Veurne y De Moeren, la Flandes rural

En nuestro road trip por Bélgica no pudo faltar una incursión a la Flandes rural, representada en la ciudad de Veurne (Furnes en francés), considerada por los flamencos como una de las zonas más interesantes para hacer una escapada rural.

Gracias a la buena recomendación de nuestros anfitriones de couchsurfing, y a la excelente red de carreteras flamencas, llegamos a la campiña belga.

El abanico de posibilidades que se abren si decides alojarte con locales son infinitas, sobre todo si buscas conocer aquellos lugares más singulares y queridos por ellos. 

A tan solo siete kilómetros de la reserva natural de De Panne, Veurne sobresale por su espléndida Grote Markt y por su pasado.

Una atractiva mezcla de legado histórico con mezclas religiosas, reminiscencias españolas y valores patrios.

Durante la Primera Guerra Mundial, Veurne, fue el epicentro de resistencia frente a los alemanes.

Única ciudad libre de las tropas enemigas, se convirtió en la sede de las tropas belgas con el rey Alberto I al mando.

Precioso conjunto de casas renacentistas en la Grote Markt de Veurne
Precioso conjunto de casas renacentistas en la Grote Markt

Pinceladas históricas

Su fundación se remonta al siglo IX cuando se construyeron una sucesión de fortalezas para repeler las continuas incursiones vikingas de la zona.

En el año 1099 cuando el rey Robert II de Artois regresa de Las Cruzadas, portando un trozo de la Vera Cruz, sufre una fuerte tormenta.

El rey promete donar la reliquia a la primera iglesia vista por sus ojos tras su salvación.

La tormenta cesó, y la primera iglesia divisada por Robert II fue la actual catedral de Santa Walburga.

Desde ese momento el lugar se convirtió en uno de los centros de peregrinación medieval más importantes de Europa.

Durante el renacimiento hasta bien entrado el siglo XVII Veurne (al igual que Flandes) está bajo el dominio de los reyes españoles.

De esa época resuenan numerosos ecos por la ciudad como el Pabellón Español (antiguo ayuntamiento) o el conocido como Spaans Kwartier, Barrio español.

Reminiscencias del pasado español en Veurne
Reminiscencias del pasado español en Veurne

Curiosidades de Veurne

Como la mayoría de las localidades flamencas, Veurne cuenta con una historia apasionante repleta de batallas, cambio de nacionalidades y, como ya mencionamos más arriba, de momentos patrios vividos durante la Primera Guerra Mundial.

Un ejemplo fue la decisión de inundar los campos que rodean la ciudad (De Moeren) hecho que les salvó de ser invadidos por las tropas alemanas. 

Hasta aquí también llegó el más afamado de los ingenieros militares franceses, Vauban, quien construyó la robusta fortificación que protegió la ciudad.

Actualmente, solo se aprecia su contorno desde el aire, pues fue derribada (se puede ver la foto en el centro de atención al visitante).

No hemos pisado una sola población de Bélgica de la que no hayamos aprendido algo nuevo, de la que no hayamos salido fascinados por su cultura, historia y por el mimo con la que es tratada por sus habitantes.

Pero sobre todo por la profunda apuesta por la paz y entendimiento entre los pueblos (cosa curiosa en un país divido en dos regiones, con dos idiomas y dos formas de entender la vida).

Memorial de la Primera Guerra Mundial en Veurne
Memorial de la Primera Guerra Mundial

Nuestro paseo por Veurne

La N35 nos acerca a Veurne desde De Panne, conducimos unos escasos ocho kilómetros por una región poco conocida, por la campiña belga.

Como es habitual en este roadtrip, compartimos carretera con un buen número de personas que utilizan la bicicleta como medio de transporte para desplazarse entre localidades.

Flandes es muy plana y no cuesta mucha esfuerzo pedalear por sus carreteras locales.

A través de la Pannestraat accedemos al corazón de la ciudad y enseguida apreciamos la forma de ciudadela estrellada diseñada por Vauban.

Algunos restos de la antigua fortificación se puede apreciar en el parque que lleva su nombre.

Aparcamos sin problema, es día laborable y llegamos a una ciudad enfrascada en su día a día, en lo cotidiano.

Los edificios y calles siguen la tendencia de la arquitectura flamenca ya vista en otras ciudades de Flandes.

