues si, ya tenemos ganas de volver a disfrutar d ela parte de Valonia que nos queda. En abril estaremos de nuevo pisando nuevos rincones secretos de esta fascinante región :-).
Gracias por cada uno de vuestros comentarios que nos animan mucho!!!
Saludos Eva y Carmelo
Ais, Dinant es mi ojito derecho de Valonia. Y mira que la última vez que estuve en Dinant menudo tiempito que pillé, con crecidas del Mosa y un frío que pela, pero aún así, mejor que mejor, porque no había nadie por las calles, y si ya de por sí es tranquila, imagínatela en diciembre…
Tanto cosilla le tengo, que hasta le abrí una web especial para ella.
Un saludo.
Javier.
No me extraña! A nosotros nos pasa igual con Dinant y el río Mosas, tenemos ganas de ahcer un viaje relajado siguiendo su cauce.
Enhorabuena por el post y por esas fotos estupendas! No conocía vuestra página pero a partir de hoy tienes un nuevo seguidor.
Un saludo
Hola Alberto! bienvenido a nuestro mundo 😉 que alegría nos produce cada vez que alguno de vosotros se atreve a interactuar con nosotros mediante los comentarios. Muchas gracias por tus palabras y por decidir seguirnos. Aquí estamos para lo que necesites, un abrazo
Eva y Carmelo