El Canal de Castilla ha sido uno de nuestros sueños viajeros y, durante mucho tiempo, estuvo anotado en la lista de rutas pendientes.
También, durante una época, fue el gran sueño ilustrado de la vieja Castilla.
Pero, tal como dicen, lo peor de los sueños es que se hacen realidad. Así ha sido en nuestro caso, cuando por fin viajamos por tierras palentinas para recorrer el canal.
Sin embargo, no corrió la misma suerte el sueño de Castilla para su modernización y apertura hacia el mar Cantábrico.

El inicio de una obsesión
Detrás de cada uno de nuestros viajes siempre hay una historia, una búsqueda, una serendipia, un aprendizaje, a veces, una obsesión.
La aventura por el Canal de Castilla no iba a ser menos.
Tras el inolvidable periplo de una semana en barco por del Canal de Midi, obra de ingeniería hidráulica del sur de Francia (Patrimonio de la Humanidad), nos enamoramos de este tipo de aventuras.
Una aventura que combina ocio, gastronomía, patrimonio, paisaje, historia y cultura a partes iguales.
La experiencia francesa nos llevó a buscar rutas o construcciones parecidas en España.
Y ¡oh sorpresa! descubrimos tres infraestructuras de este tipo en nuestro país: el Real Canal del Manzanares (Madrid), el Canal Imperial de Aragón y el Canal de Castilla (Castilla y León).
Tres obras nacidas del mismo objetivo: mejorar y modernizar las comunicaciones del interior de España.
De las tres, la más parecida al canal francés es el Canal de Castilla, considerada la más sobresaliente y ambiciosa obra de ingeniería hidráulica del siglo XVIII español.

A partir de ahí, se apoderó de nosotros una obsesión viajera, un amor platónico e idílico por esta ruta castellana.
Un sueño por fin cumplido tras aceptar la invitación de un gran amigo palentino.
Historia del Canal de Castilla
El documento de Ensenada fue una excelente justificación y planteamiento sobre la situación del retraso económico y social del país, convirtiéndose en la base del «Proyecto General de los Canales de Navegación y Riego para los Reinos de Castilla y León».
El sueño ilustrado del Marqués de la Ensenada, ministro del rey Fernando VI, se materializa en 1751, cuando propone una serie de medidas dirigidas a la recuperación económica de España.
«No hay en Europa terreno más seco que el de España, y por consecuencia están expuestos sus naturales a padecer hambres por sus malas cosechas …
…pues no se ha procurado que sus ríos sean navegables en lo posible, que haya canales para regar y transportar y que sus caminos sean cual deben y pueden ser.»
Fragmento del texto original Marqués de la Ensenada.
Un interesante documento histórico al que hemos seguido la pista a lo largo de nuestro road trip.
Actualmente se ha convertido en una de las rutas turísticas y culturales más interesantes de Castilla y León.
El canal es una bellísima cicatriz verde, abierta en el corazón de la vieja meseta castellana, entre las provincias de Palencia, Burgos y Valladolid, declarado Bien de Interés Cultural.
La historia oficial de la infraestructura comienza el 16 de julio de 1753 en Calahorra de Campos (Ribas de Campos – Palencia), kilómetro cero de la infraestructura hidráulica más importante de los siglos XVIII al XIX de España.

Pero, el sueño ilustrado del Marqués de la Ensenada nunca llegó a materializarse al completo.
Revueltas, guerras, problemas económicos y la irrupción del ferrocarril, redujeron el gran proyecto. Al final, solo se construyeron 207 kilómetros.
El canal es un mudo testigo de la historia reciente de Castilla, y por extensión, de España. Merece la pena conocerlo.
Notas previas sobre el canal
Cuando se recorre el canal, resulta imposible no emocionarse, en cada etapa descubrimos un conjunto de exquisitas obras de ingeniería.
Todas ellas necesarias para solventar las dificultades del agreste terreno y regular los cauces de los ríos de los que tomaría sus aguas, el Pisuerga, el Carrión, el Arlanza y el Arlanzón.
Puentes, acueductos, esclusas, dársenas y presas sin olvidar, el magnífico entramado industrial representado en molinos, centrales eléctricas o fábricas de harina.

Así como núcleos urbanos de nueva traza, por ejemplo, Alar del Rey, punto de partida del canal.
El canal es un cauce de agua con forma de Y invertida que discurre entre Alar del Rey, Valladolid y Medina de Rioseco.
Guía del Canal de Castilla
El Canal de Castilla se divide en tres ramales:
El Norte, transcurre desde la localidad de Alar del Rey (donde toma las aguas del río Pisuerga) hasta Ribas de Campos (Calahorra de Ribas) a lo largo de 75 kilómetros por la provincia de Palencia.
El de Campos, transcurre entra las localidades de Ribas de Campos (Palencia) hasta Medina de Rioseco (Valladolid) a lo largo de 78 kilómetros.
Y el Ramal Sur, se inicia en El Serrón en el término municipal de Grijota (Palencia) y muere en Valladolid después de 54 kilómetros de recorrido.