La brisa procedente del cercano Mar del Norte hace pensar que estamos en una localidad costera, pero no es así, Veurne es una ciudad de interior, semi rodeada por el río Yser, de acentuado carácter rural y bien conservada.

El parque de Santa Walburga es la puerta de entrada al centro histórico. Nos sorprende gratamente esta zona verde repleta de grupos de escolares que están haciendo las clases al aire libre.

Parque de Santa Walburga en el centro histórico de Veurne
Parque de Santa Walburga

Este parque es el pulmón verde de la ciudad. Un jardín muy mimado, con zonas de picinic.

Sobresale un precioso kiosko de música y Santa Walburga construida sobre la vieja iglesia de mismo nombre famosa por las reliquias de la Vera Cruz.

La serenidad del lugar nos invita a disfrutar tranquilamente del caluroso mediodía.

Caminamos a través de sus senderos, vamos descubriendo setos florales, grupos de esculturas, la vieja cisterna que proveía de agua a la ciudad y un pequeño aviario repletos de pájaros.

Absortos en lo que vemos llegamos hasta una rotonda, con bancos a la sombra y decidimos hacer una parada.

Carmelo aprovecha para dibujar el interesante skyline que sobresale por encima de un frondoso seto.

Las agujas de la torre del ayuntamiento, de la catedral y de la iglesia de Santa Walburga son una magnífica postal de Veurne.

Carmelo dibuja el sky line de Veurne
Carmelo dibuja el sky line de Veurne

Como se permite el picnic, comemos aquí antes de continuar la visita al resto de lugares de interés, concentrados en la espléndida Grote Markt.

El espacio es abierto, de grandes dimensiones. Su atractivo ambiente invita a sentarte en alguna de sus animadas terrazas.

El ayuntamiento es uno de los edificios más sobresalientes de la plaza, una bella mezcla de estilos gótico y renacentista. Si el exterior es una belleza, el interior es de cine.

A su lado sobresale el Palacio de Justicia (antigua sede de la inquisición española) que contiene la oficina de turismo a la que decidimos entrar para informarnos sobre la ciudad  y alrededores.

Palacio de Justicia y Belfort
Palacio de Justicia y Belfort

Visita imprescindible es el Centro de Interpretación de la Primera guerra Mundial conocido como «La Patria Libre, la experiencia detrás del frente»

En esta ocasión no vemos un museo de guerra sino un centro para conocer la historia de la única ciudad belga que se mantuvo libre durante la ocupación alemana.

¡Los ecos lejanos de la guerra aparecen por cualquier lado en este país!

Ayuntamiento de Veurne
Ayuntamiento de Veurne

La torre (Belfort) queda escondida por la fachada del ayuntamiento, otro de los bellos campanarios de Flandes. 

Quedamos absortos mirando el encantador conjunto de esta plaza, de las más bonitas de Flandes.

El resto de edificios son de tamaños y estilos diferentes como el antiguo mercado de la carne, el Pabellón de los Españoles, el palacio Die Nobele Rose y el delicado conjunto de casitas renacentistas.

Y por encima de ellos sobresalen la robusta iglesia gótica de Sant Nicolás y la magnífica catedral de Santa Walburga.

Casas renacentistas, Pabellón de los Españoles e Iglesia de San Nicolás en la grotte Mark de veurne
Casas renacentistas, Pabellón de los Españoles e Iglesia de San Nicolás

Accedemos al interior, un grupo de señoras mayores nos da la bienvenida, son voluntarias que atienden a turistas y visitantes con el fin de explicar el basto patrimonio que contiene este templo.

El exterior de apariencia gótica, contrasta con un delicado interior renacentista repleto de luz gracias a las soberbias vidrieras.

La torre mide unos veintitrés metros y se eleva al cielo compitiendo con el poder civil de la torre del ayuntamiento.

Un grupo de voluntarios acompaña en la visita

El templo es famoso por ser punto de partida de la procesión de los Penitentes, otra reminiscencia del pasado español. Nosotros nos hemos quedado mudos en esta catedral.

Si las de Bruselas, Lovaina, Gante o Brujas dejan sin palabras, Santa Walburga consigue atraparte con su luminosidad y exquisitas obras de arte, por su pureza constructiva y por lo imponente que resulta este templo en una localidad de no más de diez mil habitantes.