Nuestra ruta por el Canal (Palencia)
De momento, nuestra aventura solo incluye las etapas palentinas. En breve, esperamos completar las de la provincia de Valladolid.
Tampoco hemos parado en todos las poblaciones por las que transcurre cada uno de los ramales, pero si que hemos disfrutado de la mayoría de los hitos y lugares más importantes.
Nuestro viaje combina tramos en coche (la gran mayoría), a pie, en barco y piragua.
A lo largo de unos quince días hemos disfrutado del corazón de Palencia.
Hemos contado con una excelente guía editada por la Diputación de Palencia, con la web del propio canal y la inestimable compañía de la familia Silva, amantes de su tierra y famosa estirpe de músicos folk palentinos.
Una parte de la ruta la recorrimos a principios de marzo y otra en el mes de julio. Así, hemos podido disfrutar de diferentes tonalidades de paisaje, colores, aromas y sonidos.
-Ramal Norte
Etapa 1: Alar del Rey – Herrera de Pisuerga
El kilómetro 0 del Canal de Castilla se sitúa en Alar del Rey, concretamente en el pago de La Veguilla o Estrecho de Nogales, punto donde el río Pisuerga cede parte de sus aguas al canal.
Confieso que la emoción nos ha embargado en este precioso lugar, el canal no puede tener mejor comienzo. La zona es actualmente un bucólico parque.
Alar del Rey es, también, punto de partido del famoso Descanso del Pisuerga, fiesta declarada de Interés Nacional.

Sobresalen, a pocos metros, los primeros elementos arquitectónicos del canal, las compuertas de “la retención” (Puente de la Coneja) y la dársena de los picos con los singulares almacenes de Barrio Canal.
La villa de Alar merece una visita para disfrutar de sus delicados parques a orillas del río Pisuerga y para conocer una localidad creada por y para el propio canal.
A pocos kilómetros, llegamos a Herrera de Pisuerga, punto final de esta etapa que incluye una aventura fluvial en el barco «Marqués de la Ensenada».
Experiencia imprescindible. Además de las magníficas explicaciones sobre la faraónica obra, su historia y anécdotas, remontamos una esclusa para conocer el funcionamiento de la misma.
Herrera de Pisuerga merece una visita calmada como final de la primera etapa. Su conjunto urbano está declarado Bien de Interés Cultural.

Etapa 2: Herrera de Pisuerga – Osorno la Mayor
Antes de abandonar Herrera de Pisuerga visitamos el Centro de Interpretación del Canal cuyos paneles y los medios audiovisuales cuentan la historia y la construcción del mismo.
Paseamos por un área de descanso conocida como Presa de San Andrés donde se cruzan las aguas del río Pisuerga y las del Canal. Nos hemos divertido al cruzar la pasarela que salva las aguas del Pisuerga, un interesante puente colgante de fácil movilidad.
El trayecto hasta Osorno la Mayor, fin de este etapa, tiene unos 26 kilómetros que realizamos en coche. No hacemos parada en todos los pueblos de la ruta, pero si visitamos los hitos más importantes.
La localidad de Melgar de Fermental (provincia de Burgos), conserva uno de los conjuntos más bellos del Canal de Castilla: el Acueducto de Abánades o del Rey.
Una de las obras más fascinantes de la ruta. El acueducto, de cinco arcadas, permite a las aguas del Canal cruzar sobre el río Valdavia.
Hemos alucinado con este lugar. Tras aparcar el coche en una zona habilitada, caminamos unos kilómetros hasta el acueducto, disfrutando de la soledad, del sol de la tarde y de un paisaje bucólico.
La señalización es de 10, cada lugar, edificio, puente o construcción, así como la flora y fauna, está delicadamente detallada en paneles informativos.
Paseando por esta zona nos damos cuenta de que el canal merece ser descubierto a pie, sin prisas. Y de nuevo, planificamos en nuestras cabezas otra aventura.
Osorno la Mayor nos recibe tranquila. Paseamos por las calles de esta apacible localidad palentina que atesora un dolmen de piedra situado a las afueras.
En el yacimiento de La Velilla, con unas magníficas vistas a Osorno, despedimos esta etapa.
Etapa 3: Osorno la Mayor – Frómista
Desde Osorno, damos el salto hasta la magnífica villa de Frómista.
En ella tiene lugar el encuentro de dos grandes rutas, de dos caminos, de dos maneras de entender la vida.
Punto de unión entre el Camino de la Razón (Canal de Castilla) y el Camino de la Fé (Camino de Santiago).
La emoción que nos embarga es indescriptible. Estamos en medio de un fascinante cruce de caminos, al que se suma el camino lebariego.