No sabemos el tiempo que hemos pasado aquí dentro, ya que este se difumina en lugares cargados de buena energía y belleza.

Con estas impresiones dejamos el centro histórico para acercarnos hasta las afueras de Veurne, concretamente vamos a Wulveringem, una pintoresca localidad famosa por su castillo.

De Moeren, los campos ganados al agua

Los alrededores de la ciudad son un paraje natural único, tierras y pastos ganados al agua durante el siglo XVII.

Situados a cuatro metros por debajo del nivel del mar constituyen una zona agrícola ideal para hacer rutas de senderismo, a caballo o en bici.

El conjunto de sendas, que parten desde Veurne, combinan un interesante paisaje de agua y tierra.

Todas están perfectamente señalizadas, no obstante, en la oficina de turismo venden la guía de la zona, conocida como De Moeren o Les Moëres en francés, este tipo de paisaje se extiende hasta la cercana Francia.

Oficina de turismo de Veurne y alrededores
Oficina de turismo de Veurne y alrededores

Tras varios días de saturadas ciudades turísticas donde el ladrillo, el chocolate o las patatas fritas imponen su ley, agradecemos encontrarnos cara a cara con la Flandes rural.

De Moeren es un paisaje salpicado de pequeños pueblos pintorescos y antiguos molinos.

En algunos momentos uno no sabe si se encuentra en Bélgica o en la vecina Holanda.

Molinos de viento en el Valle del río Yser
Molinos de viento en el Valle del río Yser

Castillo de Beauvoorde (Wulveringem)

Entretenidos por la singularidad del paisaje llegamos hasta Wulveringem, pequeña localidad sede del famoso castillo de Beauvoorde.

Antes de visitarlo hacemos un alto en una de las cervecerías de la localidad (prácticamente cada pueblo, aldea o ciudad belga cuenta con su cerveza autóctona).

Beauvoorde es uno de los secretos mejor guardados en Flandes. Estamos seguros de que pocos «no belgas» lo conocen.

Un excéntrico noble del siglo XIX, Arthur Merghelynch compra la propiedad en estado casi ruinoso y recupera su esplendor convirtiéndolo en una de las atracciones de Veurne.

¡Su historia es de película! El castillo, los jardines y la magnífica iglesia de Nuestra Señora dan por finalizada la ruta por la campiña belga.

Por estos lares, se la conoce como Polders, una zona ideal para desconectar, para una escapada de relax y practicar algo que nos apasiona, el slow travel.

Jardines y castillo de Beauvoorde
Jardines y castillo de Beauvoorde

Como decía al principio, ya no sabemos entender los viajes sin el contacto con los locales, solo ellos son capaces de recomendar este tipo de lugares descartados por las saturadas guías turísticas de moda.

Y tú, ¿en qué te inspiras para viajar? si te apetece deja tu opinión en el apartado de comentarios.

¡Es gratis y no duele!

2 Comentarios

  1. jose NAVARRO

    Hola me llamo José Navarro. Mi mujer Amparo y yo hemos visitado Flandes en varias ocasiones y por supuesto Veurne. Es una población muy bonita, nos encantó la plaza y la iglesia que es preciosa. Naturalmente aunque hemos estado varias veces nunca nos cansamos de volver. Nos gustaría que alguien nos diera mas información sobre Belgica en general. Nosotros viajamos en autocaravana. gracias a todos los que informan sobre este maravilloso país. Un saludo.

    Responder
    • Carmelo Caballero

      Hola Jose, muchas gracias por tu comentario y agradeceros a vosotros que os paseis por nuestro blog 🥰.
      Veurne es bellisima, una gran desconocida de Flandes que queda apagada por ciudades como Brujas o Gante.
      Sobre la informacion de Bélgica, habras visto que tebemos dos guías especificas de Flandes y Valonia, que piedes consultar para tus viajes.
      También una genérica del país con mucha información.
      Cualquier duda que tengas, ¡Aquí estamos!
      Saludos viajeros,
      Eva y Carmelo

      Responder

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Eva Puente

Aprendiza de todo, maestra de nada. Viajera empedernida, disléxica ocasional. Me apasiona descubrir historias y después compartirlas. ¿te animas a acompañarnos en nuestros viajes?

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