Frómista nos atrapa todo una jornada. Además de la magnífica esclusa cuádruple, una de las más fascinantes del canal, la localidad es uno de los hitos más importantes del Camino Francés.
Entre las joyas que atesora destaca la iglesia románica de San Martín, Monumento Nacional.
Hemos realizado una visita guiada por la localidad para empaparnos de románico palentino, del camino y de cada rincón de Frómista.
De nuevo, en el canal, disfrutamos de un relajado paseo fluvial en la embarcación «Juan de Homar» situada junto a la casa del esclusero.
La calma y belleza de este paseo son imposibles de contar, mejor, ¡vive tu propia experiencia! y ven a conocer esta excepcional y desconocida ruta castellana.

Etapa 4: Frómista – Calahorra de Ribas
Con cierta nostalgia y con ganas de Camino abandonamos la espléndida localidad de Frómista en dirección a la última etapa del Ramal Norte.
Calahorra de Ribas, pertenece al término municipal de Ribas de Campos, su nombre indica que hemos llegado a la fascinante Tierra de Campos palentina, abandonando la zona de páramos y valles.

Calahorra de Ribas es otro de los lugares emblemáticos del Canal de Castilla, aquí empezó su historia un 16 de julio de 1753. Un monolito con lápida recuerda este hecho.
En Ribas, una triple esclusa salva un fuerte desnivel, la imagen es impresionante.
Además, en este punto, presenciamos un nudo hidrológico o confluencia, pues las aguas del canal se mezclan con las del río Carrión.
Tómate tu tiempo para disfrutar de este lugar. En Ribas, además del conjunto de esclusas, se conservan edificios, casa, centrales eléctricas, la mayoría en estado de ruina que otorgan aún más belleza al lugar.
Aquí, decimos adiós al Ramal Norte para acceder a los otros dos ramales.

– Ramal de Campos
Este ramal atraviesa la fascinante Tierra de Campos palentina de camino a su bello final en Medina de Rioseco (Valladolid).
Etapa 5: Ribas de Campos – Villaumbrales
A siete kilómetros de Calahorra de Ribas llegamos a El Serrón, lugar de origen del Ramal Sur.
En la cercana localidad de Villaumbrales, hemos quedado para disfrutar de un paseo en piragua y algunas sorpresas.
Junto a uno de los primitivos puentes del canal sobresale la “Casa del Rey”, un edificio construido en el siglo XVIII que conserva los restos del astillero y del dique seco donde se reparaban las barcazas.
Actualmente, el espacio se ha reconvertido en el Museo del Canal de Castilla, así como sede de una empresa local de piraguas para disfrutar de las aguas del canal in situ.
Menuda experiencia hemos vivido remando plácidamente, a lo largo de una hora, por las aguas del canal.
Solo así cobra sentido esta infraestructura ya que se aprecian todos los detalles de su envergadura y lo que supone hoy en día esta infraestructura para la zona.
Después, hemos disfrutado de un agradable paseo por el pueblo para culminar con un concierto del grupo palentino d’Campos Folk.
A través del puente de San Juan, entre hileras de álamos y sinuosas revueltas, llegamos a Becerril de Campos.
Parada obligatoria para conocer una de las villas terracampinas más fascinantes. El renacimiento nos atrapa en una jornada repleta de arte y naturaleza.

Becerril cuenta con un exquisito conjunto monumental y artístico a la espera de tu visita.
En Paredes de Navas, cuna de Pedro y Alonso de Berruguete, visitamos otra de las joyas renacentistas de Palencia, la iglesia museo de Santa Eulalia.
Declarada Monumento Nacional en 1962, fue además el primer museo parroquial de arte sacro fundado en España(13 de septiembre de 1964).
Esta etapa del canal nos provoca un síndrome parecido al de Stendhal. Es imposible asimilar tanto arte en una jornada.

En Autillo de Campos disfrutamos de un singular mirador que se abre sobre el inmenso mar de cereales de Tierra de Campos, después del impacto del arte, la naturaleza nos deja sin palabras.
El final de nuestra ruta por el Ramal de Campos, que no la real kilómetros más abajo en Medina de Rioseco, se produce en el impresionante paraje natural de la Laguna de Nava.
Estamos frente a uno de los humedales más importantes de Tierra de Campos junto con el de Villafáfila en la provincia de Zamora.
Desde aquí se aprecia la monumental torre de la iglesia de San Pedro , conocida popularmente como la “linterna de Campos” en Fuentes de Nava, donde también se sitúa el Centro de Visitantes de la Laguna.
– Ramal Sur
El ramal sur palentino tiene 28 kilómetros e inicia su andadura en el término municipal de Grijota.
Tras atravesar la capital y una parte del Cerrato Palentino, se introduce en la provincia de Valladolid para acabar en la capital castellana.
Etapa 7: Palencia, la bella desconocida
Dejamos atrás Tierra de Campos al entrar en Palencia, donde nos espera la Dársena del Canal, lugar muy agradable con área de descanso, parque y magnífica arboleda.
Aquí se ubican los antiguos almacenes, reconvertidos en Museo del Agua, visita imprescindible para entender la importancia de un elemento al que no le damos el uso y la importancia merecida.

Antes de seguir la ruta por el canal, le dedicamos unos días a Palencia, la bella desconocida, para disfrutarla a su pausado ritmo.
Solo así conoceremos sus secretos como por ejemplo que en Palencia se fundó la primera universidad de España, o empaparse de arte e historia en la catedral, o disfrutar de una exquisita gastronomía en cualquiera de sus bares y restaurantes.
Etapa 8: Palencia – Dueñas
La última etapa de nuestra ruta nos introduce por el Cerrato Palentino, tierra de vinos, barrios de bodegas cueva, palomares, pueblos pintorescos y buenos quesos.
Villamuriel de Cerrato nos atrapa con la imagen de su fábrica de Harinas “La Estrella de Castilla” pegada a la esclusa 33.
La localidad, además, merece nuestra visita, para admirar la iglesia románica de Santa María y el cercano convento de Calabazanos.

Acabamos el paseo en la ciudad de Dueñas, uno de los conjuntos históricos más importantes de Palencia.
Sobresalen sus cuatro barrios de bodegas, la iglesia de Santa María y el Monasterio de trapa, cuna del chocolate en España.
En Dueñas se produce un bello encuentro entre los ríos Carrión y Pisuerga que nacen , kilómetros más arriba, en el Parque Natural de Fuentes Carriones, en la magnífica Montaña Palentina.
Como final de ruta, hemos realizado dos actividades que han colmado nuestro gusto, por un lado la visita a Chocolates Trapa y por otro, una experiencia de enoturismo en la única bodega DO Cigales situada en Palencia.

Este viaje ha sido una magnífica introducción a la fascinante provincia de Palencia.
Nunca hubiéramos imaginado que una de las provincias menos visitadas de España contuviera tal cantidad de joyas artísticas, arquitectónicas, gastronómicas, naturales y culturales.
Después de todo lo que hemos vivido a lo largo de nuestro viaje por Palencia, con unos anfitriones magníficos, no entendemos como esta provincia no está en el top ten de destinos de nuestro país.
¿Cómo recorrer el Canal de Castilla?
Para disfrutar en plenitud de la naturaleza, del patrimonio, la arquitectura, pueblos y paisajes del Canal de Castilla, la mejor opción es realizar el recorrido a pie.
El Canal transcurre a lo largo de 207 kilómetros. Se necesitan entre ocho a diez días, a una media de unos 20 – 25 kilómetros por jornada para completarlo.
La ruta está muy bien señalizada, no hay peligro de perderse. ¡Solo hay que seguir la estela del canal!
Los caminos de sirga situados a ambos lados del canal, son ideales también para realizar la ruta en bicicleta. De esta manera, la ruta se puede hacer en unos cuatro días.

Para los amantes del turismo activo, también puedes recorrer algunos tramos del canal en piragua. Nosotros quedamos encantados con la experiencia en Villaumbrales.
Si solo dispones de unos días para recorrerlo, te recomendamos las rutas en barco a lo largo del canal. Hay varios tramos navegables.
En nuestro caso, hemos disfrutado de la experiencia en el barco «Marqués de la Ensenada» (Cervera de Pisuerga) en un interesante recorrido de ida y vuelta que incluye la experiencia de salvar una esclusa.

También, en Frómista, disfrutamos de un relajado paseo en el barco «Juan de Homar» situado junto a la antigua casa del esclusero.
Mejor época para recorrer el Canal de Castilla
Cualquier época es adecuada para conocer el Canal (nosotros hemos venido en invierno y en verano).
Lógicamente, la primavera, finales de verano y otoño son los mejores momentos para disfrutarlo en plenitud.
Intenta evitar los días calurosos del verano y el duro invierno castellano.
Recomendaciones para un recorrido de éxito
Vestuario adecuado, calzado cómodo y equipaje ligero.
No olvides un impermeable, gorro y protección solar. Imprescindible agua, ya que no hay fuentes.
Planifica bien la ruta, busca el alojamiento adecuado a cada etapa y visita los pueblos por los que pasa el canal, la mayoría cautivan por su historia y patrimonio.
Esperamos que esta guía de nuestra ruta te sirva en la planificación de tu viaje. Si conces alguna ruta parecida nos encantaría que nos dejaras información en el apartado de comentarios.
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